EE. UU. : de la crisis financiera al déficit de matrimonios
La gente ya no quiere o no puede casarse. Y no porque no tenga ganas, sino por no tener dinero. La crisis económica de EE. UU. hace cada vez más frecuente las situaciones en las que una pareja no puede casarse ni sabe cómo lograría mantener a su futura familia. La celebración de una boda, una de las fiestas más importantes de la vida de las personas, simplemente no está al alcance de los bolsillos de multitud de gente.
Si en los años sesenta se casaba el 72% de los estadounidenses, hoy en día ese porcentaje alcanza aproximadamente el 51%.
“Un número importante de personas señalan que retrasan sus planes de boda por la recesión. Creemos que hay una relación entre esto y los escasos matrimonios, aunque es difícil de precisar si es el más importante”, comenta Wang Rong, uno de los especialistas del centro de investigación Pew Research Center, que encuesta a la población estadounidense para identificar las tendencias sociológicas actuales.
"Primero, resulta caro casarse si quieres tener una boda o comprar los anillos. Pero hay muchos otros factores financieros", explica una encuestada.
La crisis financiera también destruye a las familias de EE. UU.
Otra razón por la que los estadounidenses no tienen mucha prisa en casarse es la importancia que ha cobrado la carrera laboral en la vida de las personas. "La familia era más importante en la década de los 70 o de los 80. Hoy en día, todo se centra en el trabajo y en labrarse una carrera. Es a lo que la gente le da más valor", comenta otro encuestado.
Un estudio de la Universidad de Virginia, revela que un 29% de la totalidad de las parejas estadounidenses sufre algún tipo de tensión en sus relaciones debido a las dificultades económicas. La crisis financiera en EE. UU. aumenta también el número de divorcios.
Pagar cuentas, mantener un puesto de trabajo, el despido de uno de los cónyuges o las diferencias sustanciales entre gastos y ahorro componen las características de la típica radiografía de un divorcio basado en razones económicas.
En algunos casos la situación es tan desesperada que muchos se ven obligados a someterse a terapia. Stella Verna, especialista en casos familiares, afirma que una buena parte de los pacientes de su consulta revela situaciones similares y que casi todos los que acuden a ella para solucionar sus problemas matrimoniales tienen de trasfondo un complicado panorama financiero personal.