Arranca en los Urales la semana de la gran política: ¿quién, cómo y por qué?
Ufá también servirá de escenario para que los BRICS y la OCS mantengan negociaciones bilaterales. Habrá, además, una sesión entre los líderes de los Estados miembros de la Unión Económica Euroasiática, los BRICS y la OCS, más Azerbaiyán y Turkmenistán.
Según el asesor presidencial ruso para Política Exterior, Yuri Ushakov, en los espacios de las cumbres el mandatario del país anfitrión, Vladímir Putin, mantendrá un total de 11 encuentros bilaterales con jefes de Gobierno, incluida una reunión con el mandatario iraní, Hasán Rohaní, y una reunión tripartita entre Rusia, China y Mongolia.
Las cumbres de Rusia, ¿un desafío al orden mundial?
Existen dos opiniones contrarias sobre los países participantes en las dos cumbres, destaca el portal de 'Deutsche Welle'. Algunos creen que estos países están demasiado "divididos políticamente" para poder formar una fuerza unida que les permita hacerse notar a nivel global. En otras ocasiones, al contrario, son considerados como "un gran desafío para el orden mundial dominado por Occidente".
Sea como fuere, el bloque BRICS y la OCS son dos de las agrupaciones no occidentales más prominentes de la actualidad, sostiene 'Deutsche Welle'. Los dos foros de Ufá son una oportunidad tanto para Rusia como para China de resaltar su "capacidad de resiliencia" y reformar la geografía económica de Eurasia y el surgimiento de nuevas instituciones no occidentales de financiamiento y desarrollo, puntualiza el portal.
Los BRICS, hacia el fortalecimiento de un sistema financiero alternativo
Los BRICS acaban de lanzar un nuevo banco, el Banco de Desarrollo, y, exactamente la víspera de la cumbre, también fue creado el fondo común de reservas monetarias. Los miembros del bloque están, además, entre los Estados fundadores claves de otro nuevo banco, liderado por China: el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (BAII).
Durante la cumbre, los BRICS pueden "avanzar cautelosamente" en otros elementos de un programa diseñado para "fortalecer el sistema financiero no occidental", destaca 'Deutsche Welle'. Indica que esto incluiría una alternativa al SWIFT —el sistema de mensajería segura que facilita las transacciones financieras transfronterizas— destinado a reducir la dependencia de oeste. Es posible que se debata, además, intensificar el papel de las monedas nacionales en el comercio entre los miembros del bloque.
OCS, al cargo de la seguridad en Eurasia
Los Estados miembros de la OCS poseen todo el potencial necesario para un rápido crecimiento económico: una base de materias primas, fuerza laboral calificada, tecnologías desarrolladas y una posición estratégica en las rutas de comercio mundial, tanto en las existentes como en las futuras, puntualiza en su columna para RIA Novosti Rostislav Íschenko, presidente del Centro de Análisis de Sistemas y Pronósticos, en Rusia. Según subraya, uno de los proyectos con más perspectivas desde este punto de vista es la colaboración en la esfera de la ambiciosa Ruta de la Seda, destinada a unir China con los países de Europa.
Sin embargo, para que este proyecto dé resultado deben cumplirse dos condiciones cruciales, insiste Íschenko. La primera es que los europeos no pierdan su poder adquisitivo. La segunda es que las rutas de tránsito sean seguras. Desde el punto de vista del analista, actualmente la cuestión de la seguridad es más acuciante que la de la crisis de la Eurozona.
EE.UU. busca mantener su hegemonía mundial, pero sus esfuerzos tienen como resultado el surgimiento de conflictos armados en las rutas que unen a China con Europa, puntualiza Íschenko. La ofensiva del Estado Islámico en Irak y Siria pone en peligro el tránsito a través de Irán noroccidental y Turquía, dos regiones que están demasiado cerca de las líneas de combate. Además, Irán todavía está bajo sanciones. En Afganistán, el Gobierno central sigue sin poder controlar la situación en el país. Y Oriente Medio está plagado de conflictos.
"Teniendo en cuenta la imposibilidad de la UE de practicar una política soberana independiente de la de EE.UU. y la falta de interés de Washington en estabilizar estas regiones, resulta que es la OCS quien tendrá que asumir la responsabilidad de controlar toda Eurasia, hasta la frontera oriental de la UE", comenta el analista. Al mismo tiempo acentuó que la OCS, al no ser un bloque militar como la OTAN y, por lo tanto, carecer de una doctrina sobre el uso de la fuerza bélica para mantener la seguridad en su territorio, deberá encontrar soluciones diplomáticas al problema.