Opinión
La carta que un tanquista herido en la II Guerra Mundial nunca llegó a enviar a su amada
El 22 de junio de 1941 empezó la Gran Guerra Patria, que afectó a millones de personas. En la Unión Soviética la invasión del III Reich dejó 27 millones de muertos, así como 1.710 ciudades y más de 70.000 pueblos destruidos. 73 años después del inicio del conflicto más sangriento de la historia de la humanidad, esta semana recordamos con sincero agradecimiento a los héroes que derramaron su sangre para que volviera la felicidad a nuestras vidas. Algunos de esos héroes de carne y hueso son personas cuyos nombres no quedaron grabados en los anales de la historia, pero precisamente gracias a sus hazañas se forjó la gran victoria contra la Alemania nazi.
En honor a uno de estos héroes me gustaría compartir con ustedes la carta que escribió un tanquista herido, una carta que no logró enviar a su amada porque el soldado falleció defendiendo la patria.
«25 de octubre 1941,
»Querida Varia:
»No, no volveremos a vernos. Ayer al mediodía atacamos otra columna de Hitler. Una granada nazi impactó contra la coraza lateral del tanque y explotó dentro. Mientras estaba conduciendo el vehículo hasta el bosque, Vasili falleció. Yo estoy herido de gravedad.
»He enterrado a Vasili Orlov en un bosque de abedules. Vasili murió sin poder decirme ni una sola palabra, no dijo nada para su hermosa Zoia ni para su [hija] María, que tiene el pelo tan rubio que parece la pelusilla de un diente de león en otoño. Así, de los tres tanquistas ha quedado solo uno. Llegué al bosque cuando empezaba a anochecer. Lo que pasé por la noche fue una tortura, he perdido mucha sangre. Ahora, no sé por qué, el dolor, que me estaba quemando el pecho, se ha calmado y siento paz en el alma.
»Es una pena que no hayamos logrado nuestro objetivo. Pero hicimos todo lo que pudimos. Nuestros camaradas perseguirán al enemigo, que no debe pisar nuestros campos ni nuestros bosques. Nunca habría podido vivir así sin ti, Varia. Me has ayudado siempre, en Jaljin Gol [en referencia a la decisiva batalla durante la guerra fronteriza no declarada entre el Imperio japonés y la Unión Soviética a mediados de 1939] y aquí. Creo que cuando uno ama trata a las personas con más bondad. ¡Gracias, mi amor!
»Las personas envejecen, pero el cielo es siempre joven, como tus ojos, que es imposible dejar de admirar. Nunca envejecerán, ni dejarán de brillar. Pasará el tiempo, las heridas cicatrizarán, se construirán nuevas ciudades, se plantarán nuevos jardines. Llegarán otras vidas, cantarán otras canciones. Pero nunca olvidéis la canción de los tres tanquistas. Tendrás hijos preciosos, volverás a querer. Pero yo me voy, os dejo sintiendo un gran amor hacia ti.
»Tu Iván Kólosov.»
La tripulación del tanque falleció en octubre de 1941 cuando trataba de escapar del cerco nazi cerca de Viazma, en la región de Smolensk, en el oeste de Rusia. El subteniente Iván Kólosov escribió su carta a Varia sabiendo que no volvería a ver a su amada. El tanque fue hallado 25 años después del incidente. Cuando abrieron el vehículo, encontraron en su interior los restos del conductor, un mapa, una foto de su amada y cartas no enviadas. Varvara Zhuravliova las recibió 25 años después. La historia del tanquista forma parte del libro 'Govoriat poguibshie gueroi' ('Hablan los héroes fallecidos'), que reúne las diferentes tragedias humanas en una historia llena de dolor, de valentía y de muerte.
En honor a uno de estos héroes me gustaría compartir con ustedes la carta que escribió un tanquista herido, una carta que no logró enviar a su amada porque el soldado falleció defendiendo la patria.
«25 de octubre 1941,
»Querida Varia:
»No, no volveremos a vernos. Ayer al mediodía atacamos otra columna de Hitler. Una granada nazi impactó contra la coraza lateral del tanque y explotó dentro. Mientras estaba conduciendo el vehículo hasta el bosque, Vasili falleció. Yo estoy herido de gravedad.
»He enterrado a Vasili Orlov en un bosque de abedules. Vasili murió sin poder decirme ni una sola palabra, no dijo nada para su hermosa Zoia ni para su [hija] María, que tiene el pelo tan rubio que parece la pelusilla de un diente de león en otoño. Así, de los tres tanquistas ha quedado solo uno. Llegué al bosque cuando empezaba a anochecer. Lo que pasé por la noche fue una tortura, he perdido mucha sangre. Ahora, no sé por qué, el dolor, que me estaba quemando el pecho, se ha calmado y siento paz en el alma.
»Es una pena que no hayamos logrado nuestro objetivo. Pero hicimos todo lo que pudimos. Nuestros camaradas perseguirán al enemigo, que no debe pisar nuestros campos ni nuestros bosques. Nunca habría podido vivir así sin ti, Varia. Me has ayudado siempre, en Jaljin Gol [en referencia a la decisiva batalla durante la guerra fronteriza no declarada entre el Imperio japonés y la Unión Soviética a mediados de 1939] y aquí. Creo que cuando uno ama trata a las personas con más bondad. ¡Gracias, mi amor!
»Las personas envejecen, pero el cielo es siempre joven, como tus ojos, que es imposible dejar de admirar. Nunca envejecerán, ni dejarán de brillar. Pasará el tiempo, las heridas cicatrizarán, se construirán nuevas ciudades, se plantarán nuevos jardines. Llegarán otras vidas, cantarán otras canciones. Pero nunca olvidéis la canción de los tres tanquistas. Tendrás hijos preciosos, volverás a querer. Pero yo me voy, os dejo sintiendo un gran amor hacia ti.
»Tu Iván Kólosov.»
La tripulación del tanque falleció en octubre de 1941 cuando trataba de escapar del cerco nazi cerca de Viazma, en la región de Smolensk, en el oeste de Rusia. El subteniente Iván Kólosov escribió su carta a Varia sabiendo que no volvería a ver a su amada. El tanque fue hallado 25 años después del incidente. Cuando abrieron el vehículo, encontraron en su interior los restos del conductor, un mapa, una foto de su amada y cartas no enviadas. Varvara Zhuravliova las recibió 25 años después. La historia del tanquista forma parte del libro 'Govoriat poguibshie gueroi' ('Hablan los héroes fallecidos'), que reúne las diferentes tragedias humanas en una historia llena de dolor, de valentía y de muerte.
Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.
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