Sociedad
Italia lucha contra la mafia arrebatándole a sus hijos
Anteriormente el Gobierno italiano luchó contra la mafia confiscándole sus riquezas, pero ahora los jueces le quitan algo más valioso: sus hijos. Parece que la estrategia funciona y que uno de los 'herederos' quiere llevar una vida 'limpia'.
La nueva estrategia de lucha contra la mafia, que consiste en apartar a los hijos de los clanes del crimen de sus hogares y familias, ha dado resultados con Riccardo Cordi', el vástago de una de las familias mafiosas más conocidas de Italia, informa AP.
Riccardo ha sido el primero de la veintena de hijos de mafiosos a los que los tribunales de menores de la región meridional de Calabria (hogar del peligroso sindicato 'Ndrangheta) han enviados a una especie de rehabilitación fuera del ambiente criminal en el que han crecido.
A los 16 años, Riccardo parecía estar destinado a seguir el camino de su padre, un 'reputado' capo abatido a tiros en una guerra territorial, y de tres de sus hermanos mayores, que se encuentran en prisión por delitos relacionados con actividades de la mafia. Sin embargo, cuando Riccardo fue acusado de intento de robo y daños a un coche de Policía, el juez decidió enviarle a Sicilia hasta que cumpla los 18 años. El juez se basó en unas disposiciones legales que permiten a los tribunales retirar a las familias la custodia de los menores si considera que estas son incapaces de criarlos adecuadamente.
Riccardo empezó su rehabilitación en un centro para jóvenes con problemas en el que ser un Cordi' no comportaba ningún privilegio. Las reglas eran estrictas: los internos no podían salir por la noche, tenían que hacerse la cama ellos mismos y comían en una mesa común. Además, Riccardo estaba obligado a acudir a un psicólogo que le ayudó a entender el terrible costo humano de la delincuencia organizada llevándole de incógnito a ceremonias en honor de las víctimas de la mafia.
Poco a poco, Riccardo comenzó a cambiar: voluntariamente ayudaba en un centro para los niños de hogares rotos, a pesar de que trabajar gratis es un concepto extraño para los miembros de la 'Ndrangheta.
Tras su décimo octavo cumpleaños el exilio de Riccardo terminó y en febrero de 2014 regresó a su casa en Locri. Un par de meses después el joven escribió al periódico 'Corriere della Sera' una carta diciendo que, aunque no repudiaba a su familia, ahora quiere una vida "limpia". Riccardo recordó como una mañana, en su 'exilio', se fue a la orilla del mar, desde donde podía ver Calabria. "Esta vez, sin embargo, la vi desde otra perspectiva: estaba observándola desde otro lugar, pero era yo quien era diferente", concluyó.
Riccardo ha sido el primero de la veintena de hijos de mafiosos a los que los tribunales de menores de la región meridional de Calabria (hogar del peligroso sindicato 'Ndrangheta) han enviados a una especie de rehabilitación fuera del ambiente criminal en el que han crecido.
A los 16 años, Riccardo parecía estar destinado a seguir el camino de su padre, un 'reputado' capo abatido a tiros en una guerra territorial, y de tres de sus hermanos mayores, que se encuentran en prisión por delitos relacionados con actividades de la mafia. Sin embargo, cuando Riccardo fue acusado de intento de robo y daños a un coche de Policía, el juez decidió enviarle a Sicilia hasta que cumpla los 18 años. El juez se basó en unas disposiciones legales que permiten a los tribunales retirar a las familias la custodia de los menores si considera que estas son incapaces de criarlos adecuadamente.
Poco a poco, Riccardo comenzó a cambiar: ahora quiere una vida 'limpia'
Riccardo empezó su rehabilitación en un centro para jóvenes con problemas en el que ser un Cordi' no comportaba ningún privilegio. Las reglas eran estrictas: los internos no podían salir por la noche, tenían que hacerse la cama ellos mismos y comían en una mesa común. Además, Riccardo estaba obligado a acudir a un psicólogo que le ayudó a entender el terrible costo humano de la delincuencia organizada llevándole de incógnito a ceremonias en honor de las víctimas de la mafia.
Poco a poco, Riccardo comenzó a cambiar: voluntariamente ayudaba en un centro para los niños de hogares rotos, a pesar de que trabajar gratis es un concepto extraño para los miembros de la 'Ndrangheta.
Tras su décimo octavo cumpleaños el exilio de Riccardo terminó y en febrero de 2014 regresó a su casa en Locri. Un par de meses después el joven escribió al periódico 'Corriere della Sera' una carta diciendo que, aunque no repudiaba a su familia, ahora quiere una vida "limpia". Riccardo recordó como una mañana, en su 'exilio', se fue a la orilla del mar, desde donde podía ver Calabria. "Esta vez, sin embargo, la vi desde otra perspectiva: estaba observándola desde otro lugar, pero era yo quien era diferente", concluyó.
Italy Fights #Mafia by Banishing Sons: Riccardo Cordi’s Exile http://t.co/d62SGIY8lWpic.twitter.com/fQ4ocEnFmu
— ☭rapidnewstweets☠ (@juergen_p) 28 сентября 2014
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