Arabia Saudita, estandarte de las 'revoluciones democráticas árabes'

Recientemente, Arabia Saudita ha aparecido en la escena política internacional por lo que respecta al conflicto en Siria, pidiendo democracia y libertad para el pueblo sirio, llegando a proponer la intervención militar extranjera en el país de los Omeyas.

Nos encontramos ante un ejemplo más de la hipocresía y la doble moral a la que nos tienen acostumbrados algunos países de la región.

Es sospechoso que una monarquía feudal fundamentalista como Arabia Saudita, donde se aplica la versión más estricta de la 'sharía' o ley islámica, se erija como gran defensor de los valores democráticos y de la libertad. Un país donde todavía hoy en día se aplica la ejecución con espada. Donde se corta la mano en los casos de robo y donde se obliga a las mujeres que tienen ojos bonitos a llevar velo integral. Un país que hace unas semanas decidió expulsar a un grupo mixto de cristianos por el simple hecho de rezar juntos un domingo, con la justificación de que la ley no permite que hombres y mujeres que no pertenezcan a una misma familia puedan reunirse.

Paralelamente a la actividad del Gobierno, algunos de los imames y líderes religiosos más influyentes del país, llaman a la guerra santa contra los alawitas. Uno de ellos ha llamado incluso al genocidio de todos los alawitas de Siria por el simple hecho de que el presidente Bashar al Assad pertenece a esta minoría, una minoría que practica un Islam moderado considerado apóstata por el sunismo radical. Muchos de éstos discursos incendiarios pueden encontrarse en Youtube, puesto que su difusión es fundamental para fomentar el yihadismo internacional, que tiene a Siria como objetivo en éstos momentos.

Mientras todo esto sucede sin ningún tapujo, ningún medio de comunicación internacional se hace eco de la represión que sufren las minorías chiitas en el noreste de Arabia Saudita, donde varios manifestantes desarmados han muerto recientemente a manos de la Policía. Tampoco se recuerda a los cientos de chiitas que murieron en Bahrein a manos de tropas sauditas y qataríes hace unos meses.

Como se puede deducir de lo expuesto anteriormente, el verdadero objetivo de Arabia Saudita es que Siria deje de ser un país laico y pase a ser un estado islámico sunita tutelado ideológicamente. Con ello se seccionaría el arco chiita que se extiende desde Irán hasta el Líbano, pasando por Irak y Siria. Así se aclararía el camino a un eventual ataque a Irán, que es la gran amenaza del país saudita, de Qatar y de Emiratos Árabes, países de donde se extrae a diario la mayor parte de la energía consumida a nivel mundial.