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El conflicto de Ucrania mostrará si fracasa el “Imperio del Mal transatlántico”
“En Ucrania no hay conflicto entre Rusia y Ucrania, sino entre EE.UU. por una parte, y Rusia, China y la UE por otra. Veremos si el 'Imperio del Mal' transatlántico fracasa o lleva al caos a todo el mundo”, afirma un columnista del portal Polémica.
EE.UU. sigue con su economía “cayendo en picado”, el PIB que “sigue a cero” y el programa de Flexibilización Cuantitativa que “ayuda poco y a veces perjudica”, y al mismo tiempo, pretende “mantener su hegemonía cueste lo que cueste, por eso desestabiliza Oriente Medio y limita el acceso de China y la UE a los recursos energéticos”, afirma Alexander Rogers, analista y publicista ucraniano, en su artículo publicado en el portal de la misma nacionalidad ‘Polémica’.
Con este objetivo EE.UU. rodea a China con un “cinturón de hostilidad” y utiliza la “estrategia del bloque naval para aislar al país en el mar de China Meridional con portaviones y bases insulares, pero en vano”. Los mismos resultados tiene el intento estadounidense de “bloquear el acceso de Rusia a los recursos del Ártico con ayuda de Greenpeace, también sin éxito”. Y ahora el país norteamericano crea un conflicto en Ucrania totalmente artificial para enfrentar a Rusia y a la UE.
A pesar de que un grupo de políticos europeos (Monti, Hollande y Merkel, entre otros) están en posición de subordinación a EE.UU, el “'lobby' corporativo europeo no quiere que EE.UU. arregle asuntos a costa de Europa”. Así que Washington vuelve a fracasar asustando a Europa con “el monstruo de Putin que quiere recrear la URRS”.
En general, la política de EE.UU., tanto exterior como interior, es “una larga sucesión de fracasos épicos: las invasiones en Irak y Afganistán acabaron con una retirada sin resultado”. Washington no pudo controlar a sus “títeres” en Libia y el poder lo obtuvieron los señores de la guerra; Irán sobrevivió a todas las sanciones y “hasta amenazó a la UE con imponer las suyas”. La intervención en asuntos de Siria, Egipto y Georgia tampoco dio el resultado deseado.
Y por fin el golpe de Estado en Ucrania, “tan bien elaborado, acaba con la reunificación de Crimea con Rusia, lo que refuerza sus posiciones”. Hasta ahora las sanciones de Washington sólo aumentaron el precio del petróleo, disminuyeron el índice de la bolsa de valores del NASDAQ y perjudicaron a los “títeres” estadounidenses en los países bálticos. Y los rusos contestan a las sanciones con “risas satíricas y gritos de '¡Queremos más!'”.
El Gobierno “títere” de Turchinov, Yatsenyuk y Timoshenko resultó ser “incompetente y cobarde”, incapaz de llevar a cabo las tareas del Departamento de Estado de EE.UU., incluso las más sencillas, como hacer quebrar el complejo técnico aeronáutico Antónov, competidor de Boeing y Airbus. Pero eso se consideran pequeños ”trucos sucios" que en todo caso habrían tenido escasos resultados.
Así que Ucrania se convierte en la arena donde el conflicto entre EE.UU. y el grupo formado por Rusia, la UE y China mostrará si cae el “Imperio del Mal transatlántico” o no.
Pero a diferencia de EE.UU., Rusia “no deshumaniza a sus oponentes”, y es evidente que a muchos partidarios de Maidán los han inducido a error con la propaganda global. “Y la mayoría de los estadounidenses sufre la misma opresión por parte de su gobierno oligárquico”. Rusia, también al contrario que EE.UU., lucha “contra hechos, no contra la gente”.
Con este objetivo EE.UU. rodea a China con un “cinturón de hostilidad” y utiliza la “estrategia del bloque naval para aislar al país en el mar de China Meridional con portaviones y bases insulares, pero en vano”. Los mismos resultados tiene el intento estadounidense de “bloquear el acceso de Rusia a los recursos del Ártico con ayuda de Greenpeace, también sin éxito”. Y ahora el país norteamericano crea un conflicto en Ucrania totalmente artificial para enfrentar a Rusia y a la UE.
A pesar de que un grupo de políticos europeos (Monti, Hollande y Merkel, entre otros) están en posición de subordinación a EE.UU, el “'lobby' corporativo europeo no quiere que EE.UU. arregle asuntos a costa de Europa”. Así que Washington vuelve a fracasar asustando a Europa con “el monstruo de Putin que quiere recrear la URRS”.
En general, la política de EE.UU., tanto exterior como interior, es “una larga sucesión de fracasos épicos: las invasiones en Irak y Afganistán acabaron con una retirada sin resultado”. Washington no pudo controlar a sus “títeres” en Libia y el poder lo obtuvieron los señores de la guerra; Irán sobrevivió a todas las sanciones y “hasta amenazó a la UE con imponer las suyas”. La intervención en asuntos de Siria, Egipto y Georgia tampoco dio el resultado deseado.
Y por fin el golpe de Estado en Ucrania, “tan bien elaborado, acaba con la reunificación de Crimea con Rusia, lo que refuerza sus posiciones”. Hasta ahora las sanciones de Washington sólo aumentaron el precio del petróleo, disminuyeron el índice de la bolsa de valores del NASDAQ y perjudicaron a los “títeres” estadounidenses en los países bálticos. Y los rusos contestan a las sanciones con “risas satíricas y gritos de '¡Queremos más!'”.
El Gobierno “títere” de Turchinov, Yatsenyuk y Timoshenko resultó ser “incompetente y cobarde”, incapaz de llevar a cabo las tareas del Departamento de Estado de EE.UU., incluso las más sencillas, como hacer quebrar el complejo técnico aeronáutico Antónov, competidor de Boeing y Airbus. Pero eso se consideran pequeños ”trucos sucios" que en todo caso habrían tenido escasos resultados.
Así que Ucrania se convierte en la arena donde el conflicto entre EE.UU. y el grupo formado por Rusia, la UE y China mostrará si cae el “Imperio del Mal transatlántico” o no.
Pero a diferencia de EE.UU., Rusia “no deshumaniza a sus oponentes”, y es evidente que a muchos partidarios de Maidán los han inducido a error con la propaganda global. “Y la mayoría de los estadounidenses sufre la misma opresión por parte de su gobierno oligárquico”. Rusia, también al contrario que EE.UU., lucha “contra hechos, no contra la gente”.
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