Muere a los 93 años Chavela Vargas, la voz más internacional de México
Isabel Vargas Lizano nació en Costa Rica en 1919. Hija de padres divorciados, pasó a depender de sus tíos. La vida no fue nada fácil para ella. Cargó toneladas de fruta con solo siete años. Con diecisiete fue a México e hizo allí su vida. En este país se convirtió en Chavela Vargas e inventó la forma de canción ranchera que hoy desaparece con ella.
Su primer álbum fue publicado en 1961 y desde entonces ha grabado más de ochenta discos. Cantando ranchera, un género musical interpretado generalmente por hombres y dedicado a su deseo por las mujeres, Vargas vestía como un hombre, fumaba tabaco, bebía mucho, llevaba pistola y era reconocida por su característico gabán rojo.
"Me importaba un soberano pito lo que dijeran… No les gustaba a los machos que me presentara a cantar en pantalones de hombre. Pero a mí no me importaba. A menos que se pasaran de listos. Entonces sí me salía lo Chavela Vargas", decía la cantante.
A lo largo de su carrera, Chavela apareció también en varias películas de éxito que tenían en la banda sonroa canciones suyas e incluso en algunas las interpretó en persona. Entre los cineastas con quienes trabajó estaban Pedro Almodóvar, Julie Taymor y Alejandro González Iñárritu.
"Mi relación con la música viene de la naturaleza, no de la academia. Si yo hubiera estudiado, quizá sería una afamada cantante. Pero no Chavela Vargas", fue una de las frases más conocidas de la cantante.
Hablando de sus relaciones con la música, Chavela también decía: "Al entrar a un escenario, siento miedo. Pero algo encuentro o algo me encuentra a mí. Y antes de terminar la primera canción, ya estoy en otro lado. Del otro lado de mi público". También comentaba: "Cuando yo canto los que me escuchan sienten. Y lloran porque se dan cuenta de que todavía son capaces de sentir. A pesar de los males del mundo".
Siempre destacó lo importante que es la música para la vida de un humano: "La música no tiene fronteras, pero sí un final común: el amor y la rebeldía"; "Hay que llenar el planeta de violines y guitarras en lugar de tanta metralla" y, quizá su frase más famosa: "Si los diplomáticos cantaran, no habría guerras".
Ni la edad, ni la cercanía de la muerte parecían causarle miedo, por más que quisiera a la vida. "La vida se ve mejor a los 93 años... compruébenlo"; "A la muerte no le tengo miedo. Tengo 93 años y a la muerte la imagino bellísima, como un descanso, pero tengo ganas de seguir viviendo"; "La única presunción que debe mostrar un artista es en el escenario, que es el lugar donde quiero morir" y "Quiero morir un martes para no fregarle el fin de semana a nadie".
Siempre ha sido bastante sarcástica consigo misma: "Me miran como la vieja loca que soy"; "Me tomé 45.000 litros de tequila y aún puedo donar mi hígado" y "Solo de borracho a borracho nos entendemos", son frases que harían sonreír a cualquiera de sus aficionados.
"El amor es un paso. El adiós es otro... y ambos deben ser firmes, nada es para siempre en la vida" y "Las mujeres con pasado y los hombres con futuro son las personas más interesantes", son otras de sus citas más conocidas.