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Una compañía de EE.UU. asesoró a China en la creación de un helicóptero de combate
La compañía estadounidense United Technologies (UTC) y dos filiales suyas, Hamilton Sundstrand y Pratt & Whitney Canada, han reconocido ante la justicia que infringieron la ley de exportaciones de EE.UU. y asesoraron a China en la creación del helicóptero de combate Z-10.
La corporación acordó pagar más de 75 millones de dólares al Ministerio de Justicia y al Departamento de Estado para llegar a un acuerdo sin necesidad de entablar un proceso judicial.
“China ha podido fabricar su primer helicóptero de combate, parcialmente gracias a la actividad de estas compañías que le transfirieron una tecnología militar secreta de EE.UU.”, señala un comunicado del Ministerio de Justicia al respecto.
El Z-10 está equipado con motores de Pratt & Whitney Canada, que es una filial de Pratt & Whitney, gran productor de motores de aviones civiles y militares. La fabricación del helicóptero se inició en 2000 y ya en 2009 las primeras unidades pasaron a formar parte de las Fuerzas Armadas de China.
EE.UU. introdujo un embargo a la exportación de equipos y tecnologías militares a China en 1989 después de los trágicos acontecimientos en la plaza de Tian´anmen, cuando las autoridades chinas aplastaron violentamente las protestas estudiantiles. Desde los 80, el Estado asiático empezó el diseño de su propio helicóptero de combate con la introducción de tecnologías extranjeras encubriéndolo como un programa de creación de un helicóptero comercial, según afirma el Ministerio de Justicia estadounidense.
Se reveló que desde 2002 hasta 2004 Pratt & Whitney suministró a China motores para los helicópteros militares que eran iguales a los empleados para aeronaves civiles. No obstante, la compañía instalaba software militar en estos motores para ganar privilegios en el mercado de la aviación comercial en China, señala el Ministerio.
Esta infracción de la ley por parte de Pratt & Whitney salió a la luz por primera vez en 2006, pero la compañía estuvo un año asegurando que estas acusaciones no tenían fundamento.
El jueves United Technologies hizo público un comunicado en el que señala que lamenta lo sucedido y reconoce su culpa.
“China ha podido fabricar su primer helicóptero de combate, parcialmente gracias a la actividad de estas compañías que le transfirieron una tecnología militar secreta de EE.UU.”, señala un comunicado del Ministerio de Justicia al respecto.
El Z-10 está equipado con motores de Pratt & Whitney Canada, que es una filial de Pratt & Whitney, gran productor de motores de aviones civiles y militares. La fabricación del helicóptero se inició en 2000 y ya en 2009 las primeras unidades pasaron a formar parte de las Fuerzas Armadas de China.
EE.UU. introdujo un embargo a la exportación de equipos y tecnologías militares a China en 1989 después de los trágicos acontecimientos en la plaza de Tian´anmen, cuando las autoridades chinas aplastaron violentamente las protestas estudiantiles. Desde los 80, el Estado asiático empezó el diseño de su propio helicóptero de combate con la introducción de tecnologías extranjeras encubriéndolo como un programa de creación de un helicóptero comercial, según afirma el Ministerio de Justicia estadounidense.
Se reveló que desde 2002 hasta 2004 Pratt & Whitney suministró a China motores para los helicópteros militares que eran iguales a los empleados para aeronaves civiles. No obstante, la compañía instalaba software militar en estos motores para ganar privilegios en el mercado de la aviación comercial en China, señala el Ministerio.
Esta infracción de la ley por parte de Pratt & Whitney salió a la luz por primera vez en 2006, pero la compañía estuvo un año asegurando que estas acusaciones no tenían fundamento.
El jueves United Technologies hizo público un comunicado en el que señala que lamenta lo sucedido y reconoce su culpa.
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