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Cacheos humillantes en aeropuerto israelí: "Ahora sabe qué soportaron los judíos"
Poco antes de que partiera su vuelo de salida de Israel, una estudiante de doctorado quedó prácticamente desnuda mientras una inspectora le tocaba brazos, piernas y caderas justificando el humillante cacheo con una referencia al holocausto.
La joven escribió un correo electrónico a Amira Hass, periodista del rotativo israelí 'Haaretz', para contarle lo que le sucedió en el mayor aeropuerto internacional de Israel, el Ben Gurión de Tel Aviv. La chica, identificada por el diario como 'D.', no es palestina ni judía; nació en Oriente Medio, pero se crió en Occidente y tiene el pasaporte de un país occidental.
D. llegó al aeropuerto tres horas antes de la salida programada de su avión y, como en todas sus anteriores visitas a Israel, le pidieron abrir la maleta y mostrar su equipaje de mano para una inspección. Pero posteriormente, solo 45 minutos antes de la partida del vuelo, le dijeron que también tenía que someterse a un cacheo corporal y, además, le informaron de que no se le permitía subir al avión con su portátil.
La estudiante se negó a dejar su ordenador a los tres inspectores de seguridad que hablaron con ella, dos hombres de pelo castaño y una joven blanca con ojos azules y pelo largo. Ninguno de los tres se identificó y D. tampoco vio si llevaban placas con el nombre. 'D'. temía no poder recuperar su aparato posteriormente y, como consecuencia, perder los archivos de investigación almacenados en él.
Durante el cacheo, la joven fue obligada a quitarse toda la ropa a excepción de la ropa interior. Incluso tuvo que quitarse la curita que llevaba en un dedo que se había cortado el día antes. Mientras la mujer de aspecto europeo cacheaba el cuerpo de 'D'. con las manos enguantadas, le pidió disculpas por las molestias. En respuesta, la estudiante dijo que no se trataba de una molestia, sino de humillación. La mujer, con toda seriedad, le contestó: "Bueno, ahora sabes lo que nos hicieron en Alemania".
D. escribió a 'Haaretz' que le sorprendió oír ese comentario pronunciado de una forma tan franca, y tuvo que darse la vuelta para mirar a la inspectora y asegurarse de que no estaba bromeando.
El cacheo corporal duró entre 20 y 25 minutos, según estima D. Todavía quedaban 25 minutos para el despegue del avión. El resto del trayecto hasta la puerta de embarque fue rápido, pero la joven tuvo que entregar su portátil a agentes de seguridad a cambio de un recibo.
Varios días después de aterrizar en la ciudad donde vive, D. fue al aeropuerto para recoger su portátil. Después de revisar el ordenador recuperado, sus amigos informáticos le dijeron que probablemente todos los datos que contenía habían sido descargados para ser monitoreados en el futuro.
D. llegó al aeropuerto tres horas antes de la salida programada de su avión y, como en todas sus anteriores visitas a Israel, le pidieron abrir la maleta y mostrar su equipaje de mano para una inspección. Pero posteriormente, solo 45 minutos antes de la partida del vuelo, le dijeron que también tenía que someterse a un cacheo corporal y, además, le informaron de que no se le permitía subir al avión con su portátil.
La estudiante se negó a dejar su ordenador a los tres inspectores de seguridad que hablaron con ella, dos hombres de pelo castaño y una joven blanca con ojos azules y pelo largo. Ninguno de los tres se identificó y D. tampoco vio si llevaban placas con el nombre. 'D'. temía no poder recuperar su aparato posteriormente y, como consecuencia, perder los archivos de investigación almacenados en él.
Bueno, ahora sabes lo que nos hicieron en Alemania
Durante el cacheo, la joven fue obligada a quitarse toda la ropa a excepción de la ropa interior. Incluso tuvo que quitarse la curita que llevaba en un dedo que se había cortado el día antes. Mientras la mujer de aspecto europeo cacheaba el cuerpo de 'D'. con las manos enguantadas, le pidió disculpas por las molestias. En respuesta, la estudiante dijo que no se trataba de una molestia, sino de humillación. La mujer, con toda seriedad, le contestó: "Bueno, ahora sabes lo que nos hicieron en Alemania".
D. escribió a 'Haaretz' que le sorprendió oír ese comentario pronunciado de una forma tan franca, y tuvo que darse la vuelta para mirar a la inspectora y asegurarse de que no estaba bromeando.
El cacheo corporal duró entre 20 y 25 minutos, según estima D. Todavía quedaban 25 minutos para el despegue del avión. El resto del trayecto hasta la puerta de embarque fue rápido, pero la joven tuvo que entregar su portátil a agentes de seguridad a cambio de un recibo.
Varios días después de aterrizar en la ciudad donde vive, D. fue al aeropuerto para recoger su portátil. Después de revisar el ordenador recuperado, sus amigos informáticos le dijeron que probablemente todos los datos que contenía habían sido descargados para ser monitoreados en el futuro.
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