Cultura
Fotos: Maniquíes encapuchados invaden ciudades de todo el mundo
Un artista estadounidense crea instalaciones y esculturas callejeras con el fin de que “la gente levante la vista de sus teléfonos móviles”.
Una multitud de maniquíes encapuchados invadieron hace unos meses las calles de Roma. A primera vista, los transeúntes se mostraban sorprendidos e incluso asustados al ver a las llamativas figuras. Algunas parecían estar jugando al 'tira y afloja' o 'sogatira' en una azotea, otras 'colgaban' de señales de tráfico e incluso de algunos contenedores de basura sobresalían maniquíes.
Detrás de estas impactantes creaciones se encuentra el artista estadounidense Mark Jenkins. Sus obras no sólo han logrado asombrar a los transeúntes, sino que en ocasiones también han provocado la intervención de las autoridades. Algunas esculturas parecen tan reales que numerosas personas llaman a la Policía al verlas.
La capital italiana no fue la única en acoger estas curiosas instalaciones artísticas. Jenkins lleva varios años viajando por el mundo colocando sus estatuas, hechas en su mayoría con cinta de embalaje, en ciudades como Londres, Barcelona o Seúl.
Según el artista callejero, su objetivo es conseguir que "la gente levante la vista de sus teléfonos móviles durante una fracción de segundo para cerciorarse e interactuar con el mundo que les rodea" y explorar asimismo “la evolución en el terreno de lo absurdo”.
Jenkins cuenta con su propio sitio web, en el que se pueden ver sus trabajos, así como otra en la que explica cómo crear esculturas con cinta de embalaje.
Detrás de estas impactantes creaciones se encuentra el artista estadounidense Mark Jenkins. Sus obras no sólo han logrado asombrar a los transeúntes, sino que en ocasiones también han provocado la intervención de las autoridades. Algunas esculturas parecen tan reales que numerosas personas llaman a la Policía al verlas.
La capital italiana no fue la única en acoger estas curiosas instalaciones artísticas. Jenkins lleva varios años viajando por el mundo colocando sus estatuas, hechas en su mayoría con cinta de embalaje, en ciudades como Londres, Barcelona o Seúl.
Según el artista callejero, su objetivo es conseguir que "la gente levante la vista de sus teléfonos móviles durante una fracción de segundo para cerciorarse e interactuar con el mundo que les rodea" y explorar asimismo “la evolución en el terreno de lo absurdo”.
Jenkins cuenta con su propio sitio web, en el que se pueden ver sus trabajos, así como otra en la que explica cómo crear esculturas con cinta de embalaje.
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