Comunistas chilenos se querellan por el presunto homicidio de Pablo Neruda
El Partido Comunista de Chile ha presentado una querella a la Corte de Apelaciones para que determine la verdadera causa de la muerte del célebre poeta chileno Pablo Neruda, ocurrida en septiembre de 1973.
Fallecido en un hospital santiaguino, solo 12 días después del Golpe de Estado que llevó al poder al capitán general Augusto Pinochet, el Premio Nobel de Literatura padecía de un cáncer. Pero últimamente han sido publicados los testimonios de dos personas que ponen en duda la autopsia oficial y plantean una nueva versión de la defunción: la de homicidio.
Primero, fue el chófer y ayudante personal de Neruda, Manuel Araya, quien denunció recientemente ante los lectores de la revista mexicana 'Proceso' que la muerte del poeta se debió a una inyección en el estómago que le había aplicado un médico mientras el poeta dormía, y no por las complicaciones del cáncer de próstata que padecía. “El gobierno militar no quería que saliera del país y por eso lo hizo”, consideró Araya.
A esta acusación muy directa se sumó la declaración del entonces embajador de México en Santiago de Chile, Gonzalo Martínez Corbalá, acerca de la condición en que había visto al enfermo un día antes de su muerte. El diplomático le había visitado en el hospital y atestiguó que “podía conversar tranquilamente, caminó por la pieza, intercambiaron opiniones políticas, describió qué objetos finales quería llevar en su viaje a México” (que debía de realizarse dos días más tarde).
El diputado del parlamento nacional y presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, explicó como un deber moral para esta agrupación política exigir la verdad sobre el fallecimiento de quien fue además su militante y destacado representante del Gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende (1970-1973). Señaló también que el caso de Neruda podría enmarcarse en una serie de muertes ocurridas durante los primeros años de la dictadura militar que ahora se están investigando. Además de Salvador Allende, se refirió al caso de José Tohá, ministro de Defensa e Interior en su gabinete, quien oficialmente se ahorcó en 1974 en el Hospital Militar de Santiago, y al del expresidente Eduardo Frei Montalva, fallecido en 1982, en el que se investiga un presunto envenenamiento.
El abogado Eduardo Contreras quien acompañó al líder comunista a la Corte, aseguró que existe una duda legítima sobre la muerte de Neruda que justifica “ética, moral y judicialmente” la presentación de la querella. El letrado consideró que la posibilidad de que el premio Nobel de Literatura fuera asesinado por agentes de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) tiene asidero porque “en el exilio hubiera sido algo muy difícil” para el régimen. Si la querella es acogida por la Justicia chilena, Contreras aseguró que solicitarán que los restos del poeta sean exhumados de la tumba del balneario de Isla Negra, donde reposan en la actualidad.
Mientras tanto, la hija del 'blanco principal' y la 'víctima número uno' de la revuelta de 11 de septiembre de 1973, Isabel Allende, se manifestó indignada por la repercusión que recibió en la prensa nacional la exhumación de los restos de su padre. Atribuyó al “amarillismo” de la Televisión Nacional de Chile las declaraciones de unos peritos que la cadena pública ofreció antes de que el equipo científico haga alguna conclusión definitiva respecto a la procedencia de la bala que acabó con la vida de Salvador Allende.