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Vecinos del Ministerio de Finanzas se sienten sus ˝siervos˝

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Los inquilinos de un edifico de la capital de Rusia se quejan de su vecindad con el Ministerio de Finanzas de la región de Moscú. Unos departamentos del mismo fueron adjudicados a los funcionarios del ministerio y ahora la gente tiene que vivir según el horario de la institución, lo que los hace
Vecinos del Ministerio de Finanzas se sienten sus ˝siervos˝

Los inquilinos de un edifico de la capital de Rusia se quejan de su vecindad con el Ministerio de Finanzas de la región de Moscú. Unos departamentos del mismo fueron adjudicados a los funcionarios del ministerio y ahora la gente tiene que vivir según el horario de la institución, lo que los hace sentirse siervos de la misma.

La casa está situada en la calle de Kokkinaki 6, donde la mayoría de los apartamentos son utilizados por los empleados del ministerio. En el patio hay una barra metálica y vigilantes de policía, ante los cuales debe uno identificarse si es que quiere visitar a los otros inquilinos. Tal vida comunal con el Ministerio de Finanzas empezó en el 2004.

Los inquilinos están descontentos con la actual situación quejandose de la vecindad incómoda.

”Todo el día estamos oyendo los tacones de los zapatos, el ascensor subir y bajar, los oficinistas corren por las escaleras, fuman, beben café, hablan... Ellos trabajan y nosotros vivimos prácticamente en sus oficinas”, se lamenta Alla Baklánova, quien nació y creció en este edificio. Hace 22 años el gobierno le dijo que las instalaciones ya no estaban en condiciones y que les buscarían nuevas viviendas. La mayoría de la gente se mudó, pero ocho familias todavía permanecen allí.

Mientras unos hacen sus faenas diarias, otros trabajan. Aquí la convivencia es particularmente especial. Los abogados aseguran que este caso no es el único en Moscú. Según la ley, ni unos ni otros están violando ninguna norma y lo único que se les puede recomendar es esperar a resolver el problema.

”Este proceso, por desgracia, suele durar mucho. La gente puede estar en la lista de espera durante décadas para recibir una vivienda en mejores condiciones”, señala la abogada Patimat Jakímova.

Efectivamente, esta es una situación paradójica. A los vecinos les molestan las cámaras de vigilancia que siguen sus pasos todos los días en sus propias casas, como también los policías armados en la entrada. Pese a ello, hay una cosa clara: las oficinas del Ministerio de Finanzas no pueden estar sin protección. Una seguridad que a los vecinos también les viene bien. Todo depende del cristal con que se mire.

”En estas situaciones es el sentido del humor lo que nos puede salvar y compensar. Los rusos somos bastante pacientes. Como esta situación es estresante, tanto para los propietarios de los pisos como para los trabajadores, ambos tienen que intentar sonreír”, afirma  la psicóloga Nadezhda Kuzmina, consultada al respecto.

Este problema tiene solución. Algún día los inquilinos tendrán nuevas casas, pero hasta ese momento deben armarse de mucha mucha paciencia, concluyó.

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