La guerra secreta de Occidente en Siria: la unipolaridad versus la multipolaridad
Esta guerra secreta occidental en Siria se está llevando a cabo a través de varios medios propios de la guerra moderna. Uno de estos es la guerra de información, la que en una de sus facetas hace uso de propaganda, que en este caso va dirigida contra el Gobierno sirio. Los ataques contra Damasco por parte de la diplomacia occidental en declaraciones públicas en las que se demoniza y condena al Gobierno sirio demandando su salida del poder, son ejemplos de esta guerra de información llevada a cabo desde los más altos niveles de gobierno.
También son ejemplos de guerra de información la parcialidad a favor de la oposición y en contra del Gobierno sirio adoptada por los medios de prensa occidentales en general al reportar sobre el conflicto de Siria. La prensa occidental suele informar basándose por lo general en fuentes de la oposición siria, haciendo uso en sus informes noticiosos, de rumores e información sin confirmar, y que en diversas ocasiones parecen haber sido informaciones falsas producidas por la oposición para presentar al Gobierno sirio de la peor manera ante el mundo. El objetivo de esto es tornar a la opinión pública internacional en contra del Gobierno del presidente Bashar al Assad de Siria, con el propósito de provocar una intervención militar extranjera a favor de los rebeldes.
Otra forma en que Occidente está llevando a cabo su guerra secreta en Siria es a través de la guerra cibernética. Una forma de hacerlo es con la explotación de redes de computadoras conectadas a Internet para llevar a cabo espionaje y extracción de información por medio de virus informáticos. Un ejemplo de esto sería el virus Flame que, según el periódico Washington Post, fue desarrollado por la Agencia Central de Inteligencia ( CIA ) y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidenses y por Israel para recoger información de inteligencia contra el programa nuclear iraní. Por cierto, que según documentos filtrados por WikiLeaks sobre Siria, la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense logró interceptar y descifrar las comunicaciones codificadas de las fuerzas gubernamentales sirias que se hacían a través del sofisticado sistema digital radial de comunicaciones seguras TETRA que la compañía italiana Selex Elsag le había vendido a las Fuerzas Armadas y de seguridad sirias.
Es probable que, como parte de una guerra cibernética contra Siria, se haya además insertado virus informáticos para sabotear instalaciones de la infraestructura energética, de comunicaciones o de transporte siria, que podrían ser activados en caso de una intervención militar occidental. Un ejemplo de este virus es Stuxnet, que según reportó el New York Times, fue desarrollado conjuntamente por la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense y por la secreta Unidad 8200 especializada en guerra cibernética y perteneciente a las Fuerzas Armadas israelíes. Stuxnet fue usado por EE.UU. e Israel para sabotear operaciones del programa nuclear iraní.
Aunque no hay evidencia concreta del uso de mensajes de correo electrónico de forma furtiva para persuadir a oficiales de las Fuerzas Armadas y miembros del Gobierno sirio de desertar al bando de la oposición, ésta es una posibilidad más que probable. Esta forma de explotación de las redes informáticas y comunicaciones del adversario se practicó en la invasión de Irak de 2003 y después en Libia en 2011, transmitiéndose los mensajes furtivos a través del envío de flujos de datos por sensores y sistemas de inteligencia de señales. Es posible que militares sirios de alto rango que han desertado para unirse a la rebelión hayan sido inicialmente inducidos y persuadidos a hacerlo a través de mensajes electrónicos en los que se les instruiría sobre cómo desertar y salir del país, todo posiblemente acompañado de promesas e incentivos. Así, según RIA Novosti citando fuentes turcas, unos 20 generales sirios habrían desertado y salido fuera de Siria, habiendo más de 50 oficiales sirios refugiados en Turquía.
Se le podría también estar proporcionando información de inteligencia obtenida por satélites al Ejército Libre de Siria (ELS) -éste probablemente creado en el extranjero– sobre los movimientos, localización y números de las fuerzas militares sirias sobre el terreno. Este uso militar del espacio exterior podría quizás explicar que haya habido emboscadas del ELS en que han logrado abatir a decenas de soldados sirios.
Está también la guerra encubierta. Así el New York Times informó el mes pasado que la CIA está en Turquía, cerca de la frontera con Siria, supervisando la entrega a los rebeldes sirios de armas como fusiles de asalto, lanzagranadas, armas antitanque y municiones para evitar que caigan en manos de grupos terroristas como Al Qaeda. Pero el que supervisa la entrega de armas también las controlaría y suministraría, armas que podrían ser pagadas por países árabes como Arabia Saudita y Qatar, los cuales también prometieron pagar los salarios a los miembros del ELS. En mayo la prensa israelí informó que el presidente Obama había autorizado el suministro de armas antitanque a los rebeldes sirios.
Turquía no solo da santuario a los insurgentes sirios sino que probablemente también da armas, suministros y apoyo logístico. Se ha informado en la prensa que Washington proporciona al ELS ayuda “no letal” como equipos de comunicaciones, lo que Francia ha prometido suministrar. RT ya había informado a fines de febrero que según un general sirio que se pasó al ELS, EE.UU. y Francia le proporcionaban a los rebeldes armas para combatir al Gobierno sirio, incluyendo misiles antiaéreos de uso individual. Según una ex traductora del FBI en declaraciones hechas en diciembre de 2011, ya Washington estaba entrenando a miembros de la oposición siria en Turquía y proporcionando armas a los rebeldes en Siria desde la base aérea turca de Incirlik, no lejos de la frontera turco-siria.
También se ha informado de fuerzas especiales del Reino Unido, Qatar, Israel y Turquía y de oficiales militares franceses encubiertos operando dentro del territorio sirio, en algunos casos apoyando sin combatir al ELS. Esta guerra secreta en violación de la soberanía de un miembro de las Naciones Unidas pone en peligro la paz del Oriente Medio y por extensión del mundo.
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