Ciencias
Hallan en Argentina el 'aseo jurásico' gigante más antiguo del mundo
Los paleontólogos argentinos han hallado las 'letrinas públicas más antiguas del mundo', creadas por algunos de los primeros dinosaurios y que podría servir para esclarecer el misterio del origen de estas criaturas.
Según los científicos, los miles de excrementos fosilizados desenterrados en la Formación Chanares, en la provincia argentina de La Rioja, fueron dejados por grupos de megaherbívoros (mamíferos de gran tamaño ya extinguidos) similares a los rinocerontes.
La antigüedad del hallazgo se estima aproximadamente en 240 millones de años, superando el anterior 'récord' de 220 millones de años, lo que convierte al descubrimiento en el 'aseo jurásico' más antiguo encontrado hasta la fecha y una primera evidencia de que los reptiles antiguos compartían 'vertederos' colectivos.
Un ensayo dedicado al descubrimiento publicado en la revista 'Scientific Reports' destaca que el estiércol contiene información muy valiosa para la paleontología sobre la dieta de los animales prehistóricos, las enfermedades que padecían y la vegetación de la época.
De acuerdo con el estudio, los coprolitos (excrementos fosilizados con gran contenido en minerales inorgánicos) desenterrados son de más de 40 centímetros de ancho y pesan varios kilogramos. Algunos de ellos son alargados, otros son óvalos de colores desde el gris claro al marrón y al violeta oscuro.
"No hay duda de quiénes son sus 'autores'. Solo una especie podría producir bultos de semejante tamaño y también encontramos sus huesos esparcidos por toda la zona", dijo el doctor Lucas Fiorelli, del Centro Regional de Investigaciones Científicas y Transferencia Tecnológica en Argentina (CRILAR-CONICET), quien descubrió el depósito de estiércol.
Según Fiorelli, los restos hallados pertenecían a Dinodontosaurus, un megaherbívoro de ocho metros de largo, similar a los rinocerontes modernos. Estos animales eran dicinodontes: de gran tamaño, similares a los mamíferos comunes del período Triásico, cuando los primeros dinosaurios comenzaron a surgir.
El paleontólogo supone, que el 'aseo colectivo' era una estrategia de seguridad y también de sanidad para las manadas de estos animales. En primer lugar, era importante para evitar los parásitos, ya que así apartaban los lugares de apacentamiento y las 'letrinas'.
"También era una advertencia para los depredadores. Si dejan una pila enorme, quieren decir: 'Somos una gran manada ¡Cuidado!'", explica Fiorelli. Los coprolitos no son nada nuevo, pero fue inesperado y excitante encontrar una acumulación tan antigua como esta, ya que normalmente las heces se degradan bastante rápido.
Los científicos consideran los excrementos fosilizados como 'cápsulas del tiempo' por su capacidad para revelar gran cantidad de información en forma de fragmentos de plantas extintas, hongos y parásitos intestinales que poseía el animal durante su vida.
"Cada excremento es una instantánea de un antiguo ecosistema, su vegetación y la cadena alimentaria", afirma Fiorelli.
Con el nuevo hallazgo los científicos esperan vislumbrar una imagen del hábitat desaparecido que dio origen a los dinosaurios.
La antigüedad del hallazgo se estima aproximadamente en 240 millones de años, superando el anterior 'récord' de 220 millones de años, lo que convierte al descubrimiento en el 'aseo jurásico' más antiguo encontrado hasta la fecha y una primera evidencia de que los reptiles antiguos compartían 'vertederos' colectivos.
Un ensayo dedicado al descubrimiento publicado en la revista 'Scientific Reports' destaca que el estiércol contiene información muy valiosa para la paleontología sobre la dieta de los animales prehistóricos, las enfermedades que padecían y la vegetación de la época.
De acuerdo con el estudio, los coprolitos (excrementos fosilizados con gran contenido en minerales inorgánicos) desenterrados son de más de 40 centímetros de ancho y pesan varios kilogramos. Algunos de ellos son alargados, otros son óvalos de colores desde el gris claro al marrón y al violeta oscuro.
"No hay duda de quiénes son sus 'autores'. Solo una especie podría producir bultos de semejante tamaño y también encontramos sus huesos esparcidos por toda la zona", dijo el doctor Lucas Fiorelli, del Centro Regional de Investigaciones Científicas y Transferencia Tecnológica en Argentina (CRILAR-CONICET), quien descubrió el depósito de estiércol.
Según Fiorelli, los restos hallados pertenecían a Dinodontosaurus, un megaherbívoro de ocho metros de largo, similar a los rinocerontes modernos. Estos animales eran dicinodontes: de gran tamaño, similares a los mamíferos comunes del período Triásico, cuando los primeros dinosaurios comenzaron a surgir.
El paleontólogo supone, que el 'aseo colectivo' era una estrategia de seguridad y también de sanidad para las manadas de estos animales. En primer lugar, era importante para evitar los parásitos, ya que así apartaban los lugares de apacentamiento y las 'letrinas'.
"También era una advertencia para los depredadores. Si dejan una pila enorme, quieren decir: 'Somos una gran manada ¡Cuidado!'", explica Fiorelli. Los coprolitos no son nada nuevo, pero fue inesperado y excitante encontrar una acumulación tan antigua como esta, ya que normalmente las heces se degradan bastante rápido.
Los científicos consideran los excrementos fosilizados como 'cápsulas del tiempo' por su capacidad para revelar gran cantidad de información en forma de fragmentos de plantas extintas, hongos y parásitos intestinales que poseía el animal durante su vida.
"Cada excremento es una instantánea de un antiguo ecosistema, su vegetación y la cadena alimentaria", afirma Fiorelli.
Con el nuevo hallazgo los científicos esperan vislumbrar una imagen del hábitat desaparecido que dio origen a los dinosaurios.
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