Las mil caras del Demonio
¿Qué sabemos realmente del ángel de la muerte? Quiero hablarles en esta oportunidad de aquel ángel caído del paraíso a raíz de una conversación que tuve con cierta persona de Ucrania y que me manifestaba sentirse “cool” usando atuendos y vestimentas negras, labios rojos, cuerpo tatuado aquí y allá con alusiones al demonio y al número 666. Le pregunté, ¿por qué adoraba al demonio…? eso mismo. Hubo un silencio prolongado, como si tu idioma nativo lo hubieras olvidado. Luego de unos segundos interminables me respondió: ¡en realidad no lo sé! La respuesta me ha motivado a profundizar sobre el tema; sobre este casi leyenda urbana que el demonio representa para nuestra sociedad actual. Para nuestros padres, un mal real inculcado por las iglesias y sus dogmas y para el mundo en general y en toda época… algo que simplemente es tan importante como creer en Dios. Veamos si puedo echar algo de luz en la cantidad de información que existe al respecto.
Si Sondeamos en la generación de los años ´80 del siglo pasado, y preguntáramos a las personas de esa época “qué es el demonio para ti”, lo más probable es que nos respondan que el diablo parece ser un simple icono hollywoodense; que Lucifer era un ángel de luz caído en desgracia por su desobediencia a Dios. Si hacemos la misma pregunta a las generaciones anteriores a los años ´70 encontraremos claras reminiscencias de la religión católica cristiana en la mayoría, mezcladas con los dogmas de las religiones protestantes que las hay por cientos, las cuales surgieron a finales del siglo XVIII en adelante inspiradas por luteranismo y su reforma protestante. Sin embargo, es interesante todo lo que involucra y envuelve al príncipe apostata. Nuestros abuelos hablaban de brujas, conjuros, maleficios, mal de ojos, duendes y un sinnúmero de otros supuestos fenómenos paranormales vinculados a la maldad del diablo. La contramedida inmediata para el conjuro de estos males era a través de pócimas, fetiches, magia blanca, encantamientos oraciones de todo tipo, ayudas espirituales, parafernalias, crucifijos, exorcismos y un interminable etcétera, así como de charlatanes de turno.
Como sea, el demonio, Satanás o Lucifer ha ocupado la mente del hombre desde que el mundo es mundo. Hasta antes de que el pensamiento científico y médico explicaran la causa real de los males y las dolencias del ser humano, la humanidad pensaba y creía a pie juntillas que las enfermedades se debían a los espíritus malignos y a los demonios. Tan Sólo los romanos en la época de Jesús adoraban a una pléyade de dioses junto con los dioses griegos y mucho antes, los dioses sumerios.
TTodas las culturas de una u otra forma hablan de este controvertido personaje. Para no alejarnos tanto en la historia conozcamos como llaman al demonio las cinco principales religiones del mundo en la actualidad; a saber: el Judaísmo, el Islamismo, el Cristianismo, El Hinduismo y el Budismo.
Para el Islam el demonio es Iblis; Para los judíos es Satanás y para los cristianos es Lucifer. Los Hindúes lo conoce con el nombre de Rávana y los budistas lo designan Mara. A principios del siglo XX en adelante el maligno es tema actual, reiterado y constante a través del tiempo, tanto en la música, como en el cine y la literatura. Sin embargo en reiteradas ocasiones hemos escuchado frases como, “Los árabes son el demonio”; Bush es el ángel de la muerte”; “la música rock es demoniaca”; “Los Beatles tenían pacto con Satanás”; “inclusive placeres sencillos son la perdición del demonio”, etc. ¿Qué hay de cierto en todo esto? Hasta donde yo sé, nuestros abuelos hablaban de Belcebú como algo tangible y rutinario, siempre presente. Nuestros padres también lo hacían y lo hacen. Sin embargo, la secularización en nuestra cultura ha hecho que nuestra opinión de Lucifer haya cambiado. Las religiones occidentales, en especial la católica y Judía, inspiraron con sus dogmas al Leviatán como un ser de cachos, cuernos, cola, todo rojo y con un tridente en la mano gobernado todo un mundo de lava y fuego en el infierno, mientras que con sus pezuñas pisotea los cuerpos y cabezas de hombres y mujeres que han ido a parar a ese lugar de tormento. Sin embargo en nuestros días podemos escuchar una frase que da para escribir muchísimos blogs y libros y que por lo demás, no deja de ser extremadamente subjetiva, sugestiva y abierta: “El mejor truco del Diablo es hacernos creer que no existe”.
