Hallan el laboratorio Phoenix enarenado y destruido en Marte
El laboratorio estadounidense Phoenix Mars Lander, que fue lanzado a la superficie marciana en 2008, fue hallado parcialmente destruido y enarenado, según los datos telescópicos recobrados y analizados por la Universidad de Arizona.
Todo este tiempo la Agencia Espacial NASA dió por perdido el aparato no pilotado que llegó al Planeta Rojo hace dos años y detectó la presencia de agua en Marte. Ahora constata que está totalmente inservible, puesto que aparece en las últimas fotografías destruido y cubierto con una capa de arena o polvo. Evidentemente, no pudo superar el invierno marciano, explican los científicos.
En la NASA descifraron las imágenes recobradas y comprobaron que el hielo marciano dañó irreparablemente los paneles solares del laboratorio durante el periodo de temperaturas extremadamente bajas, un invierno dos veces más largo que el de las zonas polares de la Tierra. El último intento por recuperar las comunicaciones con el vehículo se hizo el pasado lunes 17 de mayo, cuando se trató de hacer un enlace a través de la sonda Odyssey, que orbita por encima del polo norte marciano, donde se encuentra el Phoenix.
Mientras en imágenes de 2008 el Phoenix aparece con sus aletas derecha e izquierda completas (o como las denomina la NASA, este y oeste), las recientes fotografías lo muestran con una sombra grande en el cuerpo del laboratorio u otra en el lado que corresponde a la aleta este. Así, se diagnosticó que el laboratorio perdió su aleta oeste, lo que indica que la destrucción es mayor de la que pudieron haber causado los procesos químicos de interacción con un ambiente agresivo: hubo que aplicar fuerza para romper la aleta del aparato que permanecía inmóvil.
A pesar de esto, los responsables del programa de exploración de Marte aseguran que el trabajo del laboratorio Phoenix "tuvo éxito en sus investigaciones y superó el tiempo de vida esperado". La mayor sorpresa de esta misión fue el descubrimiento de perclorato, una sustancia química que constituye un alimento para algunos microbios, aunque es potencialmente tóxica para otros.
Luego de reconocer la pérdida de este importantísimo instrumento científico, la NASA mantiene en operaciones a los vehículos exploradores Spirit y Opportunity, que descendieron sobre la superficie marciana dos años antes que el Phoenix.