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El horror de las trincheras: entrevistas inéditas a veteranos de la I Guerra Mundial
A través de una serie de entrevistas inéditas a excombatientes que saldrán a la luz parcialmente la próxima semana, se han podido conocer de primera mano los horrores de la Primera Guerra Mundial.
Las entrevistas fueron grabadas en 1964 para la serie de la cadena televisiva BBC 'The Great War' ('La Gran Guerra'), pero un 85% ellas no fueron mostradas, porque los programas se centraban en aquel entonces en la política e historia de las batallas más que en la experiencia personal.
"Las historias personales eran complementarias. Ahora están en el foco del interés", comentó Mike Connolly, el productor ejecutivo de la serie, citado por la BBC.
Fragmentos y entrevistas completas a personas que ya han muerto se emitirán en los canales BBC Two y BBC iPlayer tras 50 años conservadas en los archivos y 100 años después de que se desencadenara aquella guerra.
Entre los más impactantes testimonios está el que describe cómo los soldados dejan las trincheras y se lanzan al ataque.
"En cuanto vas al asalto, el miedo va cediendo al terror. No miras, sino que ves. No oyes, sino que escuchas. La nariz se llena de humo y muerte. Lo sientes en el paladar. De nuevo estás desplazado a la selva. El barniz de civilización ha desaparecido", cuenta Richard Tobin, quien sirvió en la División Naval Real.
Las horribles consecuencias de las batallas fueron descritas por Edward Glendinning, del regimiento Sherwood Foresters, quien recordó la retirada sobre un terreno capturado después de un día de combates.
"Parecía un rebaño de ovejas tumbadas por todo el campo. Una cantidad considerable de los hombres todavía estaban vivos, estaban gimiendo y pidiendo agua. Nos tiraban de las perneras, mientras pasábamos. Un tío fuerte me agarró ambas piernas y no me soltaba", relató el veterano.
Varios excombatientes describen los prolongados bombardeos de artillería que eran tan intensos que volvían a la gente loca.
"Era habitual ver a soldados levantarse saltando y correr en circuitos como ovejas hasta que la metralla les mataba", afirma el zapador Benjamin Richards.
Según otro entrevistado, "incluso las ratas se volvían histéricas".
La serie también incluye entrevistas a exsoldados alemanes y austriacos.
Stefan Westmann, un alemán que sirvió en la 29ª División de Infantería, recordó como mató a un cabo francés a bayonetazos. "Fui más rápido que él. Empujé su rifle hacia un lado y clavé mi bayoneta en su pecho", dijo.
"Tuve ganas de vomitar. Me temblaron las rodillas y francamente me quedé avergonzado de mí mismo", agregó. "¡Cómo quisiera haberle estrechado la mano y hacernos buenos amigos", lamentó Westmann.
"¿Qué era eso por lo que nosotros, los soldados, nos apuñalábamos unos a otros, nos estrangulábamos, nos cazábamos como perros rabiosos? ¿Qué es eso por lo que combatimos hasta la muerte sin tener nada en contra los unos de los otros personalmente? Al fin y al cabo éramos gente civilizada", se cuestiona.
Estas memorias también incluyen momentos curiosos.
Willhelm Eisenthal, un oficial de la artillería austriaca, recordó una tregua de las Pascuas en el frente del este, durante la cual los soldados rusos lanzaron un objeto hacia las posiciones de Austria.
Los soldados en la trinchera temieron que fuera una granada, pero resultó que era un huevo de pascua pintado.
"Las historias personales eran complementarias. Ahora están en el foco del interés", comentó Mike Connolly, el productor ejecutivo de la serie, citado por la BBC.
En cuanto vas al asalto, el miedo va cediendo al terror. No miras, sino que ves. No oyes, sino que escuchas. La nariz se llena de humo y muerte. Lo sientes en el paladar
Fragmentos y entrevistas completas a personas que ya han muerto se emitirán en los canales BBC Two y BBC iPlayer tras 50 años conservadas en los archivos y 100 años después de que se desencadenara aquella guerra.
Entre los más impactantes testimonios está el que describe cómo los soldados dejan las trincheras y se lanzan al ataque.
"En cuanto vas al asalto, el miedo va cediendo al terror. No miras, sino que ves. No oyes, sino que escuchas. La nariz se llena de humo y muerte. Lo sientes en el paladar. De nuevo estás desplazado a la selva. El barniz de civilización ha desaparecido", cuenta Richard Tobin, quien sirvió en la División Naval Real.
Las horribles consecuencias de las batallas fueron descritas por Edward Glendinning, del regimiento Sherwood Foresters, quien recordó la retirada sobre un terreno capturado después de un día de combates.
"Parecía un rebaño de ovejas tumbadas por todo el campo. Una cantidad considerable de los hombres todavía estaban vivos, estaban gimiendo y pidiendo agua. Nos tiraban de las perneras, mientras pasábamos. Un tío fuerte me agarró ambas piernas y no me soltaba", relató el veterano.
Varios excombatientes describen los prolongados bombardeos de artillería que eran tan intensos que volvían a la gente loca.
"Era habitual ver a soldados levantarse saltando y correr en circuitos como ovejas hasta que la metralla les mataba", afirma el zapador Benjamin Richards.
Según otro entrevistado, "incluso las ratas se volvían histéricas".
La serie también incluye entrevistas a exsoldados alemanes y austriacos.
¿Qué era eso por lo que nosotros, los soldados, nos apuñalábamos unos a otros, nos estrangulábamos, nos cazábamos como perros rabiosos? ¿Qué es eso por lo que combatimos hasta la muerte sin tener nada en contra los unos de los otros personalmente?
Stefan Westmann, un alemán que sirvió en la 29ª División de Infantería, recordó como mató a un cabo francés a bayonetazos. "Fui más rápido que él. Empujé su rifle hacia un lado y clavé mi bayoneta en su pecho", dijo.
"Tuve ganas de vomitar. Me temblaron las rodillas y francamente me quedé avergonzado de mí mismo", agregó. "¡Cómo quisiera haberle estrechado la mano y hacernos buenos amigos", lamentó Westmann.
"¿Qué era eso por lo que nosotros, los soldados, nos apuñalábamos unos a otros, nos estrangulábamos, nos cazábamos como perros rabiosos? ¿Qué es eso por lo que combatimos hasta la muerte sin tener nada en contra los unos de los otros personalmente? Al fin y al cabo éramos gente civilizada", se cuestiona.
Estas memorias también incluyen momentos curiosos.
Willhelm Eisenthal, un oficial de la artillería austriaca, recordó una tregua de las Pascuas en el frente del este, durante la cual los soldados rusos lanzaron un objeto hacia las posiciones de Austria.
Los soldados en la trinchera temieron que fuera una granada, pero resultó que era un huevo de pascua pintado.
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