Cultura
Científicos revelan secretos del enigmático barco hallado bajo las ruinas de 11-S
Arqueólogos descubren los secretos del origen de la misteriosa nave encontrada bajo las ruinas de las Torres Gemelas del Centro Mundial de Comercio en Nueva York.
Un reciente estudio de la Universidad de Columbia (EE.UU.) responde a los interrogantes que existían en torno al origen de los misteriosos restos de un viejo barco hallado en 2010 durante las excavaciones de las ruinas de las Torres Gemelas de Nueva York, que fueron destruidas en los atentados del 11 de septiembre de 2001, informa el portal de la universidad.
Expertos del Observatorio Terrestre 'Lamont-Doherty' de la Universidad de Columbia forman parte del equipo de científicos que revelado la edad y origen de la nave gracias a los anillos de madera. El estudio descubre que el casco del barco fue realizado con madera de robles blancos procedentes de un antiguo bosque del área de Filadelfia. Los árboles fueron cortados aproximadamente en 1773, unos años antes de la Guerra de Independencia de EE.UU. contra el Reino Unido.
La clave para determinar el origen del buque surgió de las muestras de madera que Ed Cook, un científico de 'Lamont-Doherty', había tomado del monumento de Independence Hall en Filadelfia hace unas décadas. Los anillos de crecimiento aún visibles en la madera del edificio coincidían con las de la nave del Centro Mundial de Comercio, lo que sugiere que la madera utilizada en ambas estructuras llegó de la misma región.
Según los últimos datos de la investigación, el barco se ha identificado como Balandra del Río Hudson y fue diseñado por holandeses para transportar pasajeros y cargas a través de aguas rocosas y poco profundas. Probablemente fue construido en Filadelfia, en un centro para la construcción naval de la época colonial. Se supone que después de unos 20 o 30 años de servicio navegó hasta su último punto de destino en el Bajo Manhattan, parte meridional de la isla neoyorquina.
Dado que el joven país y el comercio florecieron en el puerto de Nueva York, la costa occidental de Manhattan avanzó hacia el oeste y el buque quedó finalmente sepultado por la basura y otros vertidos. Alrededor de 1818 el buque habría desaparecido de la vista por completo, pero los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 precipitarían las excavaciones y, con ellas, el renacimiento del buque.
Expertos del Observatorio Terrestre 'Lamont-Doherty' de la Universidad de Columbia forman parte del equipo de científicos que revelado la edad y origen de la nave gracias a los anillos de madera. El estudio descubre que el casco del barco fue realizado con madera de robles blancos procedentes de un antiguo bosque del área de Filadelfia. Los árboles fueron cortados aproximadamente en 1773, unos años antes de la Guerra de Independencia de EE.UU. contra el Reino Unido.
La clave para determinar el origen del buque surgió de las muestras de madera que Ed Cook, un científico de 'Lamont-Doherty', había tomado del monumento de Independence Hall en Filadelfia hace unas décadas. Los anillos de crecimiento aún visibles en la madera del edificio coincidían con las de la nave del Centro Mundial de Comercio, lo que sugiere que la madera utilizada en ambas estructuras llegó de la misma región.
Según los últimos datos de la investigación, el barco se ha identificado como Balandra del Río Hudson y fue diseñado por holandeses para transportar pasajeros y cargas a través de aguas rocosas y poco profundas. Probablemente fue construido en Filadelfia, en un centro para la construcción naval de la época colonial. Se supone que después de unos 20 o 30 años de servicio navegó hasta su último punto de destino en el Bajo Manhattan, parte meridional de la isla neoyorquina.
Dado que el joven país y el comercio florecieron en el puerto de Nueva York, la costa occidental de Manhattan avanzó hacia el oeste y el buque quedó finalmente sepultado por la basura y otros vertidos. Alrededor de 1818 el buque habría desaparecido de la vista por completo, pero los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 precipitarían las excavaciones y, con ellas, el renacimiento del buque.
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