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La hegemonía mundial de EE.UU. toca a su fin: ¿Hacia un orden mundial sin superpotencias?
En los últimos años los analistas vienen pronosticando que EE.UU. está a punto de perder su rol de potencia hegemónica global. Aunque algunos se preguntan quién ocupará su lugar, otros creen que el concepto de hegemonía ya no se aplica a nuestra era.
El profesor Randall Schweller, de la Universidad de Ohio, desglosa en un artículo publicado en la revista 'Foreign Affairs' por qué cree que el mundo ya no estará bajo el liderazgo de una superpotencia.
"En lugar de ello se contará con una variedad de poderes que incluirán a países, empresas multinacionales, movimientos ideológicos, grupos criminales y terroristas globales, y organizaciones de derechos humanos que estarán compitiendo entre sí para alcanzar sus objetivos", escribe el analista. "La política internacional está pasando de ser un sistema anclado en principios predecibles y relativamente constantes a ser un sistema intrínsecamente incognoscible, mucho más errático e inestable", añadió.
En ese sentido, el experto cree que en términos geopolíticos se ha pasado a la era de la entropía. "La entropía es un concepto científico que mide el desorden: Cuanto mayor es la entropía, mayor es el desorden. Y el desorden es, precisamente, lo que va a caracterizar el futuro de la política internacional", sostiene Schweller.
Por otro lado, el autor del artículo señala que la revolución digital ha permitido que la información se difunda más rápido. Según él, aunque Twitter y Facebook han permitido a los ciudadanos organizar manifestaciones masivas, la mayoría de ellos "no son capaces de instituir cambios políticos".
"Tener una mayor cantidad de información a nuestro alcance no ha generado más sabiduría", escribe Schweller, agregando que el exceso de información en el mundo moderno "no crea las condiciones adecuadas para establecer una visión objetiva y completa de la realidad, sino que más bien aumenta el caos". Así, mientras EE.UU. se debilita y se fortalecen múltiples fuerzas que contribuyen al desarrollo de la tecnología digital y al acceso libre a la información como las redes sociales, el profesor cree que esta perspectiva aterradora "de una nueva era de la humanidad" no es una causa para desesperarse.
"Aunque no podemos revertir el proceso de la sobrecarga de información, podemos encontrar la mejor forma de adaptarnos y, tal vez, incluso, aprender a convertir la inundación de información en conocimiento útil y fiable", concluye.
"En lugar de ello se contará con una variedad de poderes que incluirán a países, empresas multinacionales, movimientos ideológicos, grupos criminales y terroristas globales, y organizaciones de derechos humanos que estarán compitiendo entre sí para alcanzar sus objetivos", escribe el analista. "La política internacional está pasando de ser un sistema anclado en principios predecibles y relativamente constantes a ser un sistema intrínsecamente incognoscible, mucho más errático e inestable", añadió.
En ese sentido, el experto cree que en términos geopolíticos se ha pasado a la era de la entropía. "La entropía es un concepto científico que mide el desorden: Cuanto mayor es la entropía, mayor es el desorden. Y el desorden es, precisamente, lo que va a caracterizar el futuro de la política internacional", sostiene Schweller.
Las guerras y el sobrecargo de información
"¿Cómo hemos llegado hasta aquí?", se pregunta el experto, explicando que "el cambio comenzó en el siglo XX" con el desarrollo de las armas nucleares y la propagación de la globalización económica. Schweller recuerda que las guerras han sido utilizadas como un arma para "reponer el sistema internacional" al servicio del "orden mundial". "EE.UU. sigue siendo un poder importante, pero se sabe que ya no domina a todos los contendientes. Cargado de deudas, Washington ha reducido su política exterior a unos objetivos básicos", puntualiza.Por otro lado, el autor del artículo señala que la revolución digital ha permitido que la información se difunda más rápido. Según él, aunque Twitter y Facebook han permitido a los ciudadanos organizar manifestaciones masivas, la mayoría de ellos "no son capaces de instituir cambios políticos".
"Tener una mayor cantidad de información a nuestro alcance no ha generado más sabiduría", escribe Schweller, agregando que el exceso de información en el mundo moderno "no crea las condiciones adecuadas para establecer una visión objetiva y completa de la realidad, sino que más bien aumenta el caos". Así, mientras EE.UU. se debilita y se fortalecen múltiples fuerzas que contribuyen al desarrollo de la tecnología digital y al acceso libre a la información como las redes sociales, el profesor cree que esta perspectiva aterradora "de una nueva era de la humanidad" no es una causa para desesperarse.
"Aunque no podemos revertir el proceso de la sobrecarga de información, podemos encontrar la mejor forma de adaptarnos y, tal vez, incluso, aprender a convertir la inundación de información en conocimiento útil y fiable", concluye.
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