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El gobierno estadounidense restringe el uso de drones en periodismo
La Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos empezó a investigar los casos de uso impropio de drones por parte de periodistas.
El objeto principal de la investigación es restringir o determinar los casos de empleo de este método para obtener imágenes.
Un grave accidente sucedido en Hartford, la capital del estado de Connecticut, fue el detonante de la investigación. El portavoz de la Policía de la ciudad contó que en el lugar del accidente, que se saldó con un muerto, apareció un drone operado por un empleado de la compañía WFSB-TV con el objetivo de tomar imágenes. Según la Administración Federal de Aviación es ilegal usar drones con fines comerciales, entre los que se incluyen los periodísticos.
Los drones son tenidos cada vez más en cuenta para la cobertura de noticias en espacios en los que la vida de los periodistas puede correr peligro. Esta ventaja la resalta en su web el diario 'The Daily Sheeple', que indica que muchas escuelas de periodismo y universidades de EE.UU. están creando programas que satisfagan la demanda de estos aviones no tripulados. Pero la raíz del problema es que es necesario obtener permiso para poder tomar imágenes, y que el uso de aparatos aéreos no tripulados para filmar permite a los periodistas grabar sin enfrentarse a dilemas éticos y relacionados con la seguridad. De ahí la proliferación de tales aparatos.
Mientras tanto, el uso de los vehículos aéreos no pilotados ya tiene cierta tradición no solo en la esfera del periodismo, sino también para fines militares policiales. Por ejemplo las agencias federales los utilizan para vigilar la frontera con México. Provistos de dispositivos televisivos de alcance y precisión extraordinarios, el uso legal de drones por parte del Ejército y las fuerzas de seguridad corre parejo a su empleo ilícito, es decir, a la obtención clandestina de información sobre individuos o colectivos.
De esta forma, los materiales grabados por un vehículo aéreo no tripulado sirvieron de prueba en el juicio a Rodney Brossart, un campesino de Dakota del Norte condenado a tres años de cárcel. Bruce Quick el abogado defensor de Brossart, acusó al Gobierno de utilizar tecnología de reconocimiento militar sin orden judicial. Eso demuestra la gran importancia de controlar el uso de drones mediante las leyes correspondientes, pues en caso contrario resulta un sistema de vigilancia permanente y excesiva.
Un grave accidente sucedido en Hartford, la capital del estado de Connecticut, fue el detonante de la investigación. El portavoz de la Policía de la ciudad contó que en el lugar del accidente, que se saldó con un muerto, apareció un drone operado por un empleado de la compañía WFSB-TV con el objetivo de tomar imágenes. Según la Administración Federal de Aviación es ilegal usar drones con fines comerciales, entre los que se incluyen los periodísticos.
Los drones son tenidos cada vez más en cuenta para la cobertura de noticias en espacios en los que la vida de los periodistas puede correr peligro. Esta ventaja la resalta en su web el diario 'The Daily Sheeple', que indica que muchas escuelas de periodismo y universidades de EE.UU. están creando programas que satisfagan la demanda de estos aviones no tripulados. Pero la raíz del problema es que es necesario obtener permiso para poder tomar imágenes, y que el uso de aparatos aéreos no tripulados para filmar permite a los periodistas grabar sin enfrentarse a dilemas éticos y relacionados con la seguridad. De ahí la proliferación de tales aparatos.
Mientras tanto, el uso de los vehículos aéreos no pilotados ya tiene cierta tradición no solo en la esfera del periodismo, sino también para fines militares policiales. Por ejemplo las agencias federales los utilizan para vigilar la frontera con México. Provistos de dispositivos televisivos de alcance y precisión extraordinarios, el uso legal de drones por parte del Ejército y las fuerzas de seguridad corre parejo a su empleo ilícito, es decir, a la obtención clandestina de información sobre individuos o colectivos.
De esta forma, los materiales grabados por un vehículo aéreo no tripulado sirvieron de prueba en el juicio a Rodney Brossart, un campesino de Dakota del Norte condenado a tres años de cárcel. Bruce Quick el abogado defensor de Brossart, acusó al Gobierno de utilizar tecnología de reconocimiento militar sin orden judicial. Eso demuestra la gran importancia de controlar el uso de drones mediante las leyes correspondientes, pues en caso contrario resulta un sistema de vigilancia permanente y excesiva.
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