¿Por qué Arabia Saudita está obsesionada con Irán?
WikiLeaks filtró documentos pertenecientes al Ministerio de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita que ilustran casi una 'obsesión' con Irán. Los escritos muestran que Arabia Saudita está bastante más pendiente de Irán de lo que se creía.
"Si Arabia Saudita ha estado proyectándose con entusiasmo a los demás como un país seguro, en control y con unas riquezas infinitas, sus oficiales, al parecer, han vivido atemorizados de Irán, obsesionándose con su fuerza económica, religiosa y política en la región, y esforzándose constantemente por socavar su postura en la comunidad mundial, como si la esperanza de vida de Arabia Saudita estuviera vinculada al ascenso o caída de la República Islámica", escribe la analista política y escritora Catherine Shakdam, en su artículo publicado por RT.
Es probable que Oriente Medio presencie un drástico cambio político
Lo cierto es que Arabia Saudita participa en una feroz campaña contra Irán. El país es una monarquía absoluta que impone su visión religiosa, mientras que Irán desde 1979 ha alimentado una democracia pluralista. Es por esto que Irán se convirtió, ya sea religioso, social o políticamente, en todo aquello que Arabia Saudita condena. La analista expresa que el odio de Arabia Saudita a Irán, que califica de "más que un poco psicótico", ha definido su política exterior y dentro del país se ha convertido en una "violenta 'vendetta' sectaria".
Riad ha realizado un seguimiento detallado de las actividades iraníes y ha realizado movimientos estratégicos para limitar la propagación de los chiíes. No obstante, "se podría sostener que la verdadera amenaza a la paz y la estabilidad es Arabia Saudita", advierte la experta, precisando que si no fuera por la institucionalización en Riad del prejuicio étnico y la intolerancia religiosa, el mundo musulmán se habría quedado fiel a sus tradiciones pluralistas, dejando poco espacio al extremismo.
Según los documentos, el Ministerio de Relaciones Exteriores saudita dedica una cantidad increíble de recursos al seguimiento de Irán; pero además intenta socavar los esfuerzos del país para volver a la mesa de diálogo político mundial. Después de que WikiLeaks filtrara los documentos que confirman dicha 'obsesión', Arabia Saudita afirmó a sus ciudadanos que la difusión de los documentos sería reconocido como un crimen.
A su vez, el acuerdo sobre el programa nuclear de Irán, con su esperado retorno a la comunidad internacional, ha alterado los planes de Riad de forma significativa, señala la analista. Y, mientras otros países "dieron un respiro de alivio", Arabia Saudita sólo hizo alarde de su poder.
Tan solo dos semanas después del histórico acuerdo, Arabia Saudita firmó acuerdos con EE.UU. para el suministro de una cantidad todavía mayor de misiles Patriot. Mientras tanto, después de su visita a Francia, el príncipe heredero Mohammed bin Salmán volvió a casa con contratos de compra de energía y aeronaves con valor por miles de millones de dólares. "Con o sin EE.UU., Arabia Saudita seguirá en guerra con Irán", opina Shakdam. "La dinámica está cambiando y es probable que Oriente Medio presencie un drástico cambio político como resultado", concluye la analista.