¿Por qué Arabia Saudita sigue practicando decapitaciones públicas?
El año 2015 se perfila en Arabia Saudita como un año más sangriento que el año pasado, cuando 87 personas fueron ejecutadas por el Estado, ya que este año en tan solo dos semanas han sido ejecutadas 10 personas.
Los orígenes de la tradición saudita de condenar a muerte según la ley coránica están en el acuerdo del año 1744 entre la monarquía saudita y los líderes clericales ultraconservadores del país, explica el portal Vox.
Un pacto de 270 años entre el clan saudita y un líder religioso fundamentalista
El lugar que hoy conocemos como Arabia Saudita estaba dividido entre muchos clanes rebeldes en el año 1744. Mohammed Ibn al Saud, líder del clan menor, se reunió con un líder religioso suní que había profesado el islam puritano, Mohamed Ibn al Wahhab.
Con el apoyo de Al Wahhab, a principios de 1800 la dinastía de Al Saud extendió su dominio sobre un territorio mayor que el actual México y junto a su gobierno implantó una versión del islam muy austera como agradecimiento a los clérigos.
El regreso de las prácticas medievales a la vida del Estado moderno
El próspero Estado saudita fue destruido en 1818 por el Imperio otomano y reconstruido como una alianza moderna entre la monarquía saudita y los wahabitas en el año 1932. Los líderes del nuevo país impusieron la legislación islámica recopilada hacía nueve siglos para, otra vez, obtener el apoyo del poderoso clero.
Los intentos de modernizar la ley y la justicia en la segunda mitad del siglo XX llevaron al asalto de la Gran Mezquita de la Meca en 1979 perpetrado por extremistas religiosos que exigían el derrocamiento de la monarquía saudita por traicionar los valores islámicos ultraconservadores.
La crueldad del Estado se basa más en la política que en la religión
En el año 1991, cuando el clero prácticamente se rebeló contra la monarquía que permitió abrir en el país una base militar para las tropas estadounidenses, los líderes del Estado permitieron a los clérigos radicales financiar a los yihadistas en el extranjero en lugar de crear problemas en casa y, de nuevo, endurecieron las leyes coránicas para sus propios ciudadanos.
Por eso, la ley saudita contiene una interpretación mucho más estricta de la ley islámica que la de casi todos sus vecinos, y las prácticas sauditas de castigar a sus ciudadanos son vistas con horror en gran parte de Oriente Próximo.