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Fotos: Los horrores de la cuarentena por el ébola en África Occidental
Informes escalofriantes sobre sufrimiento y muerte emergen desde Guinea, donde un brote del virus del ébola se ha cobrado ya la vida de al menos 83 personas, según las autoridades sanitarias del país africano.
Aunque no es el peor caso de epidemia de la historia del país, la comunidad internacional se mantiene preocupada ante la falta de un tratamiento comprobado.
En medio del aislamiento total de la parte merdional de Guinea, la única zona que registró casos mortales durante el último brote, son escasos los informes que se han filtrado desde el hospital de cuarentena en Gueckedou.
Levantado cerca de la frontera con Liberia y Sierra Leona por la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF), la clínica improvisada, que consiste en dos edificios de hierro corrugado colindante con un campamento de tiendas, actualmente cuenta con tan solo 20 camas y una capacidad de 50 pacientes, según la agencia AFP.
El médico Naoufel Dridi dijo a 'The Telegraph' que nunca había "visto tantos cuerpos en su vida como en los últimos días".
"Puedes estar ayudando a alguien llevando un vaso de zumo, agua fría o cualquier cosa porque sabes que tiene muy pocas posibilidades de sobrevivir y media hora después ya está muerto", contó Dridi.
"Luego, al poner su cuerpo en el saco, otra persona detrás de ti ha muerto. Después otra más. Una anciana murió por una hemorragia externa muy grave en su cuerpo, síntomas que son lo peor del ébola. Esto es muy difícil", agregó.
El altamente contagioso virus se divulga mediante contacto con los cuerpos de los infectados o muertos.
Los empleados guineanos y extranjeros de la clínica llevan uniformes simples, pero los que contactan con los pacientes van sellados de pies a cabeza en trajes NBQ con guantes, gafas, máscaras y botas.
Los pacientes en estado grave sufren de fiebre, dolores musculares, de cabeza y garganta, seguidos por vómitos, diarrea, erupciones corporales, así como insuficiencia renal y hepática.
Algunos sufren de hemorragias internas y externas.
"Nuestros empleados saben que deben mantener una distancia segura. Cuando una persona se levanta, rocían la silla para evitar que otros queden infectados", dijo Pascal Piguet, un experto logístico de la MSF, citado por AFP.
Cinco cepas del ébola —cuatro son mortales para los humanos— han sido descubiertas desde el primer brote en la República Democrática del Congo (entonces Zaire) en 1976.
No es que la enfermedad sea incurable, sino que no hay tratamiento ni vacunas con eficacia confirmada.
La higiene es lo único que ayuda a prevenir la infección, y es higiene precisamente lo que falta en muchos países de África. En la capital guineana, Conakri, una ciudad de dos millones de habitantes, en la mayoría de los barrios no hay electricidad ni agua potable.
Se han registrado posibles casos de esta enfermedad en Sierra Leona y Liberia, que están haciendo todo lo posible para contener el brote, imponiendo restricciones sanitarias y de desplazamientos.
En medio del aislamiento total de la parte merdional de Guinea, la única zona que registró casos mortales durante el último brote, son escasos los informes que se han filtrado desde el hospital de cuarentena en Gueckedou.
Levantado cerca de la frontera con Liberia y Sierra Leona por la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF), la clínica improvisada, que consiste en dos edificios de hierro corrugado colindante con un campamento de tiendas, actualmente cuenta con tan solo 20 camas y una capacidad de 50 pacientes, según la agencia AFP.
El médico Naoufel Dridi dijo a 'The Telegraph' que nunca había "visto tantos cuerpos en su vida como en los últimos días".
"Puedes estar ayudando a alguien llevando un vaso de zumo, agua fría o cualquier cosa porque sabes que tiene muy pocas posibilidades de sobrevivir y media hora después ya está muerto", contó Dridi.
"Luego, al poner su cuerpo en el saco, otra persona detrás de ti ha muerto. Después otra más. Una anciana murió por una hemorragia externa muy grave en su cuerpo, síntomas que son lo peor del ébola. Esto es muy difícil", agregó.
El altamente contagioso virus se divulga mediante contacto con los cuerpos de los infectados o muertos.
Los empleados guineanos y extranjeros de la clínica llevan uniformes simples, pero los que contactan con los pacientes van sellados de pies a cabeza en trajes NBQ con guantes, gafas, máscaras y botas.
Los pacientes en estado grave sufren de fiebre, dolores musculares, de cabeza y garganta, seguidos por vómitos, diarrea, erupciones corporales, así como insuficiencia renal y hepática.
Algunos sufren de hemorragias internas y externas.
"Nuestros empleados saben que deben mantener una distancia segura. Cuando una persona se levanta, rocían la silla para evitar que otros queden infectados", dijo Pascal Piguet, un experto logístico de la MSF, citado por AFP.
Cinco cepas del ébola —cuatro son mortales para los humanos— han sido descubiertas desde el primer brote en la República Democrática del Congo (entonces Zaire) en 1976.
No es que la enfermedad sea incurable, sino que no hay tratamiento ni vacunas con eficacia confirmada.
La higiene es lo único que ayuda a prevenir la infección, y es higiene precisamente lo que falta en muchos países de África. En la capital guineana, Conakri, una ciudad de dos millones de habitantes, en la mayoría de los barrios no hay electricidad ni agua potable.
Se han registrado posibles casos de esta enfermedad en Sierra Leona y Liberia, que están haciendo todo lo posible para contener el brote, imponiendo restricciones sanitarias y de desplazamientos.
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