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El Pentágono construirá 20 buques menos de los previstos para desplegar en el litoral
Los recortes en el presupuesto de Defensa han obligado al Pentágono a moderar su plan de construcción de Buques de Combate en el Litoral, las naves más avanzadas de la Armada de EE.UU., pese a la oposición de los altos mandos.
Las razones financieras y algunos problemas técnicos registrados en las pruebas pueden 'torpedear' en 2015 la nueva clase de buques estadounidenses, reduciendo de 52 a 32 la cantidad de Buques de Combate en el Litoral (LCS, por sus siglas en inglés), informa el periódico 'The Navy Times'.
La propuesta ha sido anunciada por la subsecretaria interina de Defensa, Christine Fox, aunque fuentes cercanas al proyecto sostienen que la decisión definitiva aún no ha sido tomada.
Hasta la fecha la Armada estadounidense ya puesto en servicio tres barcos de este tipo, suministrados por los grandes contratistas Lockheed Martin y Austal, mientras que el suministro de otros cuatro buques se espera para abril. Aunque el coste del proyecto no ha sido anunciado por el Pentágono, según fuentes de 'The New York Tiemes' cada buque requiere una inversión de 500 millones de dólares.
Mientras las autoridades financieras contemplan la suspensión del programa de LCS como algo inevitable, los altos mandos militares la ven como una catástrofe pese a que un estudio anual publicado por el Congreso indica que "no se espera que [la nave] sobreviva" a un combate.
Distintas dificultades técnicas destaron en 2011 y 2012 una nube de escepticismo en torno el buque, cuando se reveló que el destructor Freedom, uno de los más nuevos de la serie, había fallado en 14 de las 28 pruebas, según el informe de la inspección de la Marina de Guerra.
Los buques de este tipo tienen las mismas prestaciones que los buques anfibios, constan de un hangar para dos helicópteros, y han sido diseñados para llevar a cabo operaciones de desembarco de vehículos acorazados.
La propuesta ha sido anunciada por la subsecretaria interina de Defensa, Christine Fox, aunque fuentes cercanas al proyecto sostienen que la decisión definitiva aún no ha sido tomada.
Hasta la fecha la Armada estadounidense ya puesto en servicio tres barcos de este tipo, suministrados por los grandes contratistas Lockheed Martin y Austal, mientras que el suministro de otros cuatro buques se espera para abril. Aunque el coste del proyecto no ha sido anunciado por el Pentágono, según fuentes de 'The New York Tiemes' cada buque requiere una inversión de 500 millones de dólares.
Mientras las autoridades financieras contemplan la suspensión del programa de LCS como algo inevitable, los altos mandos militares la ven como una catástrofe pese a que un estudio anual publicado por el Congreso indica que "no se espera que [la nave] sobreviva" a un combate.
Distintas dificultades técnicas destaron en 2011 y 2012 una nube de escepticismo en torno el buque, cuando se reveló que el destructor Freedom, uno de los más nuevos de la serie, había fallado en 14 de las 28 pruebas, según el informe de la inspección de la Marina de Guerra.
Los buques de este tipo tienen las mismas prestaciones que los buques anfibios, constan de un hangar para dos helicópteros, y han sido diseñados para llevar a cabo operaciones de desembarco de vehículos acorazados.
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