Anton Szandor LaVey, fundador de la iglesia de Satán en el año 1966 estaría completamente en desacuerdo con esta tesis ya que en su libro “La biblia satánica” afirma categóricamente que “Satán ha sido el mejor amigo que la iglesia católica ha tenido, ya que la ha mantenido en el negocio por todos estos años”. Entonces, ¿les resulta tan ambiguo como a mí?; ¿por qué?
Estaremos de acuerdo que con nuestro nivel de educación, el avance de las ciencias y el progreso de la humanidad “material”, muchas personas alrededor del mundo entienden que el demonio o Lucifer es un ángel que cayó de la gracia de Dios, y que encarna todo la maldad en el más amplio sentido de la palabra, pero ya casi nadie lo ve como la otrora descripción de más arriba. No obstante, el tema demoníaco hoy por hoy lo vemos por doquier, por ejemplo en la música. Muchos son los grupos y bandas de rock o incluso de música para niños que han sido tachados como portadores de mensajes satánicos a través de la técnica conocida como “mensajes subliminales” o backmasking. Tan sólo debemos escuchar a bandas como los RBD colombianos, Led Zepellin ingleses, Mettalica estadounidenses, Eagles estadounidenses , incluso en música infantil como la ex XUXA brasileña y un programa para niños como Pokemón. La lista es larguísima y se pueden encontrar por doquier. Yo he realizado el experimento y la verdad que resulta al menos preocupante. Más allá que estén implícitos el demonio, Cristo, Los Beatles o Coca Cola, los mensajes subliminales son una realidad y lamentablemente se dispone de poca información para estudiar y aclarar esta realidad. Estrechamente vinculado a lo anterior, es característica la simbología que utilizan para comunicarse; algunos sin saberlo, otros a sabiendas. Tal es la mano cornuta que es un signo de reconocimiento de aquellos que están en sociedades secretas ocultistas y es característica señal de los cantantes e intérpretes musicales de todo el mundo, de fans y e inclusive de niños. Algunos podrán pensar que esto es normal, como un juego y nada más. Pero, cuando observo fotografías de autoridades mundiales como George W. Bush, Bill y Hillary Clinton, Silvio Berlusconi, Barak Obama, El papa Benedicto XVI y tantos otros, comienzan mis dudas… ¿a quién saludan realmente? La literatura al igual que el cine también están plagadas de materia al respecto. Es interesante apreciar en películas como “Devil´s advocate” el dialogo del diablo que es caracterizado por Al Pacino que dice: –“Ahora me toca a mí” o, “es mi tiempo”. Si investigamos las palabras de Albert Pike, un masón estadounidense de grado 33 y fundador del “Ku Klux Klan” podremos comprender un poco más el parlamento anterior. Pike en su discurso del 4 de julio de 1889 destinado a los miembros del grado 32 del “Rito Escocés” dice y cito: “Veneramos a un dios que de hecho, es un dios al que oramos sin superstición. Todos nosotros iniciados de alto grado debemos continuar viviendo nuestra religión en la pureza de la enseñanza de Lucifer. Si Lucifer no fuese dios, ¿sería acaso calumniado por Adonai (el Cristo) cuyos actos testimonian crueldad, encono al prójimo y rechazo de la ciencia? Sí; Lucifer es dios, y Adonai, lamentablemente también es Dios. La ley eterna dice que no existe luz sin sombra, belleza sin fealdad, claridad sin oscuridad, pues el absoluto no puede existir sino en dos dioses. Es por eso que la enseñanza del satanismo es herejía. La verdadera religión filosófica es la fe en Lucifer, el dios de la luz, en la misma posición que Adonai. Pero Lucifer, dios de la luz y del bien, lucha por los seres humanos contra Adonai, dios de la oscuridad y del mal”, fin de la cita. Más tarde, en intercambio de correspondencia con Giuzeppe Mazinni que era otro masón italiano, proyectaban en las sobras del conjuro las que serían la primera, la segunda e inclusive la tercera guerra mundial. Estas cartas existen y se exhiben actualmente en el museo de Londres, Inglaterra. Se cree que la elite mundial del las finanzas y la política adoran precisamente a Lucifer o más bien a “Baphomet”. En este sentido es interesante ver la estatua que se erigió a George Washington.
