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Tango: el remedio bailable

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El tango no es solo un baile sensual. También ayuda a muchas personas a superar su discapacidad. Cada vez más especialistas afirman que este baile puede ser utilizado como una eficiente terapia para acelerar la recuperación de pacientes con enfermedades motrices.

El tango no es solo un baile sensual. También ayuda a muchas personas a superar su discapacidad. Cada vez más especialistas afirman que este baile puede ser utilizado como una eficiente terapia para acelerar la recuperación de pacientes con enfermedades motrices.

Hace poco más de un siglo el tango nació como una danza sensual que se bailaba en los burdeles de los suburbios de Buenos Aires. Pero, poco a poco, fue adquiriendo prestigio entre las diferentes clases sociales de todo el mundo. Hace algunos años, varios estudios realizados por universidades de EE. UU. y Canadá demostraron los efectos terapéuticos de este baile. Así nació la “tangoterapia”: ancianos más saludables, enfermos que se recuperan más rápido, personas que reducen su discapacidad gracias al tango.

Jaime Wilensky, especialista de fisiatría, afirma que el tango puede asistir en la restauración funcional de muchos estados donde la función de caminar o de movilizarse puede estar afectada. El tango es un reactivador funcional, explica el médico. La dolencia por la cual se han realizado estudios formales es con la enfermedad de Parkinson. El paciente con esta patología tiene un patrón anormal de marcha, caracterizado por pasos cortos y rápidos, y con el tango se ha mejorado este patrón.

La médica Patricia Frola, dermatóloga, a quien le diagnosticaron Parkinson juvenil a los 34 años, experimentó en carne propia los efectos beneficiosos de esta danza. Ella no podía desplazarse sin andador y bastones. Pero, luego de unas clases con un bailarín de tango, todo cambió.

“Yo en mi casa usaba los dos bastones o una banqueta con rueditas”, cuenta Patricia. “Termina la clase y nos embargó a los dos la emoción. Entonces me dice: 'Me alcanzás un vaso de agua, Patricia'. 'Sí', le dije yo. Y salí espontáneamente caminando, y no tomé los dos bastones. Entonces él me dice: '¿Viste?'. Y yo me doy vuelta y le digo. 'Sí. No sólo se ve. Lo más importante es lo que siento'. Y bueno, a partir de ese día dejé los bastones casi totalmente.”

Los especialistas en tangoterapia sostienen que en el abrazo y en el estrechamiento de manos entre el bailarín sano o terapeuta y el paciente hay un intercambio hormonal que favorece la rehabilitación. La especialista en tangoterapia Jessica Grumberg lo llama “el abrazo que danza”. Según ella, el tango es una de las pocas danzas cuyo trabajo es sostener un enlace, un enlace íntimo donde se llega a pecho con pecho. "Empiezan a liberarse dos hormonas importantes: una es la oxitocina; la otra es la 'hormona de la protección'", afirma Jessica Grumberg. "Entonces, esa misma hormona entra en acción cuando uno está bailando el tango".

Incluso los bailarines de tango más experimentados perciben los cambios en el paciente a lo largo de las clases. Mónica Vita confiesa que se produce primero que nada una alegría. “Se va aflojando el cuerpo, aunque al principio es reacio, veo que se van aflojando. Y veo que se van sintiendo más felices, más sueltos. Lo que siento yo en el paciente es 'entrega'", dice la bailarina.

Los efectos benéficos del tango están siendo reconocidos en varias instituciones terapéuticas de la Argentina y en el resto del mundo. Incluso, recientemente se realizó en Buenos Aires el primer Congreso Mundial de Tangoterapia, donde los expertos pudieron intercambiar técnicas y métodos de trabajo.

Además, la tangoterapia resulta muy beneficiosa no solo en aquellos casos donde esté afectada la función de caminar o de movilizarse. Los pacientes con deficiencias cardiovasculares también pueden mejorar su salud gracias a este baile. Alberto Alves de Lima, doctor del Instituto Cardiológico Argentino, afirma que el tango tiene incluso más propiedades curativas.

“Para bailar un tango se necesitan dos”, dicen los argentinos, una frase hecha que se aplica a cualquier situación en la que es imprescindible la sincronización de acciones entre dos personas para llegar a un fin. Y parece que el secreto de la tangoterapia es precisamente este contacto estrecho entre dos seres humanos que, al ritmo de la música, intercambian afecto, vitalidad y salud.

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