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WikiLeaks: "EE.UU. apoya a Monsanto en el extranjero a costa del contribuyente"
Los cables diplomáticos estadounidenses publicados por WikiLeaks revelaron que el Departamento de Estado de EE.UU. durante años ha protegido en todo el mundo los intereses de Monsanto y otras empresas biotecnológicas.
El grupo de protección del consumidor Food & Water Watch publicó el martes un informe basado en cables filtrados por WikiLeaks que demuestra que el Gobierno federal colabora con algunas polémicas empresas del campo de la biotecnología que en los últimos años han promovido sus productos modificados genéticamente en el mercado global.
"El Departamento de Estado de EE.UU. está vendiendo semillas en lugar de democracia", indicó la directora ejecutiva de Food & Water Watch, Wenonah Hauter.
"Este informe muestra un panorama escalofriante de cómo una serie de gigantescas empresas biotecnológicas influyen indebidamente en la política exterior de EE.UU. y socavan los esfuerzos diplomáticos para promover la seguridad, el desarrollo internacional y la transparencia en todo el mundo. Este informe tiene que hacer que los estadounidenses actúen para que la política pública no se venda al mejor postor", señaló Hauter.
Food & Water Watch presentó sus descubrimientos después de analizar cerca de 260.000 cables del Departamento de Estado publicados por WikiLeaks desde de 2010. Según el grupo, la estrategia del Departamento de Estado consistía en presionar a Gobiernos extranjeros para que respaldaran la biotecnología.
Esta estrategia constaba de cuatro etapas: promover los intereses comerciales de la industria biotecnológica, relajar las regulaciones en materia de biotecnología en el extranjero, proteger las exportaciones de la industria biotecnológica estadounidense y fomentar que los países en desarrollo adoptaran los cultivos biotecnológicos.
Un cable enviado desde el Consulado de Eslovaquia al Departamento de Estado en 2005 indica, por ejemplo, que en el país europeo "se continuarán los esfuerzos para disipar los mitos sobre los organismos genéticamente modificados [OGM] y abogar por Monsanto".
En 2009, un cable de Madrid anunció que Monsanto había "pedido urgentemente" que se luchara contra una campaña de la oposición contra los OGM que ocasionaba problemas a la industria biotecnológica. Las revelaciones de cables de otros lugares del mundo (como Hong Kong, la Unión Europea y Egipto) también muestran los esfuerzos para promover productos genéticamente modificados que había llevado a cabo EE.UU. en nombre de la industria biotecnológica.
"No es extraño que Monsanto, DuPont, Syngenta, Bayer y Dow intenten mantener y ampliar su control del mercado global de semillas, de un valor total de 15.000 millones de dólares, pero sí es lamentable que el Departamento de Estado sea cómplice de los objetivos de la industria a pesar de las fuertes críticas por parte de la opinión pública y de la oposición en varios países", señaló Ronnie Cummins, director ejecutivo de la Asociación de Consumidores Orgánicos.
"El dinero del contribuyente estadounidense no debería utilizarse para que las grandes empresas de biotecnología logren sus objetivos", agregó Cummins.
"El Departamento de Estado de EE.UU. está vendiendo semillas en lugar de democracia", indicó la directora ejecutiva de Food & Water Watch, Wenonah Hauter.
"Este informe muestra un panorama escalofriante de cómo una serie de gigantescas empresas biotecnológicas influyen indebidamente en la política exterior de EE.UU. y socavan los esfuerzos diplomáticos para promover la seguridad, el desarrollo internacional y la transparencia en todo el mundo. Este informe tiene que hacer que los estadounidenses actúen para que la política pública no se venda al mejor postor", señaló Hauter.
Food & Water Watch presentó sus descubrimientos después de analizar cerca de 260.000 cables del Departamento de Estado publicados por WikiLeaks desde de 2010. Según el grupo, la estrategia del Departamento de Estado consistía en presionar a Gobiernos extranjeros para que respaldaran la biotecnología.
Esta estrategia constaba de cuatro etapas: promover los intereses comerciales de la industria biotecnológica, relajar las regulaciones en materia de biotecnología en el extranjero, proteger las exportaciones de la industria biotecnológica estadounidense y fomentar que los países en desarrollo adoptaran los cultivos biotecnológicos.
Un cable enviado desde el Consulado de Eslovaquia al Departamento de Estado en 2005 indica, por ejemplo, que en el país europeo "se continuarán los esfuerzos para disipar los mitos sobre los organismos genéticamente modificados [OGM] y abogar por Monsanto".
En 2009, un cable de Madrid anunció que Monsanto había "pedido urgentemente" que se luchara contra una campaña de la oposición contra los OGM que ocasionaba problemas a la industria biotecnológica. Las revelaciones de cables de otros lugares del mundo (como Hong Kong, la Unión Europea y Egipto) también muestran los esfuerzos para promover productos genéticamente modificados que había llevado a cabo EE.UU. en nombre de la industria biotecnológica.
"No es extraño que Monsanto, DuPont, Syngenta, Bayer y Dow intenten mantener y ampliar su control del mercado global de semillas, de un valor total de 15.000 millones de dólares, pero sí es lamentable que el Departamento de Estado sea cómplice de los objetivos de la industria a pesar de las fuertes críticas por parte de la opinión pública y de la oposición en varios países", señaló Ronnie Cummins, director ejecutivo de la Asociación de Consumidores Orgánicos.
"El dinero del contribuyente estadounidense no debería utilizarse para que las grandes empresas de biotecnología logren sus objetivos", agregó Cummins.
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