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Infografía: ¿Cuánto 'cuesta' un soldado en distintos países?
El 'coste' de un soldado refleja no solo su capacidad para combatir, sino también el poder económico de su país y, en cierta medida, su estructura social. Les presentamos países con actitudes muy diferentes hacia sus soldados.
Incluso la más poderosa de las armas modernas tendrá muy poca utilidad si los uniformados que la manejan no se alimentan, no se entrenan, no disponen de equipamiento o, lo más importante, no están motivados.
Pese al enorme progreso de la tecnología militar, que permite el control remoto de operaciones, la piedra angular de cualquier Ejército del mundo sigue siendo el uniformado.
Unas altas cualidades profesionales suelen están relacionadas con un estatus social parejo y un nivel de vida y de servicio equivalentes, por lo cual el prestigioso diario de negocios ruso 'Kommersant' realizó un estudio acerca de los recursos que distintos países gastan por soldado.
Como era de esperar, los soldados más 'caros' son los de los Ejércitos de la OTAN y de las monarquías petroleras del golfo Pérsico, mientras que los más baratos sirven en los Ejércitos de los países en desarrollo.
Este indicador muestra muy claramente otra desigualdad, la económica: un soldado del Ejército australiano 'cuesta' 655 veces más que un uniformado de Laos.
En el futuro, el coste de un soldado no hará sino crecer y cubrirá mucho más que la alimentación, el uniforme y las armas. En el mundo actual la naturaleza de la guerra está cambiando, y los conflictos evolucionan hacia operaciones discretas que no requieren Ejércitos grandes y numerosos, sino tecnología militar puntera.
Los Ministerios de Defensa de todas las grandes potencias militares del mundo están desarrollando sus propios equipamientos para los 'soldados del futuro', equipamientos que deberían aumentar en gran medida la capacidad operativa de los uniformados.
Paradójicamente, el desarrollo de la tecnología militar, que durante siglos fue reduciendo constantemente el valor del individuo en la historia de la guerra, hoy en día nos puede traer de vuelta una situación casi medieval en la que el resultado de las batallas depende de pequeños grupos de profesionales bien equipados.
Solo que en lugar de la caballería pesada aparecen efectivos con trajes repletos de sistemas electrónicos y con la resistencia física reforzada con exoesqueletos.
Pese al enorme progreso de la tecnología militar, que permite el control remoto de operaciones, la piedra angular de cualquier Ejército del mundo sigue siendo el uniformado.
Unas altas cualidades profesionales suelen están relacionadas con un estatus social parejo y un nivel de vida y de servicio equivalentes, por lo cual el prestigioso diario de negocios ruso 'Kommersant' realizó un estudio acerca de los recursos que distintos países gastan por soldado.
Como era de esperar, los soldados más 'caros' son los de los Ejércitos de la OTAN y de las monarquías petroleras del golfo Pérsico, mientras que los más baratos sirven en los Ejércitos de los países en desarrollo.
Este indicador muestra muy claramente otra desigualdad, la económica: un soldado del Ejército australiano 'cuesta' 655 veces más que un uniformado de Laos.
En el futuro, el coste de un soldado no hará sino crecer y cubrirá mucho más que la alimentación, el uniforme y las armas. En el mundo actual la naturaleza de la guerra está cambiando, y los conflictos evolucionan hacia operaciones discretas que no requieren Ejércitos grandes y numerosos, sino tecnología militar puntera.
Retorno a la época de los caballeros medievales
Dichas operaciones dictan la necesidad de convertir a los soldados, mediante un equipamiento de alta tecnología, en verdaderas máquinas de combate capaces de operar individualmente… como los caballeros de la época medieval.Los Ministerios de Defensa de todas las grandes potencias militares del mundo están desarrollando sus propios equipamientos para los 'soldados del futuro', equipamientos que deberían aumentar en gran medida la capacidad operativa de los uniformados.
Paradójicamente, el desarrollo de la tecnología militar, que durante siglos fue reduciendo constantemente el valor del individuo en la historia de la guerra, hoy en día nos puede traer de vuelta una situación casi medieval en la que el resultado de las batallas depende de pequeños grupos de profesionales bien equipados.
Solo que en lugar de la caballería pesada aparecen efectivos con trajes repletos de sistemas electrónicos y con la resistencia física reforzada con exoesqueletos.
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