El consejo de Estambul
Desde que hace ya un año se inició la revuelta instigada desde el extranjero en Siria, siempre ha existido en Occidente la creencia de que el Gobierno sirio podría llegar a resquebrajarse desde dentro.
Sin embargo, y cuando se hizo evidente que el Gobierno no solo se mantenía unido, sino que se fortalecía ante una creciente injerencia externa en Siria, y con constantes manifestaciones de apoyo de su pueblo en todas las ciudades del país, fue creado el Consejo Nacional Sirio por voluntad de la CIA y los servicios de inteligencia turca.
Este consejo fue desde un principio financiado por Arabia Saudí y Qatar, y tiene su sede en Estambul, donde bajo mandato de la inteligencia estadounidense, el presidente turco, Recep Tayip Erdogan, ha ido recibiendo a un nutrido grupo de hermanos musulmanes exiliados que cometieran crímenes en los años 80, y de toda serie de conspiradores ansiosos de poder, que por supuesto no conocen la realidad siria actual.
Este consejo, cuya fraternidad se basa en el odio al Gobierno sirio y no en su amor a Siria, tiene el objetivo de sembrar la discordia entre los sirios y provocar un conflicto étnico y religioso entre la población que lleve al colapso del Estado laico actual y a la instauración de un Estado títere que sucumba a los intereses geoestratégicos occidentales en la región.
Este consejo, que tiene de nacional solo la palabra (otra creación propagandística occidental), tiene a su brazo armado en el Ejército Libre Sirio, cuyos escuadrones de la muerte, liderados por yihadistas extranjeros, siembran el terror entre la población siria.
Durante los últimos meses, lo que más ha caracterizado al Consejo es la codicia de sus miembros a la hora de recibir dinero de sus padrinos, y la lucha de poder entre muchos de ellos.
Sus 'logros' más destacables han sido obtener el reconocimiento de los países árabes y occidentales y pedir la intervención de la OTAN en Siria, ignorando que en Libia la intervención ha provocado ya más de 150 000 muertos y que sigue sumida en la violencia y el caos.
La presidencia del Consejo también responde a la estrategia propagandística occidental. Burhan Ghalioun es la cara amable del Consejo ante la comunidad internacional, “un laico capaz de convencer a la opinión pública occidental”, como ha manifestado recientemente y en privado Mohammad Faruk Taifur, un alto representante de los Hermanos Musulmanes, en un video que se ha filtrado y que muestra claramente las intenciones ocultas del grupo dominante en el Consejo.
Tras meses de existencia, el Consejo Nacional Sirio carece de agenda política, se niega a iniciar cualquier tipo de diálogo con el Gobierno sirio y refuerza la estrategia del terror por medio de su “Ejército Sirio Libre”. Mientras, sus integrantes se enzarzan en luchas de poder y por tener acceso directo a las ingentes cantidades de dinero que se destinan a la destrucción de Siria.
Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.
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