Breivik quitó la vida a 77 personas 'en defensa propia'
El extremista noruego Anders Breivik admitió la autoría de los actos incriminados, pero rechazó su culpabilidad en la primera jornada del juicio en su contra. “Actué en defensa propia”, declaró el reo, tal y como prometió a su abogado las vísperas.
Siendo interrogado sobre su personalidad, Breivik desmintió la aserción del juez de que estaba desempleado. Reveló que la información del tribunal era errónea, aclarando que él es un “escritor” que “trabaja desde la cárcel”.
A continuación la acusación describió brevemente a cada víctima mortal (en su totalidad 77 personas) y a cada herido en el doble ataque: el atentado con uso de explosivos en frente del complejo gubernamental de Oslo y la masacre en el campamento juvenil de la isla de Utoya, donde asesinó a tiros a 69 jóvenes.
El procedimiento ocupó más de una hora. Pese a que la audiencia ha sido transmitida en vivo por varias cadenas de la televisión local, de vez en cuando se censuraba la voz de la fiscal. Se hacía cuando se enumeraban las lesiones causadas por Breivik a sus víctimas, a causa de las cuales habían perecido.
Todo ese tiempo el acusado permaneció impasible y mirando hacia abajo. Mientras, los sollozos de los familiares de sus víctimas fatales interrumpieron la audiencia en varias ocasiones. Al contrario, el reo se puso a llorar —y luego frotó sus ojos por largo rato— cuando le enseñaron un vídeo de 12 minutos grabado por él mismo durante la preparación del atentado. En el corto había apologizado su agresión con la sumisión de la cultura nacional por el flujo de inmigrantes.
Se espera que este martes se produzca la declaración de Breivik, seguida por las de los testigos. Las conclusiones de los dos equipos de psiquiatras que ofrecieron dictámenes divergentes sobre el estado mental del acusado serán examinadas en un plazo de diez semanas. Esta primera fase del juicio concluirá con un veredicto sobre si el procesado es psíquicamente sano e imputable jurídicamente.
La condena máxima que afronta el asesino confeso noruego es de 21 años de prisión. En caso de que sea declarado demente, en conformidad con el primer informe forense formulado en noviembre pasado, estará bajo custodia en un hospital psiquiátrico.