Geopoder: las cinco claves del éxito iraní
Compete a los analistas serios estudiar los procesos geopolíticos que se suceden permanentemente en el orbe con el fin de interpretar dichos fenómenos. El objetivo es sistematizar significados, inducir interrogantes, provocar discusiones, prospectar tendencias, entre otras funciones, para enriquecer esta área de tan alta importancia en este siglo XXI, especialmente cuando las decisiones tomadas pueden afectar al mundo mismo o a una gran parte de éste.
En el caso del reciente acuerdo de Irán con el G5+1 es preciso señalar cuáles fueron las claves que produjeron este resultado e indicar su carácter complejo pues no fue solamente una negociación nuclear sino política, económica y cultural, cuando menos.
Las cinco posiciones conceptuales de la estrategia iraní fueron las siguientes:
I.Dialéctica humana como mecanismo permanente en las negociaciones.
El gobierno iraní conjugó y examinó paso a paso las coyunturas presentadas, los movimientos de las potencias interesadas en obstaculizar el proceso, elaboró respuestas claras al amedrentamiento y definió meridianamente el significado de las líneas rojas impasables, como las inspecciones a su aparato e inteligencia militar, por ejemplo.
Lo anterior implica que los procesos son seguidos palmo a palmo de tal modo que, en la dinámica rápida que se sucede, las respuestas son acertadas y debilitan al contrario. En este sentido, a cada hecho que hacía inviable el tratado discutido, Irán mostraba una faceta inmensa en contenido y forma, de tal modo que insistiendo a cada paso en la opción pacífica de la nación, a su vez que se denunciaba a potencias como agresoras en el espacio de la guerra, permitía fortalecer el convenio a firmar.
Cabe asegurar que el uso magistral de la dialéctica para avizorar los conflictos, medir las fuerzas, apoyarse en los aliados, exigir transparencia y plantear que después del tiempo límite no podría haber nuevas conversaciones (arriesgada y brillante táctica), pusieron el pacto en su lugar exacto lo que convirtió la aceptación de la mayoría de condiciones persas en una victoria en forma de lección mundial.
II. Gobierno fundado en la Resistencia y Soberanía.
Es factible desde la Humanología analizar la vida del ser extrapolando niveles, de tal modo que incluso lo que ocurre individualmente puede reflejarse internacionalmente. En este sentido, causa admiración una nación que pese a haber sido agredida militarmente causando más de un millón de víctimas, sometido a chantaje y sanciones económicas, confiscados sus bienes al aplicar ilegales leyes extraterritoriales, más un sinnúmero incontable de medidas despiadadas, a cada paso ratificó que la dignidad es un valor inmedible.
Por ello, la resistencia a las sanciones, el ataque artero, la desestabilización interna y los atentados, no pudieron ser artífices de una rendición. La soberanía como aquella categoría que infunde esperanza fue la herramienta esencial para indicar a toda potencia que los límites territoriales y populares estaban vedados. Por el contrario, el fervor inmenso de la nación junto con un trabajo conjunto de las autoridades eran personalidades que se distribuían tareas para mostrar la unidad.
La altivez honrada se ha visto expresada en la reciente conferencia de prensa del alto negociador nuclear iraní, Seyed Abás Araqchi, quien ha dichoque Teherán no espera un cambio de comportamiento por parte de EE. UU., excepto en el área suscrita. Aunque existe desconfianza de que el proyecto sea respetado por el próximo presidente del régimen estadounidense, cuyo incumplimiento tendría consecuencias, comprendiendo que el acuerdo “no significa que nuestras políticas hayan cambiado ante el sistema hegemónico y las políticas hostiles de EE.UU., ni nuestro apoyo a amigos regionales.”
III. Cosmovisión ideológica solvente y fe en el pueblo.
El islamismo ofrece una visión de la vida que estipula obligaciones, deberes y derechos, los cuales están conectados a un comportamiento ligado a lo divino. Es decir, en este sentido se compenetra la creencia con fe en un destino con la absoluta convicción en que ambas son un instrumento poderoso para blandir.
