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Las nueve meteduras de pata más famosas de la diplomacia contemporánea
Históricamente, la diplomacia es el arte de la comunicación. Pero como en todas las artes, incluso los maestros a veces cometen errores que pueden quedar en la anécdota o tener graves consecuencias. Muchos de ellos han pasado a la historia mundial.
Les ofrecemos una recopilación de nueve famosos errores diplomáticos de la política contemporánea elaborada por el sitio web ruso Vestifinance.ru.
En 1984 el presidente de EE.UU., preparándose para pronunciar un discurso sobre los derechos de los estudiantes, decidió bromear sobre el inicio de una guerra nuclear. Dijo a micrófono abierto que había firmado una orden para que al cabo de cinco minutos empezara un ataque nuclear. Los medios de comunicación difundieron el mensaje y las tropas de la URSS fueron movilizadas contra el 'inminente' ataque.
El entonces ministro de Finanzas de Japón —que ocupó varios puestos políticos en el Gobierno durante su carrera— el 14 de febrero de 2009 se presentó borracho a una reunión dedicada a la firma de un tratado de financiación adicional de 100.000 millones de dólares entre el Fondo Monetario Internacional y Japón. Tres días después presentó la dimisión.
En 1977 el mandatario estadounidense hizo una visita oficial a Polonia. La primera rueda de prensa del líder de EE.UU. intentó promover las ideas del capitalismo en el bloque comunista. Pero debido a varios errores del traductor estadounidense resultó que Jimmy Carter "había abandonado EE.UU. para no volver jamás" y "deseaba carnalmente a los polacos". Finalmente el traductor polaco logró evitar un escándalo diplomático.
Uno de los políticos que más recientemente ha ignorado la ética diplomática es Andréi Deschitsa. El 15 de junio de 2014 el ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania se presentó a la embajada de Rusia en Kiev durante el asedio del edificio por parte de una turba incontrolada y añadió al caos general sus opiniones en forma de insultos al presidente de Rusia.
En 1956 —en los albores de la Guerra Fría— una frase del líder soviético estremeció a los habitantes de EE.UU. Literalmente, el dirigente de la Unión Soviética dijo sobre el país rival: "Los enterraremos". Los medios de comunicación se preguntaban si la guerra nuclear era inminente. Pero el significado real de esta frase hecha en ruso se le escapó al traductor; en realidad, Jrushchov intentaba decir lo siguiente: "Nuestra ideología va a sobrevivir a la suya, y en algún momento de la historia veremos el fin del capitalismo".
En 2002 el príncipe Felipe del Reino Unido visitó Australia. Los anfitriones organizaron una representación de cultura indígena, y al príncipe se le ocurrió preguntar si lo que había presenciado era un pasatiempo común entre los pueblos aborígenes y si "todavía se arrojaban lanzas el uno a otro de manera habitual". Las palabras de Felipe rezumaban esnobismo imperial y provocaron un escándalo diplomático.
El ex primer ministro de Australia Kevin Rudd valoraba mucho las relaciones diplomáticas entre su país y China. Según sus palabras, las relaciones bilaterales provocaban a ambos países "orgasmos simultáneos".
Durante la competición de fútbol femenino de los Juegos Olímpicos de Londres en 2012 un partido estuvo a punto de cancelarse debido a un error político: en la pantalla electrónica del estadio en el que tenía que disputar un encuentro la selección de Corea del Norte los organizadores ilustraron la lista de nombres de las jugadoras norcoreanas con la bandera de Corea del Sur.
El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi es famoso por sus bromas de dudoso gusto. En 2008 la víctima de este 'talento' fue el mandatario estadounidense Barack Obama, a quien Berlusconi llamó "joven bronceado y atractivo", lo que generó una gran polémica en ambos países.
Ronald Reagan y el bombardeo nuclear de la URSS
En 1984 el presidente de EE.UU., preparándose para pronunciar un discurso sobre los derechos de los estudiantes, decidió bromear sobre el inicio de una guerra nuclear. Dijo a micrófono abierto que había firmado una orden para que al cabo de cinco minutos empezara un ataque nuclear. Los medios de comunicación difundieron el mensaje y las tropas de la URSS fueron movilizadas contra el 'inminente' ataque.
Shōichi Nakagawa y la firma del tratado de 100.000 millones de dólares
El entonces ministro de Finanzas de Japón —que ocupó varios puestos políticos en el Gobierno durante su carrera— el 14 de febrero de 2009 se presentó borracho a una reunión dedicada a la firma de un tratado de financiación adicional de 100.000 millones de dólares entre el Fondo Monetario Internacional y Japón. Tres días después presentó la dimisión.
Jimmy Carter y las dificultades de traducción
En 1977 el mandatario estadounidense hizo una visita oficial a Polonia. La primera rueda de prensa del líder de EE.UU. intentó promover las ideas del capitalismo en el bloque comunista. Pero debido a varios errores del traductor estadounidense resultó que Jimmy Carter "había abandonado EE.UU. para no volver jamás" y "deseaba carnalmente a los polacos". Finalmente el traductor polaco logró evitar un escándalo diplomático.
Andréi Desсhitsa y los insultos a Putin
Uno de los políticos que más recientemente ha ignorado la ética diplomática es Andréi Deschitsa. El 15 de junio de 2014 el ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania se presentó a la embajada de Rusia en Kiev durante el asedio del edificio por parte de una turba incontrolada y añadió al caos general sus opiniones en forma de insultos al presidente de Rusia.
Nikita Jruschov y el 'entierro' de EE.UU.
En 1956 —en los albores de la Guerra Fría— una frase del líder soviético estremeció a los habitantes de EE.UU. Literalmente, el dirigente de la Unión Soviética dijo sobre el país rival: "Los enterraremos". Los medios de comunicación se preguntaban si la guerra nuclear era inminente. Pero el significado real de esta frase hecha en ruso se le escapó al traductor; en realidad, Jrushchov intentaba decir lo siguiente: "Nuestra ideología va a sobrevivir a la suya, y en algún momento de la historia veremos el fin del capitalismo".
El duque de Edimburgo y las lanzas de los aborígenes
En 2002 el príncipe Felipe del Reino Unido visitó Australia. Los anfitriones organizaron una representación de cultura indígena, y al príncipe se le ocurrió preguntar si lo que había presenciado era un pasatiempo común entre los pueblos aborígenes y si "todavía se arrojaban lanzas el uno a otro de manera habitual". Las palabras de Felipe rezumaban esnobismo imperial y provocaron un escándalo diplomático.
Kevin Rudd y los "orgasmos simultáneos"
El ex primer ministro de Australia Kevin Rudd valoraba mucho las relaciones diplomáticas entre su país y China. Según sus palabras, las relaciones bilaterales provocaban a ambos países "orgasmos simultáneos".
Corea del Norte y una bandera extranjera
Durante la competición de fútbol femenino de los Juegos Olímpicos de Londres en 2012 un partido estuvo a punto de cancelarse debido a un error político: en la pantalla electrónica del estadio en el que tenía que disputar un encuentro la selección de Corea del Norte los organizadores ilustraron la lista de nombres de las jugadoras norcoreanas con la bandera de Corea del Sur.
Silvio Berlusconi y el "bronceado" de Obama
El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi es famoso por sus bromas de dudoso gusto. En 2008 la víctima de este 'talento' fue el mandatario estadounidense Barack Obama, a quien Berlusconi llamó "joven bronceado y atractivo", lo que generó una gran polémica en ambos países.
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