Se revelan secretos sobre asilo de nazis en EE. UU.
El diario neoyorquino The New York Times logró obtener un informe secreto del Departamento de Justicia norteamericano, según el cual oficiales de servicios secretos norteamericanos “albergaron” en el país a varios nazis.
El informe, preparado hace cuatro años, revela que varios funcionarios estadounidenses, encargados de la cacería de ex nazis al término de la Segunda Guerra Mundial, desatendieron sus responsabilidades directas y ofrecieron refugio en su país a algunos de ellos.
El detallado informe de 600 páginas, cuya copia ya ha aparecido publicada en la página web del “National Security Archive” —un grupo de investigación independiente con sede en la Universidad George Washington de la capital estadounidense—, pretende evaluar los éxitos y fracasos para deportar a nazis y a sus colaboradores, en los esfuerzos por parte del colectivo de la Oficina de Investigaciones Especiales (formada en 1979) dentro del Departamento de Justicia de EE. UU.
En el estudio se afirma que algunos nazis pudieron entrar y trabajar en EE. UU. pese a que los funcionarios estadounidenses, encargados de su búsqueda y detención, conocían su “trayectoria profesional”.
Un vivo ejemplo de estos personajes ha sido el ingeniero alemán Arthur Rudolf, diseñador de la planta propulsora del cohete Saturno, que llevó a los primeros astronautas estadounidenses a la Luna en 1969. Cobijado en EE. UU. por sus conocimientos de cohetería, sólo en 1984 fue acusado de haber sido miembro del partido nazi y haber “explotado hasta la muerte” a miles de trabajadores recluidos cuando dirigía la fábrica de municiones de Mittelwerk.
Otro ejemplo es el del refugio en 1954 a Otto Von Bolschwing, quien conjuntamente con Adolf Eichmann había desarrollado el plan inicial de “depuración de Alemania de judíos”, y que acabó por ser adoptado para trabajar por la CIA. Sólo en 1981, el Departamento de Justicia norteamericano decidió deportarle del país, sin embargo, ese mismo año murió a la edad de 72 años.
Un ejemplo más es el de ocultar información sobre el ex soldado de las SS Tscherim Soobzokov quien trabajaba para la CIA. Cuando se denunció el caso, grupos radicales judíos organizaron una cacería de Soobzokov hasta que fue ajusticiado por una bomba en 1985 en su casa en Paterson.
La versión completa del informe revela también que, en 1997, el Departamento de Justicia estableció “pruebas definitivas” de que Suiza había comprado a la Alemania nazi el oro confiscado a las víctimas judías del Holocausto.
Desde la creación de la Oficina de Investigaciones Especiales, los Estados Unidos han deportado del país a más de 300 ex nazis.
El New York Times apunta a que el informe sobre la caza de nazis fue impulsado por Mark Richard, un abogado del Departamento de Justicia.
En 1999, Richard convenció a la fiscal general de EE. UU., Janet Reno, para que iniciara una investigación pero, cuando el informe final fue preparado en 2006, el Departamento de Justicia se negó a publicarlo.
Según el mismo periódico, cuando descubrió que tenía cáncer, Richard dijo a un grupo de amigos que uno de sus deseos antes de morir era "ver el informe publicado". El abogado finalmente murió en 2009 sin ver su sueño cumplido.