La confianza en que el pueblo defenderá una revolución al superar un régimen que fue un martirio para la nación persa, recordando los miles de asesinatos y torturas provocados por el Shá Reza Pahlevi, indican dos fuentes de poder: por una parte, el territorio y sus fuerzas armadas de gran nivel, acrecentadas por las riquezas culturales y naturales, junto a una infranqueable sociedad con sus propias costumbres e ideología religiosa, muchas veces tergiversada para provocar conflicto con otras confesiones.
El caso de Grecia, pese a poseer una fuerza popular, es un ejemplo contradictorio pues pese al apoyo en un referéndum negando la negociación de la soberanía, lo que significaba la búsqueda de otras fuentes de financiación y la creación de una estrategia de amplio espectro empleando la inteligencia solidaria (lo que habría sido un modelo para el mundo y un golpe a la banca de la usura constante), su gobierno se vio forzado a la seguridad de la claudicación. Se espera que no haya error en esta aceptación de las cláusulas agiotistas financieras.
IV.Comunicación solidaria internacional y fortaleza mediática-valórica alternativa.
Expertos han demostrado que tanto la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), como la CIA, sabían desde el 2003 que el programa nuclear de Irán no tenía fines bélicos, corroborado por el primer informe de la seguridad nacional estadounidense (publicado el 3 de diciembre de 2007 en New York Times), y finalmente por la última evaluación de las Agencias de Inteligencia de Estados Unidos concluyendo por enésima vez que, desde 2003, Irán no ha hecho nada que pruebe su intención de producir armas nucleares frente a la multiplicidad de informes tergiversados que demostraba lo contrario. Tal es el comentario de Gordon Duff quien manifiesta:”Obama ahora puede subirse al cielo por haber salvado el mundo de las armas que nunca existieron, y por haber matado a Osama bin Laden, un activo de la CIA que en realidad murió, según fuentes de alto nivel, en 2001 en el centro médico de la base naval de Maryland por una enfermedad renal que padecía (1).
Cabe ahora preguntarse con asombro como en la prensa internacional aparece John Kerry como el artífice del tratado, cuando en efecto fue quien más trabas puso a esta solución evidente por venir. Es la manipulación mediática y, como ya está ocurriendo diariamente, la Unión Europea queda como sirviente de una nación que la humilla permanentemente.
Afortunadamente la integrada acción de comunicación por los Medios alternativos existentes, pese a la oscura redacción interpretativa de la estrategia occidental, ha logrado superar en gran parte el desconocimiento de Irán y su historia como pueblo colonizado y de regreso a la independencia, pese a las trágicas intervenciones y masacres sufridas, explicando nítidamente que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó por unanimidad el levantamiento de las sanciones antiraníes, ratificando el Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA)del 14 de julio, entre Irán y el G5+1 (EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania).
V. Principios soberanos intransables, aún en las más extremas condiciones de asedio o amenaza.
Los casos de Rusia y Venezuela, sitiados por una avalancha de sanciones injustamente fundamentadas, la primera por el caso Ucrania cuya responsabilidad corresponde a Berlín y Washington en asocio con Kiev, y la segunda incentivada por la unidad ideomilitar de Barack Obama con la derecha de dicho país, han finalizado en la derrota de la Corporatocracia aunque ésta persiste en su lucha por cimentar la injusticia como gobierno nacional.
Irán no ha cejado en declarar que las líneas rojas no pueden ser pasadas por nadie, por lo cual aunque se negocie es imposible borrar tres de ellas: una, no es posible que ninguna institución acceda a las zonas militares reservadas; dos, las riquezas naturales son del país y de su pueblo y no serán avasalladas; tres, se reconoce el liderazgo fundamentado en el pueblo que acepta el pensamiento de su presidente, Hasán Rohaní, y del ayatolá Seyed Ali Jamenei, Líder de la Revolución Islámica de Irán.
Esta estrategia está precedida de un cuestionamiento que debe ser explicitado: ¿con qué autoridad moral pueden algunos gobiernos “examinar” a otros cuando históricamente son responsables de exterminio y explotación de numerosas naciones?
Los nuevos diálogos con Turquía, con la cual se mantienen diferencias sobre el papel de las naciones afectas al islam en la región y el rol inclusivo de la nación persa, entre otras temáticas, se verán fortalecidas incrementándose su proceso lo que prevé nuevas opciones de estabilidad en la medida que se converja en posiciones pacifistas.
