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Ortodoxia y paganismo: las dos facetas de la Navidad rusa

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Hoy los creyentes rusos se felicitan uno a otro con motivo de la Navidad. Esta noche millones de ortodoxos asistieron en la misa navideña en más de 30.000 iglesias, catedrales y monasterios del país. A partir de hoy se inicia la temporada de 'Sviatki', que es considerada festiva por la Iglesia pe
Ortodoxia y paganismo: las dos facetas de la Navidad rusa

Hoy los creyentes rusos se felicitan uno a otro con motivo de la Navidad. Esta noche millones de ortodoxos asistieron en la misa navideña en más de 30.000 iglesias, catedrales y monasterios del país. A partir de hoy se inicia la temporada de 'Sviatki', que es considerada festiva por la Iglesia pero tiene raíces paganas, dura doce días entre la Navidad (el 7 de enero) y el Bautizo (el 19 de enero). Los rusos la celebrarán como siempre de acuerdo con las antiguas tradiciones.

Como en toda la cultura rusa en la temporada navideña se entrelazan de una manera extraordinaria la religión, con sus misas, oraciones, velas y ayuno, y el paganismo eslavo, lleno de supersticiones antiguas, juegos, disfraces y adivinaciones. La misma Navidad, a primera vista una fiesta puramente religiosa, también tiene su historia vinculada con el paganismo.

La historia pagana de la fiesta religiosa

La historia de la fiesta empezó en los primeros siglos del cristianismo. Lo cierto es que la fecha del nacimiento de Jesucristo es sólo una pura formalidad y lo prueba la propia Biblia, que no revela cuándo en concreto nació. Y El Evangelio de San Juan refleja esta idea y cuál es la importancia real de la fiesta navideña: "Y la palabra se hizo carne y puso su Morada entre nosotros", señalando que lo principal es que nazca en el corazón de la gente.

Así, hasta el siglo IV d.C. nadie ni siquiera oía de esta fiesta, en vez de eso celebraban la Navidad del Dios Sol. En el siglo IV la iglesia ortodoxa, luchando contra cualquier manifestación del paganismo, suspendió la Navidad del Dios Sol y la sustituyó por 'la Navidad de Jesucristo'. Por primera vez la fiesta fue celebrada por una de las comunidades romanas y recibió el estatus oficial en el año 431, con la decisión del Concilio de Éfeso. La Navidad de Jesucristo llegó a tierras eslavas junto con el cristianismo en el siglo X.

Del ayuno y las oraciones a un rico banquete

A la Navidad tradicionalmente le antecede el ayuno navideño, que es uno de los más severos del año. Además de lácteos y carne, que no se pueden comer durante todo el ayuno, los estatutos eclesiásticos prohíben los aceites y el vino los lunes, miércoles y viernes. Se puede acompañar la comida con aceite los martes, jueves, sábados y domingos. La dieta física se combina con un ayuno espiritual. Los ortodoxos deben rezar, arrepentirse, abstenerse de pasiones y vicios, y no participar en ningún tipo de diversión.

El 6 de enero los creyentes no comen nada durante todo el día y por la noche acuden a las iglesias para celebrar la Nochebuena. La misa festiva dura horas y, cómo siempre en los ritos ortodoxos, en el templo hay que estar de pie (se permite sentarse por unos minutos a los enfermos y a los niños).

Solo al aparecer la primera estrella en el cielo, que se considera el símbolo de la estrella de Belén, se puede comer sochivo, un plato especial del que proviene el mismo nombre ruso de la Nochebuena: Sochelnik. Se prepara con granos de trigo, granos de amapola, nueces y miel. Este plato también tiene su propio sentido simbólico: los granos de trigo se asocian con la resurrección, la miel con la salud y una vida dulce, y los granos de amapola con una vida de abundancia de toda la familia.

El 7 de enero se acaba el ayuno y los rusos realizan las visitas. Esta tradición se describe de una manera pintoresca en el libro de V.Ruga y A.Kokorev 'La vida cotidiana de Moscú. Los ensayos de la vida urbana del siglo XX': "La prueba principal para los moscovitas fueron las visitas. No sólo había que hacer un recorrido con felicitaciones por las casas de los conocidos, sino también no ofender a los amos de la casa con el rechazo de la comida". "Primero una copita, después dos, en otros lugares un vaso de vino o champaña, y el coñac sin contar las copas...! ¡Probé seis cochinillos asados en diferentes casas, múltiples jamones y caviares! En pocas palabras, llegué a casa enfermo y todavía no puedo recuperarme". (Fragmento del libro que recoge los recuerdos de N.A. Bárentsev, un mercader moscovita).

Disfraces, travesuras, juegos y adivinaciones: el colorido especial de la cultura rusa

No hay duda de que precisamente los disfraces, las travesuras, las canciones, los juegos y las adivinaciones dan un colorido especial a la cultura rusa. Pero, ¿cómo se han conservado estas tradiciones tras siglos?

El cristianismo entró muy lenta y difícilmente en la vida de la Rusia Antigua, saturada por las tradiciones del paganismo eslavo: muchos se negaban a bautizarse y seguían practicando los ritos de sus antepasados. Desde la cristianización del Rus de Kiev en el 988, pasaron más de 10 siglos, sin embargo muchos ritos paganos siguen arraigados en la cultura rusa, y coexisten armónicamente con los ritos religiosos.

En los tiempos antiguos los paganos se disfrazaban para festejar los 'Sviatkis'. Los hombres se ponían faldas, y pañuelos femeninos, mientras que las mujeres se disfrazaban de varones. Alegres organizaban los juegos, cantaban, bailaban, bromeaban y en esas fiestas nunca faltaba el alcohol. A menudo los festejos de este tipo acababan con orgías.

Más tarde la iglesia convenció a muchos de que algunos ritos de 'sviatkis' eran pecaminosos. En particular, sucedió cuando se advirtió del peligro de las adivinaciones a los ortodoxos. A los que no obedecían y no dejaban de practicar esos ritos se les solía excomulgar.

Sin embargo, los juegos, cantos y disfraces se han conservado en los tiempos cristianos. Antes los niños y adultos solían ponerse las máscaras y pasar de hogar en hogar, cantando las denominadas 'koliadkis', felicitaciones cómicas. Tradicionalmente llevaban consigo una estrella, el símbolo de la estrella de Belén, y un guiñol de marionetas con el que se ganaban unas monedas o dulces de los vecinos. La tradición de hacer recorridos por las casas vecinas con canciones de felicitación se ha conservado hasta nuestros tiempos, sobre todo en la provincia rusa. Los niños y adolescentes aprovechan la posibilidad de ganarse unos pocos rublos o dulces y, lo más importante para ellos, se crea una atmósfera mágica. ¿Cuándo se puede creer en los milagros si no es en la temporada navideña?

En esta temporada, llena de juegos, canciones y dulces, los jóvenes, en su mayoría las muchachas, aprovechaban (algunos incluso en nuestros días aprovechan) la posibilidad para predecir su futuro de felicidad personal. Muchas intentan con diferentes métodos adivinar o visualizar a sus futuros novios que, según se cree, son mostrados por el mismo diablo.

La alegría traviesa, las adivinaciones, el disfraz, el libertinaje de la fiesta, todo esto eran graves pecados desde el punto de vista ortodoxo. Para limpiarse y lavar estos pecados, todos los participantes de los entretenimientos de las pascuas de navidad se bañaban obligatoriamente en un pozo durante la noche del Bautizo. Y entonces, con el alma pura, podían regresar a su vida cotidiana.

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