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Putin vincula la crítica de los JJ.OO. de Sochi con las luchas de la política internacional
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha declarado que la crítica a los JJ.OO. en Sochi se debe a la competencia política en el plano internacional y no tiene nada que ver con el deporte.
"Quisiera distinguir aquí varias cosas. Primero, que durante todos estos años hemos trabajado siempre bajo las críticas constructivas de los representantes del Comité Olímpico Internacional", comentó Putin en la entrevista que concedió a periodistas de cuatro cadenas rusas -Pervi, VGTRK, NTV y RBC- resumiendo los resultados de los Juegos Olímpicos de Sochi. Subrayó que sin esta crítica y sin el apoyo del COI Rusia no podría haber organizado unos juegos a tan alto nivel.
"Pero aquí había, y probablemente sigue habiendo, otro séquito de críticos que no tienen ninguna relación con el deporte, que están comprometidos con una lucha competitiva en el campo de la política internacional. Esto no tiene nada que ver con el deporte, pero yo siempre lo traté con mucha tranquilidad, porque sé qué es esto, sé cuál es su intención y sé que es inútil discutir. Cualquier cosa que digamos, por más que intentemos convencerlos, es estéril, porque ellos tienen otro objetivo. Utilizan este proyecto olímpico para lograr sus propios objetivos en el campo de la propaganda antirrusa", enfatizó Putin.
"Cuando hay competidores fuertes, algunos sienten preocupación, no le gusta, otros empiezan a tener miedo, sin darse cuenta de la profundidad y la calidad de los cambios que ha experimentado la sociedad rusa. Desde este punto de vista la Olimpiada ha sido muy importante para nosotros, porque no simplemente abrió las puertas a Rusia, sino que también abrió las puertas al alma rusa, para que la gente vea y entienda que no tienen nada que temer, que estamos dispuestos a colaborar, que estamos abiertos a esta colaboración", puntualizó.
Detalló que desde el principio el objetivo fue organizar una gran fiesta deportiva a nivel nacional y mundial. "Nos alegra haberlo logrado: fue una fiesta a gran escala, muy bella y de muy alta calidad. Los aficionados ayudaron mucho. Quiero volver a darles las gracias no solo por el apoyo que ofrecieron a nuestra selección, sino también por la atmósfera que crearon, una atmósfera muy buena, muy amistosa, de la que durante dos semanas pudieron disfrutar representantes de todos los países participantes en la competición", insistió el presidente. Destacó además los méritos de los deportistas rusos y los triunfos de la selección nacional a la hora de conseguir que la fiesta fuera tan "brillante". Acentuó que hace tiempo, cuando los preparativos para la Olimpiada se encontraban en una fase inicial, ya comentó que Rusia tenía un equipo muy joven y con muchas perspectivas.
Destacó que en muchos deportes de invierno la carrera empieza a una edad muy temprana. Como ejemplo puso la historia de Adelina Sótnikova, oro ruso en patinaje artístico femenino. Confesó que, tras el triunfo, Adelina se le acercó con una foto donde salían los dos y le recordó que tras la Olimpiada anterior, la de Vancouver, cuando tenía solo 12 años, le prometió que un día iba a triunfar en los Juegos Olímpicos. "Lo principal ahora es no perder el ritmo y aumentar los esfuerzos, ayudar a los deportistas, a los entrenadores y a los especialistas", enfatizó.
"Pero aquí había, y probablemente sigue habiendo, otro séquito de críticos que no tienen ninguna relación con el deporte, que están comprometidos con una lucha competitiva en el campo de la política internacional. Esto no tiene nada que ver con el deporte, pero yo siempre lo traté con mucha tranquilidad, porque sé qué es esto, sé cuál es su intención y sé que es inútil discutir. Cualquier cosa que digamos, por más que intentemos convencerlos, es estéril, porque ellos tienen otro objetivo. Utilizan este proyecto olímpico para lograr sus propios objetivos en el campo de la propaganda antirrusa", enfatizó Putin.
"Cuando hay competidores fuertes, algunos sienten preocupación, no le gusta, otros empiezan a tener miedo, sin darse cuenta de la profundidad y la calidad de los cambios que ha experimentado la sociedad rusa. Desde este punto de vista la Olimpiada ha sido muy importante para nosotros, porque no simplemente abrió las puertas a Rusia, sino que también abrió las puertas al alma rusa, para que la gente vea y entienda que no tienen nada que temer, que estamos dispuestos a colaborar, que estamos abiertos a esta colaboración", puntualizó.
Detalló que desde el principio el objetivo fue organizar una gran fiesta deportiva a nivel nacional y mundial. "Nos alegra haberlo logrado: fue una fiesta a gran escala, muy bella y de muy alta calidad. Los aficionados ayudaron mucho. Quiero volver a darles las gracias no solo por el apoyo que ofrecieron a nuestra selección, sino también por la atmósfera que crearon, una atmósfera muy buena, muy amistosa, de la que durante dos semanas pudieron disfrutar representantes de todos los países participantes en la competición", insistió el presidente. Destacó además los méritos de los deportistas rusos y los triunfos de la selección nacional a la hora de conseguir que la fiesta fuera tan "brillante". Acentuó que hace tiempo, cuando los preparativos para la Olimpiada se encontraban en una fase inicial, ya comentó que Rusia tenía un equipo muy joven y con muchas perspectivas.
Destacó que en muchos deportes de invierno la carrera empieza a una edad muy temprana. Como ejemplo puso la historia de Adelina Sótnikova, oro ruso en patinaje artístico femenino. Confesó que, tras el triunfo, Adelina se le acercó con una foto donde salían los dos y le recordó que tras la Olimpiada anterior, la de Vancouver, cuando tenía solo 12 años, le prometió que un día iba a triunfar en los Juegos Olímpicos. "Lo principal ahora es no perder el ritmo y aumentar los esfuerzos, ayudar a los deportistas, a los entrenadores y a los especialistas", enfatizó.
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