Irán 'descubre América' pese al pataleo de EE. UU.
Estados Unidos ha amenazado con tomar represalias financieras contra aquellos estados latinoamericanos que mantengan vínculos amistosos y colaboren con Teherán. Este domingo el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, empieza una gira por el continente sudamericano.
Pese a las amenazas, los expertos opinan que la presión de Washington no tendrá ningún efecto en los países de Latinoamérica dispuestos a mantener relaciones con Teherán, y menos en la Venezuela de Hugo Chávez.
El viaje de cinco días llevará al presidente iraní de Venezuala a Nicaragua, Cuba y Ecuador, todos ellos países miembros del bloque ALBA. En estas cuatro escalas Ahmadineyad negociará con los mandatarios latinoamericanos el aumento de la cooperación bilateral en todos los ámbitos.
Entretanto, la Casa Blanca ha tachado la gira iraní de búsqueda "desesperada" de apoyos de un régimen "aislado". Pese a que los países que recibirán a Ahmadineyad mantienen una postura negativa hacia EE. UU., Washington les ha advertido que “no es el momento de estrechar sus lazos con Irán”, según la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland.
Al mismo tiempo, la administración estadounidense ha amenazado a América Latina con una nueva ley, promulgada por el presidente Barack Obama, que establece sanciones financieras contra cualquier institución extranjera que negocie con el Banco Central de Irán. Dado que este Banco realiza operaciones con los aliados de Irán, la declaración de Washington contempla represalias a cualquier país que decida cooperar con la república islámica.
En lo que se refiere al ‘frente mediático’ abierto en EE. UU. contra la visita de Ahmadineyad, el diario ‘Washington Post’ advierte que Teherán ya ha comenzado a enviar miembros de sus fuerzas de élite Al Quds a sus embajadas en Latinoamérica. Los funcionarios de Pentágono no han podido confirmar tal información.
Todo este revuelo se enmarca en la tensa situación que enfrenta a Occidente con Teherán, complicada por la presencia militar estadounidense cerca de las fronteras iraníes y por las duras sanciones económicas contra la república islámica que EE. UU. ha promulgado y que Europa se dice dispuesta a aplicar en relación con el programa nuclear de Teherán.
Con todos estos factores sobre la mesa, parece que EE. UU. busca aumentar la presión sobre Irán aún a costa de empeorar sus relaciones con las potencias de América Latina.
Latinoamérica desoye las amenazas de EE. UU.
Pese a las amonestaciones de Washington y sus intentos de frustrar la gira de Ahmadineyad, los líderes latinoamericanos están más que dispuestos a desarrollar la cooperación con Teherán.
De hecho, el presidente de Venezuela Hugo Chávez ya declaró que la visita de su homólogo iraní se realizará “a pesar de que los yanquis mandaron un portaaviones para el Golfo Pérsico para presionar”.
“El gobierno de Hugo Chávez hará caso omiso de la presión de EE. UU.” contra Irán, asegura el periodista Daniel Garrido, que subraya que tanto Venezuela como el resto de países de América Latina "están preparados" para encajar las críticas de Washington.
El experto también destaca que la gira del presidente iraní Ahmadineyad es “una forma de buscar aliados” con la que Teherán intenta compensar las presiones de Europa y EE. UU. contra su régimen.
El interés de Teherán por Latinoamérica no es nuevo y se remonta a contactos en el sector petrolífero con México y Venezuela en la década de los 30 del siglo XX. A pesar de los contactos con otros países de la región, el Gobierno iraní mantiene una alianza especialmente sólida con Caracas, capital que visita por quinta vez desde 2005. En Venezuela Irán planea concretar varios proyectos multimillonarios como la construcción de una planta de cemento y de una fábrica de coches iraníes, entre otros.
Junto a la construcción de represas, y distintos proyectos energéticos, está previsto que el líder iraní mantenga también negociaciones sobre la construcción de una central hidráulica en Ecuador que contaría con participación china.