El ritmo de vida destruye la sexualidad femenina
La comida rápida y los conservantes destruyen la sexualidad femenina, dicen convencidos unos cocineros italianos al compartir 30 recetas afrodisíacas para el Día Internacional de la Mujer en el libro “Comida y Sexo”.
Los maestros italianos agregan a los platos pimiento picante, mariscos, espárrago, hojas de rúcula, jengibre y miel. Asimismo, se recomienda abstenerse de dulces y productos con alto contenido de grasas así como no abusar de licores y café, productos cuyo abuso “desconectan” al erotismo, afirman los autores.
Foto: AFP / Damien Meyer
“Lo importante no es solo qué es lo que come uno, sino también cómo lo come”, dice la sexóloga y ginecóloga italiana Alesandra Graziottin, que participó en la redacción del compendio que, aparte de recetas, contiene recomendaciones prácticas de higiene femenina, aclaraciones sobre el uso de pastillas contraceptivas, recomendaciones para mantener la figura, para comer bien y sano y algunos secretos de belleza.
Pero el mayor secreto fue revelado por Alesandra durante el Congreso Europeo sobre la Salud de la Mujer. “Comen sin apetito y viven el sexo sin deseo, empujadas exclusivamente por la necesidad de sentirse amadas y aplacar la ansiedad”, dijo.
Según Graziottin, en estos casos el paso de la obsesión por la comida a la obsesión por el sexo es muy rápido e influye negativamente en las relaciones de pareja.
Además de la bulimia y el exceso de televisión, otras amenazas para la vida sexual, sobre todo para los jóvenes, son el consumo de drogas excitadoras —como la cocaína y el éxtasis—, y la falta de horas de sueño, un fenómeno subvalorado pero de gran importancia, a juicio de la especialista.
“Muchos jóvenes quieren vivir intensamente, se acuestan tarde y se levantan pronto para ir al colegio o al trabajo, pero luego sufren problemas durante el acto sexual por no recuperar el tiempo del sueño”, añadió.
En fin, cada nación tiene sus fórmulas para el éxito en el sexo y la sexualidad femenina, un tema eterno e inabarcable, pero el problema principal, según los expertos italianos (y no solo de ellos), es el ritmo de vida, el ritmo que dicta su comida, su estilo de vida, con frecuencia lejos de ser sano, y el ansia por el consumo, consumo en todos sus sentidos: comida, cultura, sexo…
Esta es una situación nada fácil de cambiar…