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Medios occidentales "manipulan" la información sobre las protestas en Kiev
Las imágenes de las violentas manifestaciones en Kiev dan la vuelta al mundo. Sin embargo, el tratamiento que se le está dando por parte de los medios, en algunas ocasiones, no es demasiado acertado, e incluso se puede hablar de informaciones falsas.
La información que "está enviando la prensa europea y norteamericana es falsa y manipulada", asegura el profesor de historia contemporánea y escritor, Higinio Polo. "Según la visión de la prensa occidental, el sector democrático está representado por la oposición, y el antidemocrático por el Gobierno", agregó.
"Es una visión tan evidentemente falsa que no resiste el menor análisis, entre otras cosas, porque (…) en los sectores de la oposición hay fuerzas, ya no antidemocráticas, sino claramente xenófobas, antirrusas, fascistas y nazis. Por ejemplo el partido nacionalista Svoboda, que explícitamente hace planteamientos fascistas que deberían ser explicados por la prensa occidental", sugiere el escritor.
De acuerdo con el experto, detrás de todo esto está la intención de reforzar el plan de la Unión Europea y de EE.UU., de conseguir que Ucrania rompa lazos históricos con Rusia. De hecho, la planificación de Washington "es hacer de Ucrania una segunda Polonia, aunque para eso están creando situaciones que pueden derivar incluso en una guerra civil".
"Lo que Occidente llama 'la oposición democrática', dista mucho de tener comportamientos que defiendan la democracia y la libertad. Es muy desconocido en Occidente que el partido" de uno de los líderes opositores, Vitali Klichkó, "tiene detrás a una parte del Partido Popular Europeo, recibe ayuda y financiación del partido oficialista alemán".
También es desconocido "la grosera intromisión" de líderes políticos europeos y estadounidenses en el conflicto interno ucranio. "Solo hay que recordar por ejemplo, que senadores norteamericanos como John McCain o la número dos del Departamento de Estado, Victoria Nuland, se pasearon por las calles de Kiev repartiendo alimentos y llamando a la resistencia y a derrocar al Gobierno", comentó Polo.
Por último el experto se pregunta cómo reaccionaría Washington si a las multitudinarias manifestaciones denominadas como Ocupa Wall Street, celebradas en Nueva York, hubieran asistido dirigentes políticos de otros países.
"Es una visión tan evidentemente falsa que no resiste el menor análisis, entre otras cosas, porque (…) en los sectores de la oposición hay fuerzas, ya no antidemocráticas, sino claramente xenófobas, antirrusas, fascistas y nazis. Por ejemplo el partido nacionalista Svoboda, que explícitamente hace planteamientos fascistas que deberían ser explicados por la prensa occidental", sugiere el escritor.
Lo que Occidente llama 'la oposición democrática', dista mucho de tener comportamientos que defiendan la democracia y la libertad
De acuerdo con el experto, detrás de todo esto está la intención de reforzar el plan de la Unión Europea y de EE.UU., de conseguir que Ucrania rompa lazos históricos con Rusia. De hecho, la planificación de Washington "es hacer de Ucrania una segunda Polonia, aunque para eso están creando situaciones que pueden derivar incluso en una guerra civil".
"Lo que Occidente llama 'la oposición democrática', dista mucho de tener comportamientos que defiendan la democracia y la libertad. Es muy desconocido en Occidente que el partido" de uno de los líderes opositores, Vitali Klichkó, "tiene detrás a una parte del Partido Popular Europeo, recibe ayuda y financiación del partido oficialista alemán".
También es desconocido "la grosera intromisión" de líderes políticos europeos y estadounidenses en el conflicto interno ucranio. "Solo hay que recordar por ejemplo, que senadores norteamericanos como John McCain o la número dos del Departamento de Estado, Victoria Nuland, se pasearon por las calles de Kiev repartiendo alimentos y llamando a la resistencia y a derrocar al Gobierno", comentó Polo.
Por último el experto se pregunta cómo reaccionaría Washington si a las multitudinarias manifestaciones denominadas como Ocupa Wall Street, celebradas en Nueva York, hubieran asistido dirigentes políticos de otros países.
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