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Guardaespaldas revela los secretos que esconden los líderes del Estado Islámico
A pesar del incesante flujo de propaganda presentándose como los custodios del islam, los líderes del Estado Islámico actúan motivados más por intereses pragmáticos que en defensa de valores religiosos, confiesa un desertor de la milicia.
Así lo aseguró Abu Abdullah, quien trabajó como guardaespaldas de Saddam Jamal -uno los principales jefes militares del Estado Islámico (EI)- durante una entrevista concedida al diario británico 'The Telegraph' después de desertar de la milicia.
Antes de unirse al EI, el exguardaespaldas afirmó que "Jamal primero fue traficante de drogas, luego sirvió en el Ejército Libre Sirio, donde obtuvo recursos provenientes desde la CIA, para después convertirse en uno de los prominentes miembros de la cúpula militar de los yihadistas".
Según Abdullah, la historia de su exjefe refleja claramente que los líderes del EI actúan de manera pragmática para aumentar sus recursos económicos y obtener mayor poder, utilizando la defensa del islam como mera retórica para ganar simpatías y legitimidad ante la población local.
El exceso de violencia de los yihadistas empleado contra la población civil motivó que Abdullah desertara. "Muchos de los combatientes extranjeros que llegan a Siria para combatir en la 'guerra santa' se decepcionan y escapan tras ver el verdadero comportamiento del EI", subraya.
"Algunos creen que las matanzas, violaciones, asesinatos y secuestros son una buena forma de expandir el islam", "no obstante, a muchos jefes militares como Jamal no les importa la misión de propagar el islam. Solo se preocupan por ser más poderosos. Si surge una nueva organización con mayor poder, hacia allá se dirigirán", concluye.
Antes de unirse al EI, el exguardaespaldas afirmó que "Jamal primero fue traficante de drogas, luego sirvió en el Ejército Libre Sirio, donde obtuvo recursos provenientes desde la CIA, para después convertirse en uno de los prominentes miembros de la cúpula militar de los yihadistas".
Según Abdullah, la historia de su exjefe refleja claramente que los líderes del EI actúan de manera pragmática para aumentar sus recursos económicos y obtener mayor poder, utilizando la defensa del islam como mera retórica para ganar simpatías y legitimidad ante la población local.
El exceso de violencia de los yihadistas empleado contra la población civil motivó que Abdullah desertara. "Muchos de los combatientes extranjeros que llegan a Siria para combatir en la 'guerra santa' se decepcionan y escapan tras ver el verdadero comportamiento del EI", subraya.
"Algunos creen que las matanzas, violaciones, asesinatos y secuestros son una buena forma de expandir el islam", "no obstante, a muchos jefes militares como Jamal no les importa la misión de propagar el islam. Solo se preocupan por ser más poderosos. Si surge una nueva organización con mayor poder, hacia allá se dirigirán", concluye.
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