El beso: ¿arte o ciencia?
Muchos no tienen ni idea de que cuando besamos hacemos una contribución a la ciencia, destacan en el Museo Darwin de Moscú, donde hoy se inauguró una nueva exposición que mezcla diferentes disciplinas artísticas, coincidiendo con las celebraciones del Día de San Valentín. Las bases de la nueva ciencia del beso, estatuillas que se besan, momentos románticos de las familias soviéticas en fotografías e incluso vestidos de boda antiguos están presentes en la muestra ‘La ciencia del beso’.
El beso en el arte
Habitualmente no está bien visto besarse en los museos. Pero, por el contrario, en la exposición que se inaugura hoy en Moscú, los enamorados no tienen que ocultar sus sentimientos. Además de que allí encontrarán ejemplos a seguir más que suficientes. Aquí se besan todos, hasta las estatuillas de porcelana antiguas cedidas por el Museo Kuskovo, ubicado en un palacete del siglo XVIII y famoso por su singular colección de cerámica y porcelana. Las obras de la muestra representan sólo a enamorados bailando, abrazándose, besándose o casándose. Esta temática está representada ampliamente por fábricas tan famosas como la Planta Imperial de Porcelana o la producción de Gardner, Kuznetsov y Popov, entre otros.
Otra faceta de la muestra son los besos de la historia más reciente. Están reflejados en la galería de fotografías enviadas por los rusos a un concurso organizado por el museo en vísperas del Día de San Valentín. Unas 100 imágenes del pasado romántico de las familias y de los animales domésticos se alternan con las obras del fotógrafo Georgi Rózov de su colección de besos en instantáneas tomadas por todo el mundo.
Una clara alusión a aquello a lo que pueden conducir esos besos aparece en otra parte de la exposición que muestra los vestidos de bodas de los siglos XIX y XX. Gracias al Museo de Historia de Moscú que prestó su colección al Museo Darwin, se puede contemplar los atuendos de las novias antiguas con sus accesorios, como pantalones, camisas finas, ligas y zapatillas blancas.
El beso en la ciencia
El Museo Darwin, que reunió las colecciones de varios museos para mostrar el beso desde diferentes puntos de vista, no pudo evitar basar todo esto en las teorías científicas y acompaña la muestra con materiales sobre el significado social y biológico del beso. "La humanidad siempre ha tratado de entender la naturaleza de la vida, cómo apareció, las razones de su diversidad y de la unidad de los seres vivos", se dice en la introducción a la exposición del museo. De este modo, el museo de ciencias naturales más grande de Rusia revela en su exposición el punto de vista del gran naturalista británico Charles Darwin sobre las ventajas y las desventajas de la vida en familia.
Poca gente se da cuenta de que cuando se besan están desarrollando una actividad estudiada al detalle por la ciencia. Como destacan los organizadores de esta exposición, en una conferencia científica en 2009 en Chicago dedicada al 200 aniversario de Darwin, se tomó la decisión de dar un impulso a la investigación de este fenómeno y convertirlo en una disciplina científica independiente. La nueva ciencia lleva el nombre de 'filematología' ('philematology', de griego 'philema' -beso- y 'logos -conocimiento-).
Los científicos llegaron a la conclusión de que un beso largo, además de proporcionar placer, sirve para alargar la vida, contribuye a la buena circulación de la sangre, ayuda a bajar de peso, tranquiliza los nervios y levanta el estado de ánimo.
Siguiendo las recomendaciones de los científicos, el 'beso' que se ha iniciado entre tres museos de Moscú será muy largo. La exposición estará abierta hasta el 20 de marzo.
Participante de concurso de fotos en el Museo Darwin. Foto de Dmitri Milosérdov. “Mi abuela Svetlana era una actriz bastante conocida cuando se casó en 1948 con mi abuelo Semión, graduado de la Academia de Tropas Blindadas Frunze. El abuelo participó en la Gran Guerra Patria y en la batalla en Kursk, hasta llegar a Berlín en el cuerpo No.9 de tanques, a pesar de que tenía permiso para no hacerlo por tener una afección cardiaca. Después de la guerra mi abuelo fue a servir al Cáucaso Norte y mi abuela dejó su carrera teatral para seguirle. Esta foto fue tomada a finales de los años 50 en Moscú, durante su visita a la ciudad.” Cortesía de www.darwin.museum.ru