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Una aldea ucraniana intenta huir del país llevándose sus tierras y casas
Asustados por los sucesos en Ucrania, los habitantes de una lejana aldea ucraniana en la frontera con Crimea, decidieron 'huir' del país, junto con sus tierras y casas, y movieron los postes fronterizos para estar en el territorio ruso.
Esta lengua de tierra, llamada Arabátskaya, un lejano lugar, entre los más sureños del país y olvidado por las autoridades ucranianas, está formada por una pequeña franja de tierra que se extiende desde la península rusa de Crimea hasta Ucrania continental.
Este trozo de tierra alberga a tres aldeas ucranianas, una de las cuales, el poblado de Strelkóvoye, ahora representa 'un nido de traidores y separatistas', según numerosos internautas ucranianos.
Lo que fuera una pequeña fortaleza rusa del siglo XVIII, actualmente es un centro turístico en la costa del mar de Azov y tiene un número significativo de playas y centros recreativos.
Según lo aparecido en las redes sociales, la extraña historia se desarrolló de la siguiente forma. En las afueras de la aldea hay dos puntos de control: uno ucraniano y uno ruso. Ucrania y Rusia. Algún buen y soleado día, los habitantes de esta aldea decidieron, en una reunión, desplazar los postes fronterizos al otro lado del poblado, para formar parte, de esta manera, de Crimea, es decir, de Rusia, informa el diario 'Komsomólskaya Pravda'.
"¡Me han entendido mal!", así intentó a justificar sus acciones el jefe del consejo local, Alexander Ponomariov, en seguida llevado ante la oficina local del Servicio de Seguridad Ucraniano. "Simplemente queríamos desplazar el puesto de control de Ucrania a sólo cinco kilómetros para crear una zona neutral", explicó.
"¿Y para qué necesitan está zona neutral?", le preguntaron los oficiales de seguridad… a lo cual no pudo responder Ponomariov.
Inicialmente le quisieron imputar cargos de traición pero ahora está demandado ante tribunales por "abuso de poder".
Todo empezó cuando los habitantes de la aldea se enteraron de que les iba a 'salvar' el 'Maidán', es decir, los insurrectos que ahora establecen sus leyes en el país, enviando a la zona a ocho autobuses repletos de combatientes.
"¡Ocho autobuses! ¡Y todos armados!", explicó el asustado alcalde del pueblo. "¿Y dónde creen que habrían vivido? ¿En los balnearios?", exclamó.
"Seguramente habrían creado aquí un 'Maidán' bajo el pretexto de proteger la frontera", comentó.
Este trozo de tierra alberga a tres aldeas ucranianas, una de las cuales, el poblado de Strelkóvoye, ahora representa 'un nido de traidores y separatistas', según numerosos internautas ucranianos.
Lo que fuera una pequeña fortaleza rusa del siglo XVIII, actualmente es un centro turístico en la costa del mar de Azov y tiene un número significativo de playas y centros recreativos.
Según lo aparecido en las redes sociales, la extraña historia se desarrolló de la siguiente forma. En las afueras de la aldea hay dos puntos de control: uno ucraniano y uno ruso. Ucrania y Rusia. Algún buen y soleado día, los habitantes de esta aldea decidieron, en una reunión, desplazar los postes fronterizos al otro lado del poblado, para formar parte, de esta manera, de Crimea, es decir, de Rusia, informa el diario 'Komsomólskaya Pravda'.
"¡Me han entendido mal!", así intentó a justificar sus acciones el jefe del consejo local, Alexander Ponomariov, en seguida llevado ante la oficina local del Servicio de Seguridad Ucraniano. "Simplemente queríamos desplazar el puesto de control de Ucrania a sólo cinco kilómetros para crear una zona neutral", explicó.
"¿Y para qué necesitan está zona neutral?", le preguntaron los oficiales de seguridad… a lo cual no pudo responder Ponomariov.
Inicialmente le quisieron imputar cargos de traición pero ahora está demandado ante tribunales por "abuso de poder".
El motivo: "Nos iba a salvar el Maidán"
Lejos del entusiasmo patriótico reinante estos días en Crimea y otros territorios rusos, los habitantes de la aldea, con el tradicional pragmatismo campesino, decidieron 'escapar' del país movidos por un sentimiento tan normal como el que lleva a huir del caos y de los 'entusiastas nacionalistas' que les prometieron 'salvarles de los ocupantes rusos'.Todo empezó cuando los habitantes de la aldea se enteraron de que les iba a 'salvar' el 'Maidán', es decir, los insurrectos que ahora establecen sus leyes en el país, enviando a la zona a ocho autobuses repletos de combatientes.
"¡Ocho autobuses! ¡Y todos armados!", explicó el asustado alcalde del pueblo. "¿Y dónde creen que habrían vivido? ¿En los balnearios?", exclamó.
"Seguramente habrían creado aquí un 'Maidán' bajo el pretexto de proteger la frontera", comentó.
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