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EE.UU.: Más de 100 detenidos en las protestas contra McDonald's por bajos salarios
La Policía de EE.UU. ha detenido a más de 100 manifestantes que protestaban en la sede corporativa de McDonald's cerca de Chicago para exigir un mejor sueldo y el derecho a la sindicalización.
Esta última protesta contra el mayor operador de restaurantes de comida rápida del mundo se produjo un día antes de que tenga lugar la reunión anual de accionistas, donde participará el director ejecutivo, Don Thompson, que obtuvo una remuneración total de 9,5 millones de dólares en 2013.
Jessica Davis, de 25 años de edad, lamenta que Thompson gane millones sobre las espaldas de las personas que trabajan tanto para mantener a sus familias. "Tenemos que mostrar a McDonald's que vamos en serio y que no vamos a dar marcha atrás", declaró a Reuters una joven que trabaja en un McDonald's de Chicago y gana 8.98 dólares por hora.
"Es hora de que McDonald's deje de fingir que no puede aumentar los sueldos para las personas que hacen y sirven su comida", había declarado antes de ser detenida Mary Kay Henry, presidenta de la Unión Internacional de Empleados de Servicios, que tiene más de dos millones de afiliados. El sindicato ha ofrecido apoyo financiero y organizativo a las protestas, que comenzaron a finales del 2012 en Nueva York y se han ampliado a otras ciudades y países.
Este tipo de manifestaciones ha ayudado a impulsar un debate nacional sobre la desigualdad salarial en un momento en que muchos estadounidenses de bajos ingresos están teniendo serios problemas económicos. El pasado 15 de mayo se declaró el día mundial de solidaridad con los trabajadores de los locales de comida rápida en 150 ciudades de EE.UU. y en otros 33 países con el objetivo de ayudar a los empleados del sector a conseguir un aumento salarial.
Es hora de que McDonald's deje de fingir que no puede aumentar los sueldos
Jessica Davis, de 25 años de edad, lamenta que Thompson gane millones sobre las espaldas de las personas que trabajan tanto para mantener a sus familias. "Tenemos que mostrar a McDonald's que vamos en serio y que no vamos a dar marcha atrás", declaró a Reuters una joven que trabaja en un McDonald's de Chicago y gana 8.98 dólares por hora.
"Es hora de que McDonald's deje de fingir que no puede aumentar los sueldos para las personas que hacen y sirven su comida", había declarado antes de ser detenida Mary Kay Henry, presidenta de la Unión Internacional de Empleados de Servicios, que tiene más de dos millones de afiliados. El sindicato ha ofrecido apoyo financiero y organizativo a las protestas, que comenzaron a finales del 2012 en Nueva York y se han ampliado a otras ciudades y países.
Este tipo de manifestaciones ha ayudado a impulsar un debate nacional sobre la desigualdad salarial en un momento en que muchos estadounidenses de bajos ingresos están teniendo serios problemas económicos. El pasado 15 de mayo se declaró el día mundial de solidaridad con los trabajadores de los locales de comida rápida en 150 ciudades de EE.UU. y en otros 33 países con el objetivo de ayudar a los empleados del sector a conseguir un aumento salarial.
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