Es del todo perceptible en la corriente mundial que la gran e inmensa mayoría de las personas está en contra de la guerra, del terrorismo y ansiosa de vivir en un mundo en paz, prosperidad y entendimiento que con tanto ahínco pregonan nuestros políticos. Sin embargo esa paz no aparece por ninguna parte, aunque políticos y religiosos de medio mundo queden afónicos de tanto pregonar estos ideales… en sus respectivas campañas [mmmm].
Sin dudas son tiempos extraños y de incertidumbre por los que actualmente conducimos nuestras vidas. ¿Nos gustaría saber el futuro? Supongo que a la mayoría; ¿deseamos que ese futuro sea mejor para nuestros hijos? Sin duda alguna; ¿queremos un mundo sin guerras, descalabros económicos, libre de maldad, traición y violencia? ¡Absolutamente! ¿Y qué más? Esa es la gran pregunta al final del día. Por supuesto que me la he hecho. Inmediatamente pienso que no hago más que perder mi tiempo. Necesito tener fe y confianza, desde lo más mínimo hasta lo más alto. Si no lo hago me será imposible dar algo de mí a alguien más, por lo que me encontraría vacío. No podría ser capaz de profundizar en ninguna relación humana ni crecer como persona ya que estaría suprimiendo la mejor de las enseñanzas: la experiencia; la experiencia justamente de vivir, con sus pro y contras (más contras), pero definitivamente no puedo ser mejor y progresar en todos los sentidos de la vida si no entrego algo de mi antes. De esta forma, siempre voy a recibir algo a cambio. La biblia satánica de LaVey dice en una de sus nueve declaraciones satánicas, artículo 5: “Satán representa la venganza en lugar de ofrecer la otra mejilla”. ¿Qué me espera a mí como individuo y a la humanidad entera si practicásemos esta idea? Ojo por ojo, diente por diente. En muchos sentidos, nuestra pobre humanidad está llevando a efecto este arquetipo en estos instantes, mientras lees estas líneas. ¿Acaso no nos queda claro el plan del demonio? ¿Saben?; ¿Han oído hablar de cosas como la familia, las salidas los fines semana con ellos, las conversaciones de todo tipo con los hijos, la comunicación entre sus miembros sea cual sea el tema a tratar…? Es algo que en nuestros días está casi perdido. Si analizan, la mayoría de los países están aprobando las leyes del divorcio; la tasa de matrimonios a nivel mundial está en franca declinación, al igual que la tasa de nacimientos; la pastilla del día después o Postinor B, así como vamos, la van a distribuir en forma gratuita en los colegios al igual como ya se hace con el preservativo. ¿Nos queda claro entonces el plan del demonio? La gran mayoría de estas cosas ya está sucediendo en medio mundo… ¿Seremos capaces de cambiar el destino de este triste panorama?
Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.
Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.