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José Mujica acude en sandalias a la toma de posesión del ministro de Economía
Para capear el calor que hace sufrir a los uruguayos estos días, el presidente del país, José Mujica, se puso sandalias y se arremangó los pantalones en el acto de juramento de un nuevo miembro de su Gobierno.
La ceremonia de toma posesión del nuevo ministro de Economía y Finanzas, Mario Bergara, coincidió con unas temperaturas exorbitantes en Montevideo, que superan por estos días los 40°. Eso generó otra ocasión en la que el mandatario sorprendió al mundo por su sencillez y su poco apego al protocolo.
Aunque entre el resto de los asistentes a la ceremonia también había personas con ropa informal, según la prensa uruguaya, se llevó la palma el jefe de Estado. Las imágenes que muestran a Mujica distendido al lado de dos integrantes de su equipo trajeados han sido ampliamente compartidas en las redes sociales y han generado tanto burlas como comentarios de apoyo.
Mujica había señalado en varias entrevistas que prefiere la comodidad a la formalidad, y en la toma de posesión del ministro lo corroboró.
No es la primera ocasión en la que las sandalias aparecen en las crónicas oficiales de América Latina.
Así, el pasado febrero la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, tuvo que recibir al primer ministro de Rusia, Dmitri Medvédev, con una sandalia en un pie debido a un traumatismo y una intervención quirúrgica a la que había sido sometida días antes de la reunión. En 2008 las sandalias se convirtieron en un símbolo de Fernando Lugo, que en aquel entonces acababa de ser elegido presidente de Paraguay y declaró que pensaba continuar llevando su ropa de siempre, sin traje ni corbata.
Aunque entre el resto de los asistentes a la ceremonia también había personas con ropa informal, según la prensa uruguaya, se llevó la palma el jefe de Estado. Las imágenes que muestran a Mujica distendido al lado de dos integrantes de su equipo trajeados han sido ampliamente compartidas en las redes sociales y han generado tanto burlas como comentarios de apoyo.
Mujica había señalado en varias entrevistas que prefiere la comodidad a la formalidad, y en la toma de posesión del ministro lo corroboró.
No es la primera ocasión en la que las sandalias aparecen en las crónicas oficiales de América Latina.
Así, el pasado febrero la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, tuvo que recibir al primer ministro de Rusia, Dmitri Medvédev, con una sandalia en un pie debido a un traumatismo y una intervención quirúrgica a la que había sido sometida días antes de la reunión. En 2008 las sandalias se convirtieron en un símbolo de Fernando Lugo, que en aquel entonces acababa de ser elegido presidente de Paraguay y declaró que pensaba continuar llevando su ropa de siempre, sin traje ni corbata.
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