La predicciones científicas más atinadas del pasado
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A lo largo de la historia científicos, escritores y políticos han formulado sus predicciones sobre el progreso de la humanidad.
A lo largo de la historia científicos, escritores y políticos han formulado sus predicciones sobre el progreso de la humanidad. En esta galería repasamos algunas que, si bien parecían radicales o demasiado audaces para su tiempo, el paso del tiempo acabó demostrando que su certeza.
En 1908 Nikola Tesla describió su proyecto de una torre de comunicación inalámbrica y, pese a que no logró realizarlo, la descripción del proyecto se parecía mucho a la moderna red celular. Los dispositivos que describía eran muy semejantes a los celulares o smartwatch modernos.
"Un instrumento no caro, no más que un reloj, permitirá a su dueño escuchar donde quiera- en el mar o en la tierra- la música o canciones, los discursos de los líderes políticos, eminentes políticos y las misiones de los pastores que están a gran distancia. De tal manera podrán ser transmitidos cualquier imagen, signo, dibujo o texto", escribía Tesla.
Gregor Mendel, monje católico y naturalista de Austria, formuló a mediados del siglo XIX dos leyes de la herencia de rasgos que expresan la idea de que la discontinuidad y la herencia binaria consiste en que cada característica está controlada por el par de rasgos maternos y paternos. El emparejamiento de los cromosomas y el ADN de doble hélice es la consecuencia lógica del desarrollo de la genética del siglo XX que se basa en las ideas de Mendel.
El trabajo de Mendel fue reconocido solo en 1900 después de la publicación casi simultánea de tres artículos de Hugo de Vries, Carl Correns y Erich Tschermak-Seysenegg, que confirmaron de forma independiente sus datos.
El escritor y científico británico Arthur Clarke evocó en su novela ‘2001: Una odisea del espacio’ avances increíbles en la esfera de telecomunicaciones.
"Podremos hablar con amigos de todo el mundo, sin saber exactamente donde están. Llevar a cabo sus negocios, estando en Tahití o Bali, así como en Londres, puede que esto sea posible ya en este siglo (y tal vez en cincuenta años). Supervisar cualquier cosa será posible desde cualquier parte del mundo sin prestar atención a la distancia. Me imagino que algún día un cirujano de Edimburgo podrá llevar a cabo una operaion en el cerebro de un paciente que está en Nueva Zelanda. Cuando llegue ese momento, el mundo, literalmente, se reducirá a un solo punto, y el papel tradicional de las ciudades como lugares de encuentros dejará de tener alguna importancia", comentó Clarke en un documental para BBC.Reuters / RT