Sociedad
La moda de los productos naturales, ¿un 'arpón' letal para el tiburón ballena?
La moda de la vida sana en los países occidentales es una de las causas indirectas que motiva la captura descontrolada de tiburones ballena, especie en peligro de extinción, debido a su apreciado aceite de pescado, denuncian ambientalistas.
En 2013 los estadounidenses se gastaron unos 1.200 millones de dólares en suplementos y cosméticos elaborados a partir de aceite de pescado, según la organización ambientalista con sede en Hong Kong Wild Life Risk.
La creciente popularidad de estos productos se explica por sus efectos beneficiosos para el sistema cardiovascular y cerebral que se deriva del consumo regular de ácidos grasos omega-3. Otros estudios medicinales constatan mejoras en el tejido nervioso y consecuencias positivas para los bebés durante el embarazo.
El aceite de pescado, que es uno de las fuentes naturales de ácidos grasos, se extrae de hígados del llamado pescado azul, grupo al que pertenece el tiburón ballena, una especie declarada en peligro de extinción, por lo que su captura está prohibida en muchos países.
Sin embargo, la pesca de tiburones es legal en China. En la provincia de Zhejiang se encuentra la mayor fábrica de procesamiento industrial de tiburones a nivel mundial, donde anualmente se sacrifican más de 600 ejemplares. "Si vas en verano, hay campos y campos de aletas [de tiburones] colocadas para secar", recuerda su visita a la fábrica Alex Hofford, codirector de WildLifeRisk.
Para satisfacer la creciente demanda, la planta está dispuesta a pagar más de 31.000 dólares por tiburón. Los ambientalistas denuncian que existe una red de barcos que suministran 'materia prima' a la fábrica y que no siempre cuentan con una licencia para este tipo de pesca, lo que a veces obliga a los gerentes a registrar el aceite como procedente de tilapia.
Anualmente se exportan al menos 300 toneladas del aceite de pescado a EE.UU., Canadá y países europeos, donde la moda de los productos naturales y el estilo de vida saludable puede ser la causa indirecta de la 'matanza industrial' de especies en extinción.
La creciente popularidad de estos productos se explica por sus efectos beneficiosos para el sistema cardiovascular y cerebral que se deriva del consumo regular de ácidos grasos omega-3. Otros estudios medicinales constatan mejoras en el tejido nervioso y consecuencias positivas para los bebés durante el embarazo.
El aceite de pescado, que es uno de las fuentes naturales de ácidos grasos, se extrae de hígados del llamado pescado azul, grupo al que pertenece el tiburón ballena, una especie declarada en peligro de extinción, por lo que su captura está prohibida en muchos países.
Sin embargo, la pesca de tiburones es legal en China. En la provincia de Zhejiang se encuentra la mayor fábrica de procesamiento industrial de tiburones a nivel mundial, donde anualmente se sacrifican más de 600 ejemplares. "Si vas en verano, hay campos y campos de aletas [de tiburones] colocadas para secar", recuerda su visita a la fábrica Alex Hofford, codirector de WildLifeRisk.
Para satisfacer la creciente demanda, la planta está dispuesta a pagar más de 31.000 dólares por tiburón. Los ambientalistas denuncian que existe una red de barcos que suministran 'materia prima' a la fábrica y que no siempre cuentan con una licencia para este tipo de pesca, lo que a veces obliga a los gerentes a registrar el aceite como procedente de tilapia.
Anualmente se exportan al menos 300 toneladas del aceite de pescado a EE.UU., Canadá y países europeos, donde la moda de los productos naturales y el estilo de vida saludable puede ser la causa indirecta de la 'matanza industrial' de especies en extinción.
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