¿Qué hacer ahora?
Para el gobierno iraní y el mundo pluripolar, constituido por aquellas naciones y gobiernos que desean nuevos modelos fundados en la ciudadanía y las garantías de derechos humanos y sociales integrales, es un triunfo inmenso ante el Goliat castigador. Ello requiere continuar el proceso.
En este sentido, desde la teoría del Geopoder, cuyas bases implican la coherencia y la equidad en las relaciones internacionales, una de las principales tareas será presentar ante la ONU una solicitud urgente para iniciar el examen de las potencias que poseen armas nucleares con el fin de discernir si están cumpliendo los acuerdos firmados y establecer las garantías de que no emplearán estas herramientas contra estados soberanos. Lo anterior es la conclusión obvia de estos documentos recién aprobados pues implica que si a Irán ya lo “evaluaron” (tal como lo efectuaron con Siria), ahora debe continuarse con otras naciones, especialmente aquella que pueda ser la más peligrosa para la paz mundial. En caso de no hacerlo, se vería con claridad meridiana que todo este proceso fue simplemente otra sanción que hizo la Corporatocracia a través de las potencias y contra las cuales hubo de oponerse Rusia y China, pese a la dilación permanente de Alemania, Francia y Gran Bretaña, instigados por Washington.
Las amenazas persisten y en esta dirección es importante evaluar las razones dadas por Paul Craig Roberts respecto a las cuales EE.UU. se vio forzado a aceptar este trato, en tanto su debacle económica le impide invertir en guerras al unísono, la oposición de Irán hacia el Estado Islámico y la vulnerabilidad energética de Europa. A estas consideraciones se debe agregar otras de peso también: la próxima campaña presidencial donde Obama debe mostrar resultados relacionados con la paz y el papel dirigente en el mundo de EE.UU., arrogándose victorias que no le compete y, a su vez, intentando superar la contradicción insalvable de jugar a la paz estimulando la guerra.
La reciente declaración realizada porel jefe del Pentágono, Ashton Carter,según la cual se reserva el derecho de atacar a Irán si lo considera necesario, es cuando menos una forma de retórica abstracta pues de hacerlo tendría que emplear a un aliado y, en este caso, no es tan fácil que alguien desee comprometerse en dicha “campaña”. Lo que sí es factible es continuar la guerra mediática denostando del país y sus ciudadanos, prueba fehaciente es la producción fílmica sindicándolos de terroristas, junto a las sanciones político-económicas aprovechando su poder extraterritorial. La nueva ayuda militar a Israel es una forma de sellar el compromiso adquirido.
Un conflicto latente que deberá abordar el brillante ministro iraní de Asuntos Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, gestor fundamental de este acuerdo, es la nueva amenaza del lobby AIPAC, el cual gastó 1,67 millones de dólares en medio año para impulsar una ley que permita al Congreso estadounidense revisar o rechazar un pacto nuclear con Irán.
Esta estrategia de cinco claves puede ser fuente conceptual de las naciones soberanas como texto de inclusión y autonomía, referente para la política social. Continuar con ellas es la tarea sustentable.
Finalmente, los peligros para la nación persa persisten, aunque ahora en otras condiciones pues su rol y fortaleza se ven acrecentados. Así, la partida de ajedrez continúa una nueva ronda puesto que los jugadores se apegan a reglas diferentes: uno confía en la transparencia y la bondad, cuya inteligencia debe ser la ganadora y, el otro, apela a las reglas basadas en la intimidación, el peón sacado de debajo de la mesa o el movimiento que destruya el orden del tablero para reorganizarlo a su acomodo basado en ser el dueño supuesto del tablero.
Por tanto, como el juego continúa y es desigual, el jugador honesto deberá comprender que la transparencia con carácter siempre triunfa cuando la fortaleza de principios la enriquece, tal como se ha manejado hasta ahora. Es decir, nueva partida con uno de los actores claramente convencido que el movimiento final debe dar como resultado la Humanización por sobre la Humillación como cosmovisiones planetarias.
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