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A pesar de las sanciones económicas, Siria se mantiene a flote gracias a la agricultura

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A pesar de la cantidad de muertes que suma el conflicto en Siria, existe un pequeño paraíso donde los enfrentamientos no han llegado y sus habitantes se dedican a la agricultura y abastecen a sus compatriotas con alimentos.
A pesar de las sanciones económicas, Siria se mantiene a flote gracias a la agricultura

Además de polarizar la sociedad, el conflicto sirio amplió las diferencias entre la vida urbana y la del campo. Mientras la violencia prevalece en las áreas más pobladas, en las aldeas el tema más acuciante es cómo hacer más fértil la tierra. 

La ciudad de Alepo, con los feroces combates que se registran allí entre los partidarios y los detractores del presidente  Bashar al Assad  recuerda una colmena revuelta. A tan solo 20 kilómetros al oeste de esa urbe, Muhhamed trata de preservar una de las dos colonias de abejas reales que pertenecen a su familia. A la otra que tenía en Homs la considera perdida ya que durante medio año nadie pudo cuidarla. 

“No quiero hacer ningún comentario político, ahora esto puede ser muy peligroso. Lo único que puedo decir es que el empleo de armas fue un error”, relata Muhammed. 

Asimismo considera que atacar a los aldeanos en las zonas rurales no ayudaría a los rebeldes a cumplir su meta de derrocar a Al Assad. “Creo que las ofensivas se concentran en los núcleos urbanos donde tienen más posibilidades de afectar al pueblo económicamente y atacar blancos militares”, agregó Muhhamed. 

Las regiones meridionales son consideradas las despensas del país. Casi todo lo que llega a las mesas de los sirios es cultivado en esas zonas. Lejos de los epicentros de la violencia, aquellos campos mantendrían a flote a Siria pese a la presión exterior y las sanciones económicas. El sector de la agricultura, según las autoridades, será el pilar del bienestar de los ciudadanos, incluso en las situaciones más precarias. 

“Siria experimentó sanciones desde la década de los 80 y estas le enseñaron al país a ser autosuficientes. Ahora el sector agrícola está preparado. Tenemos semillas, fertilizantes, agua, todo esto no fue afectado por las sanciones o por los enfrentamientos actuales. Puedo decir que la agricultura está entre los sectores que sintieron en menor grado el impacto de los disturbios”, afirma el ministro de Agricultura sirio, Abdul Mouea al-Kudmani. 

Pese a que esas aldeas recuerden un santuario, el eco del conflicto ha llegado hasta estos baluartes de la tranquilidad y sus habitantes creen que lo que el país necesita es calma. 

“La gente extraviada y armada que lucha contra el Gobierno y desestabiliza al país no tiene razón. Espero que se tranquilicen. Todos necesitamos paz en Siria”, dice el campesino Jamil Abu Hassan. 

Mientras los granjeros de todo el país recogen su cosecha, esperan que los frutos de su labor puedan endulzar el plato agrio de la crisis que se ve obligado a saborear el pueblo sirio.

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