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Xi Jinping: "La confrontación entre China y EE.UU. sería un desastre"
Una confrontación entre China y Estados Unidos sería un desastre, los dos países "deben respetar la soberanía del otro", dijo el presidente chino, Xi Jinping.
Xi Jinping realizó está afirmación en Pekín durante la inauguración de la sexta ronda del diálogo estratégico y económico entre China y EE.UU. y la quinta ronda de consultas bilaterales al más alto nivel. La delegación de Estados Unidos estuvo encabezada por el secretario de Estado, John Kerry, informa Xinhua.
El líder declaró que "no hay que temer los problemas en las relaciones entre China y EE.UU. siempre y cuando ambas partes trabajen para superarlos".
"La construcción de las relaciones entre China y Estados Unidos como un nuevo modelo de relaciones entre grandes potencias no tiene precedentes en la historia. No hay una experiencia que podamos utilizar", dijo Xi Jinping.
Lee Fuell, experto del Centro de Inteligencia Nacional de la Fuerza Aérea de EE.UU., cree que ahora China puede resistir cualquier ataque de EE.UU. En caso de una acción militar, China podría desplegar aviones de combate, misiles balísticos y portaaviones, recuerda Fuell, citado por 'China Topix'.
Desde mitad de la pasada década, el conflicto entre China y Estados Unidos se está agravando, y este año por fin ha entrado en una etapa de fuerte confrontación, afirma el corresponsal del diario ruso 'Kommersant' Alexánder Gabúev.
Washington muestra ahora interés por el desarrollo de los acontecimientos en la región del mar de la China Meridional. Sin embargo, hasta 2010, EE.UU. se había mantenido al margen y afirmaba oficialmente que su prioridad principal era solucionar todas las controversias con medios pacíficos.
El presidente Barack Obama ha tratado de encontrar una nueva política sobre China ofreciendo a Pekín el formato de G2, en el que los dos grandes poderes tendrían una responsabilidad conjunta en el destino del mundo. "Sin embargo, China rechazó rápidamente la propuesta, razonando que en este caso tendría más obligaciones desagradables, como la apreciación del yuan, que beneficios directos", escribe Gabúev.
Tras comprobar que Pekín no quiere convertirse en un hermano menor, Washington activó la política de contención suave. Para alcanzar este objetivo, EE.UU. necesitaría servirse de sus principales aliados potenciales: los países del mar de la China meridional, añade Gabúev.
Durante la Cumbre de Asia Oriental de noviembre, Washington tendrá que demostrar si puede respaldar sus palabras con hechos.
El líder declaró que "no hay que temer los problemas en las relaciones entre China y EE.UU. siempre y cuando ambas partes trabajen para superarlos".
"La construcción de las relaciones entre China y Estados Unidos como un nuevo modelo de relaciones entre grandes potencias no tiene precedentes en la historia. No hay una experiencia que podamos utilizar", dijo Xi Jinping.
Lee Fuell, experto del Centro de Inteligencia Nacional de la Fuerza Aérea de EE.UU., cree que ahora China puede resistir cualquier ataque de EE.UU. En caso de una acción militar, China podría desplegar aviones de combate, misiles balísticos y portaaviones, recuerda Fuell, citado por 'China Topix'.
Enfrentamiento muy duro
Desde mitad de la pasada década, el conflicto entre China y Estados Unidos se está agravando, y este año por fin ha entrado en una etapa de fuerte confrontación, afirma el corresponsal del diario ruso 'Kommersant' Alexánder Gabúev.
Washington muestra ahora interés por el desarrollo de los acontecimientos en la región del mar de la China Meridional. Sin embargo, hasta 2010, EE.UU. se había mantenido al margen y afirmaba oficialmente que su prioridad principal era solucionar todas las controversias con medios pacíficos.
El presidente Barack Obama ha tratado de encontrar una nueva política sobre China ofreciendo a Pekín el formato de G2, en el que los dos grandes poderes tendrían una responsabilidad conjunta en el destino del mundo. "Sin embargo, China rechazó rápidamente la propuesta, razonando que en este caso tendría más obligaciones desagradables, como la apreciación del yuan, que beneficios directos", escribe Gabúev.
Tras comprobar que Pekín no quiere convertirse en un hermano menor, Washington activó la política de contención suave. Para alcanzar este objetivo, EE.UU. necesitaría servirse de sus principales aliados potenciales: los países del mar de la China meridional, añade Gabúev.
Durante la Cumbre de Asia Oriental de noviembre, Washington tendrá que demostrar si puede respaldar sus palabras con hechos.
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