Hezbolá designó al nuevo primer ministro de Líbano
El Líbano ya tiene un nuevo primer ministro que ha sido designado por Hezbolá. Nayib Mikati fue elegido por la mayoría parlamentaria del partido, que llegó al poder hace unas dos semanas. A pesar de ser presentado por los chiís, el primer ministro procede de los sunís: la Constitución del país impone esta exigencia; al mismo tiempo el presidente debe ser cristiano, y el presidente del Parlamento, chií.
Nayib Mikati, en una primera vista parece tener intenciones bastante moderadas. "No es la victoria de un grupo ante otro o una victoria de una parte frente a la otra”, cita sus palabras EFE. "Es una victoria de la moderación ante el radicalismo, de la victoria ante la división, de la reconciliación ante las diferencias, del amor ante los errores”.
Pese a estas declaraciones, poca gente cree que el denominado 'brazo político' predique amor y reconciliación. Por ejemplo, Estados Unidos ya anunciaron su actitud hacia el nuevo gabinete. "Un Gobierno controlado por Hezbolá tendría claramente un impacto en nuestra relación bilateral con el Líbano", afirmó la secretaria del Estado norteamericano Hillary Clinton.
Mientras tanto las protestas de los partidarios del exprimer ministro Saad Hariri parecen calmarse. A lo largo de dos días en muchas localidades, incluso en Trípoli y Beirut, los sunís expresaron la indignación con la llegada al poder del partido chií, considerado terrorista por algunos de países como: Reino Unido, Países Bajos y los propios EE. UU.
Los protestantes afirmaron que dicha formación política, que inesperadamente ganó las elecciones parlamentarias hace unas dos semanas, usó intimidaciones y amenazas de violencia para recibir el respaldo de otras dos fuerzas, la comunidad drusa y otra, cristiana. Así, muchos libaneses acusaron a los chiís de haber realizado un golpe de Estado.
Sin embargo, el partido tradicionalmente radical por el momento actúa de una manera bastante pacífica. Su líder Hassan Nasralá llamó a toda la nación a la calma y unidad, al ofrecer a Saad Hariri unirse al Gobierno de unidad nacional. Propuesta que rechazó este último.
Hariri mantiene unas relaciones muy frías con Hezbolá, en gran parte por razón de uno de los mayores problemas del Líbano, el asesinato de su padre, el exprimer ministro Rafik Hariri. La investigación de este caso se realiza por el Tribunal Especial para el Líbano de la ONU, y, según los expertos, el partido chií aplicó muchos esfuerzos para hacer a Saad recusarla.
Las conclusiones del Tribunal todavía no son conocidas, pero Hezbolá teme, que entre los culpables, anunciados por los investigadores, se encuentren algunos de sus representantes. Cuando Hariri finalmente rechazó la presión de Hezbolá, 11 de los 30 ministros de Líbano dimitieron paralizando el trabajo, ya que el Ejecutivo libanés toma decisiones en base a la mayoría calificada. Lo más probable es que ahora Hariri se niegue a cooperar con sus oponentes precisamente por razón de este conflicto.
Al tener en cuenta los duros y violentos episodios de la historia de Líbano, no se puede predecir, en qué dirimirá la situación actual en el país con un equilibrio muy frágil en lo que a las ideas políticas y religiosas se refiere.