Ciencias
Una dieta de cerebros dio energía extra al 'Homo erectus' y aceleró su evolución
Los cerebros de antílopes y de ñus, así como la carne de gacela, proporcionaron al 'Homo erectus' la energía suficiente para recorrer largas distancias en busca de alimentos y permitieron acelerar su proceso evolutivo.
Así lo asegura el antropólogo Joseph Ferraro, de la Universidad de Baylor, en EE.UU., que analizó junto con sus colegas restos óseos de los animales mencionados encontrados en Kanjera Sur, en Kenia.
Según la investigación, estos homínidos, que vivieron en el este de África hace unos dos millones de años, además de cazar animales relativamente pequeños, como gacelas, consumían los cerebros de antílopes y ñus que los grandes felinos no se comían.
Las marcas encontradas en los cráneos de estos animales indican que el 'Homo erectus' los abría con la ayuda de instrumentos de piedra para poder comer los cerebros, muy ricos en nutrientes.
Los investigadores consideran que esta dieta les proporcionaba un aporte adicional de grasa y nutrientes, lo que daba al 'Homo erectus' la energía extra que permitió que aumentara su capacidad física para recorrer mayores distancias e hizo que su cuerpo y cerebro evolucionaran hasta adquirir un mayor tamaño.
Los científicos aseguran que el estudio también revela que ya entonces el 'Homo erectus' sabía no solo cortar la carne con instrumentos de piedra, sino que además podía seleccionar los trozos más carnosos.
Sin embargo, el antropólogo Henry Bunn, de la Universidad de Wisconsin-Madison, en EE.UU., considera que hay que ser cauteloso con estos nuevos datos, pues resulta difícil —asegura— distinguir si los restos pertenecen a animales abatidos durante una cacería o a carroña.
Según la investigación, estos homínidos, que vivieron en el este de África hace unos dos millones de años, además de cazar animales relativamente pequeños, como gacelas, consumían los cerebros de antílopes y ñus que los grandes felinos no se comían.
Las marcas encontradas en los cráneos de estos animales indican que el 'Homo erectus' los abría con la ayuda de instrumentos de piedra para poder comer los cerebros, muy ricos en nutrientes.
Los investigadores consideran que esta dieta les proporcionaba un aporte adicional de grasa y nutrientes, lo que daba al 'Homo erectus' la energía extra que permitió que aumentara su capacidad física para recorrer mayores distancias e hizo que su cuerpo y cerebro evolucionaran hasta adquirir un mayor tamaño.
Los científicos aseguran que el estudio también revela que ya entonces el 'Homo erectus' sabía no solo cortar la carne con instrumentos de piedra, sino que además podía seleccionar los trozos más carnosos.
Sin embargo, el antropólogo Henry Bunn, de la Universidad de Wisconsin-Madison, en EE.UU., considera que hay que ser cauteloso con estos nuevos datos, pues resulta difícil —asegura— distinguir si los restos pertenecen a animales abatidos durante una cacería o a carroña.
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