El doble discurso de Occidente frente al exterminio de cristianos en Oriente Medio
En 2012 surge en Siria el grupo terrorista Al Nusra con el objetivo de derribar el régimen sirio de Bashar al Assad, este se vino a sumar a los rebeldes sirios que ya generaban una especie de guerra civil en la región.
En el 2013 nace el Estado Islámico, ISIS en su denominación occidental (un apéndice de Al Qaeda) con el objetivo de involucrar en un conflicto a Siria, Irak e Irán con la intención de provocar un 'choque de civilizaciones' entre el fundamentalismo islámico medio oriental y el cristianismo en Occidente, con la aparente intención de generar el estallido de un conflicto global que le otorgara a Estado Unidos y sus aliados una supremacía en el Medio Oriente.
El líder del Estado Islámico, el 'califa' Abú Bakr al Baghdadi es la ejemplificación de la forma en que se ha estructurado dicho grupo, alimentado por mercenarios con raíces islámicas medio orientales, pero que vivían (nacieron o crecieron) en países europeos como Alemania, España, Francia e Inglaterra, entre otros. La creación del ISIS tiene como finalidad entre otras cosas el exterminio de cristianos y la generación de un conflicto explosivo entre los musulmanes sunitas y los musulmanes chiitas.
El surgimiento del Estado Islámico se da en respuesta a la negativa de Vladimir Putin y el papa Francisco a la intervención del G7 en Siria, acto que provocaría la bipolarización mundial y el inicio de la 'nueva guerra fría' en la que hoy nos encontramos.
Según información publicada por el exagente de la NSA Edward Snowden, en la creación del Estado Islámico han colaborado el MI6 del Reino Unido, la CIA y otros servicios de inteligencia involucrados en la geopolítica de Oriente Medio. En este contexto, mientras que de la mano del papa Francisco América Latina se convierte en el sostén de la Iglesia católica, milenarias comunidades de cristianos en Oriente Medio están siendo exterminadas.
Los cristianos son asesinados por miles, las condiciones son deplorables, en ciudades enteras como Alepo la gente no tiene luz y pasan cuatro días sin beber agua y hasta 10 días sin probar alimento, las mujeres están siendo violadas en público y utilizadas como moneda de cambio convertidas en esclavas sexuales. Los niños son crucificados, decapitados, torturados y masacrados. Más de la mitad de los cristianos en Siria e Irak ya no están, en el mejor de los casos han huido. Los que logran escapar se están refugiando en la región del Kurdistán en la frontera con Turquía (lugar en el que no son bien acogidos por los kurdos) y la mayoría huye a Líbano donde la población es principalmente cristiana.
Según los datos del patriarcado greco-melquita de Antioquía, Alejandría y Jerusalén antes del estallido de la revuelta contra Assad los cristianos representaban el 10% de la población. Uno de cada tres vive hoy como desplazado, ha emigrado por la persecución de los grupos armados radicales, o ha perdido la vida.
En Irak hasta el 2013 quedaban 400.000, del más de millón y medio de fieles que había en el momento del derrocamiento de Saddam Husein en 2003. En Basora (sur de Irak) y Mosul, han desaparecido por completo. Hoy se estima que no llegan ni a los 100.000.
El papa Francisco y el presidente Putin son los únicos que han alzado la voz en favor de estos cristianos y han tenido la iniciativa de ayudar. Salvo asociaciones católicas como Cáritas y Ayuda la Iglesia Que Sufre, no se han tomado medidas humanitarias al respecto. "¿Dónde está el mundo?" clamaba el reverendo Fadi Rabbat, líder ortodoxo del Líbano, quien ha sido testigo de la tragedia que ocurre a manos de ISIS en Siria e Irak. "Con gran dolor y consternación, he recibido la noticia de la enésima violencia perpetrada contra cristianos inocentes en Libia", señala Francisco en una misiva enviada al patriarca de la Iglesia ortodoxa de Etiopía Abuna Matthias. Añade el papa: "Sé que vuestra santidad sufre profundamente por las atrocidades de sus amados fieles, asesinados únicamente por el hecho de seguir a Nuestro Señor y Salvador Jesucristo. La sangre de nuestros hermanos y hermanas cristianas es un testimonio que grita para hacerse escuchar en todos aquellos que saben distinguir aún entre el bien y el mal".
Occidente maneja un doble discurso, Estados Unidos y aliados al tiempo que alimenta un odio racial y un rechazo hacia el islam no está haciendo nada por ayudar a los cristianos. Las fronteras a los refugiados sirios están cerradas; la ONU y demás organismos internacionales no han enviado ayuda a los campos de refugiados donde médicos, medicamentos y alimentos son de urgente necesidad. En la hipocresía del mundo postmoderno no todas las víctimas tienen el mismo valor.
Yizbeleni Gallardo Bahena,
Politóloga por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), estratega, asesora y analista política, especialista en geopolítica.