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¿Cómo elegir escuela? ¿Qué consecuencias puede tener hacernos 'amigos' de nuestros hijos?: Habla una maestra española

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"Hemos entrado en una competencia educativa: las escuelas se anuncian en los medios como coches o bancos", señala la maestra española y especialista en inteligencia emocional Mar Romera. ¿Cómo sería la escuela del futuro? ¿Qué deberíamos cambiar en el sistema educativo actual? ¿Cómo elegir la escuela para nuestros niños? ¿Cuáles pueden ser las consecuencias si uno se hace 'amigo' de su hijo? Véanlo en Entrevista, de RT.
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La maestra española y especialista en inteligencia emocional, Mar Romera, presenta su libro 'La escuela que quiero', en el que desgrana cómo debería cambiar la enseñanza para adaptarse a las necesidades de los niños.

Partiendo de la premisa de que "el ser humano es el único animal capaz de emocionarse con la imaginación", afirma que ya no se puede controlar a la población con el miedo y la culpa, como se hacía antes de la segunda guerra mundial, sino que ahora se nos "controla con alegría".

¿Cómo es el control con la alegría?

Según esta maestra, "la felicidad depende del circuito de recompensa, pero hoy los niños no lo tienen entrenado: reciben todo lo que quieren", y sostiene que la felicidad no es real: "Nunca puedes ser feliz, puedes estar feliz".

Así, según su teoría, se siente más la plenitud cuando has imaginado el objetivo y te has esforzado para alcanzarlo. En el caso de los niños de hoy en día, que obtienen todo lo que quieren, se llega al control de la población, de los padres, porque obliga al consumo, para seguir manteniendo la expectativas de los pequeños.

Evolución en los colegios

En el discurso de Romera abunda la crítica al sistema educativo español actual y señala como "el verdadero desprestigio de la profesión docente" la situación en la que cualquiera con conocimientos se siente legitimado para enseñarlos.

De hecho, pone el foco en la formación del profesorado. Así, considera que en la Universidad no se enseña "nada" de docencia y "no se ha modificado ninguna estructura".

"Cada vez que se incorpora un docente nuevo, retrocedemos veinte años", refiere la experta, que explica que el comportamiento de los nuevos profesores se rige por la actitud que recibieron por parte de sus propios maestros hace dos décadas.

Romera apuesta por "modificar radicalmente la formación inicial del profesorado", porque "saber lo que tengo que hacer no garantiza poder hacerlo. El conocimiento no es comprensión". De esta manera, propone poner el énfasis en "el equilibrio emocional del profesorado, el saber estar, la presencia, la autoridad, la excelencia emocional, la escucha, el vínculo con la mirada, el protocolo de admiración", entre otras destrezas menos convencionales y más relacionadas con las emociones.

Crítica al sistema educativo actual

"Mi papá fue a la escuela para aprender a leer, yo fui a la escuela para cumplir el sueño de mis padres y tener un título universitario, mis hijas van a la escuela para aprender a vivir", es como resume la experta la evolución de las expectativas puestas en el sistema educativo.

En definitiva, la misión del colegio debería ser "provocar que cada persona saque la mejor versión de sí mismo", por ello, defiende que la escuela "no puede ser bilingüe, trilingüe, digital", e importar retazos de otros modelos, sino que "menos es más".

Además, ofrece una idea revolucionaria, como es abolir todas las asignaturas. "¿Qué sentido tienen las asignaturas a día de hoy en el currículo estructural de una escuela obligatoria?", se pregunta mientras reflexiona sobre cómo "el conocimiento hasta el siglo XIX y mitad del XX estaba ordenado por disciplinas, pero ahora no".

Tampoco el bilingüismo usado en las escuelas españolas escapa a sus críticas: "Estamos utilizando uno de los peores modelos de bilingüismo del planeta. Y lo sabemos", afirma con rotundidad Romera, porque es ilógico enseñar conceptos abstractos en otros idiomas a un niño que está en el inicio de la construcción lingüística de su lengua materna, señala.

El colegio ideal

La autora de 'La escuela que quiero', para sus hijos, a día de hoy elegiría "el cole más cerca de casa". En primer lugar porque valora la autonomía que les da a los menores y la facilitación de las relaciones sociales con sus iguales y, en segundo lugar, porque espera "que todos los coles merezcan la pena" y además sabe, dice, que hay profesorado "maravilloso y espectacular" en todos los centros y docentes "que deberían dedicarse a otra cosa" también en casi todos.

Los siguientes requisitos del colegio ideal para la experta sería una escuela rural agrupada con niños de todos los niveles mezclados en el que hubiera el mínimo profesorado posible. Otras condiciones que deberían cumplir los maestros serían que escuchen a los menores, los respeten y los amen de forma incondicional.

La innovación en la enseñanza

Con lo que la experta no se muestra de acuerdo es con la premisa de que las innovaciones que se ofrecen ahora en muchos centros educativos sean realmente un avance. "La ignorancia es tremendamente atrevida y todo lo que aparece como nuevo parece que sea bueno", dice.

"Los coles se anuncian como coches o como bancos", sentencia la maestra, y lo achaca a que se ha "entrado en la estructura neoliberal de consumo dentro de la educación". Así, su apuesta va en otra dirección, en que la escuela del futuro sea "la escuela del ser, y no del saber", con la intención de convertir a los menores en personas críticas, autónomas y con responsabilidad y autonomía moral".

En este sentido destaca la diferencia entre autoconcepto y autoestima: "La clave del éxito de la persona está en el autoconcepto, no en la autoestima, ni en el falso couching americano del '¡tú puedes!", por lo que habría que dotar a los chicos de las herramientas suficientes para que descubran cuáales son sus habilidades y su autoconcepto.

Autoridad contra sobreprotección

Según la experta, los niños a día de hoy están "sobreprotegidos, sobreestimulados y sobreregalados", lo que en su opinión inutiliza el circuito de la recompensa. ¿Absoluta permisividad o estructuras dictatoriales? "Ninguna de las dos, porque en ninguna de las dos hay un referente", responde Romera, que recomienda no ser "nunca" amigo de los hijos: "En el momento en el que eres amigo de tu hijo, lo dejas huérfano".

Pero también Romera critica a quienes defienden que era mejor la educación de antes: "¿De verdad que los adultos estamos tan bien moralmente como para decir que el modelo educativo de antes era mejor?", se pregunta.

A pesar de todo, sus conclusiones son 100 % optimistas: "Quiero cambiar el mundo y me levanto cada día para cambiar el mundo".

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